Iniesta, el crack en la sombra
La vuelta del centrocampista manchego ha devuelto el mejor fútbol del Barça. Sin llamar la atención, sin reivindicaciones, hace jugar a su equipo
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"No lleva pendientes, no se pinta el pelo y tenga más o menos minutos nunca se queja y siempre juega bien. Para un club como el Barça, es un jugador que no tiene precio y un ejemplo para las generaciones del fútbol base". Pep Guardiola, poco dado a individualizar sus análisis y administrar elogios sin receta, hizo una excepción y elogió a Iniesta, posiblemente el azulgrana más importante, si no para que el Barça gane (que en gran parte también) sí para que el Barça se muestre en su versión original.
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Junto a su inseparable Xavi, con quien comparte la sala de máquinas del Barça y de la selección campeona de Europa, y mejor a las espaldas de Messi y Etoo que en paralelo a ellos, el centrocampista manchego maneja como nadie los conceptos del fútbol posicional. Ritmo de balón alto, promoviendo así la máxima movilidad de sus compañeros para complicar el trabajo a las defensas rivales.
Conducción en vertical para superar con precisos regates la línea de presión y generar superioridades. Aperturas a banda y apoyos continuos para amagar por fuera y entrar por dentro o amagar por dentro para entrar por fuera. Incorporaciones desde la segunda línea, ya sea buscando la pared o el disparo desde media distancia. Recuperación limpia de la pelota por una inteligente colocación y defensa con el balón, la mejor que se conoce.
Pero al igual que su palidez delata que Andrés está reñido con el sol, su humildad le convierte en un crack en la sombra. Sin llamar la atención con sus declaraciones, manteniendo la compostura dentro y fuera del terreno de juego, comprometido siempre con el equipo e incapaz de darse al exhibicionismo personal.
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La última vez que Iniesta se lesionó fueron pocos los que lamentaron su ausencia, tal y como habrían hecho de haber sido Messi, Xavi o Etoo los damnificados. Pero faltó Iniesta y el Barça perdió identidad y cayó ante el Espanyol y el Atlético, dos derrotas consecutivas que, además, permitieron al Madrid acortar distancias. Sus números son casi tan impresionantes como su contribución al equipo. Ha rematado 27 veces en Liga, lleva dos goles ha jugado 17 partidos (14 de ellos ganados, dos empatados y uno sólo perdido, el de Soria), ha dado tres asistencias de gol, el 73% de sus pases son buenos.
Sin embargo, lo mejor de Iniesta es aquello que no se puede contabilizar. Estéticamente da gusto verle jugar, pero académicamente es difícil encontrarle un igual. No es casualidad que Xavi sea el futbolista al que más pases da Iniesta y que esta muestra de confianza y complicidad sea recíproca. La sociedad que forman estos dos pequeños futbolistas en el Barça (y también en la selección) es la auténtica generadora del fútbol.
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Andrés es el hijo que todos los padres querrían tener. Bueno, todos los padres que quieren tener un hijo que destaque por su humildad. El fútbol sin mechas, que diría un purista.