Huelgas de futbolistas y de árbitros
Los jugadores pararon en 1979, 1981, 1982 y 1984; los colegiados, en 1997
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Si la Liga se detiene el 3 de abril, será la primera ocasión en que la patronal los clubes se planta. Hasta ahora, únicamente las reclamaciones de los jugadores habían detenido, cuatro veces, el campeonato.
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La primera fue el 4 de marzo de 1979. Los futbolistas reclamaban la abolición del derecho de retención, su inclusión en el régimen de la Seguridad Social y la supresión del límite de edad para jugar en Tercera, establecido en 23 años. El paro duró una sola jornada.
Dos años más tarde se llevó a cabo la segunda huelga de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). En aquella ocasión la Liga se detuvo el 6 de septiembre y fue jugada por juveniles el 13. Reclamaban el abono de las deudas que tenían los clubes con sus futbolistas, así como la abolición de la obligación de alinear a un futbolista sub-20 en cada partido.
De fondo estaba el reparto de los derechos de imagen de los jugadores, un problema que no se llegó a solucionar completamente y desembocó en otra huelga en la misma temporada, el 11 de abril de 1982, a falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato. El escaso seguimiento de la misma provocó el descarrilamiento de las reivindicaciones de los futbolistas.
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En 1984, y de nuevo por conflictos económicos los jugadores querían participar en el reparto de derechos televisivos los profesionales fueron a la huelga. El paro duró dos jornadas, la primera el 9 de septiembre, que se jugó con juveniles, y el 16 del mismo mes, ya sin opciones de alinear a los canteranos por prohibición de Magistratura.
En la temporada 97-98 estuvo a punto de cristalizar otra que fue detenida a tiempo tras una reunión entre la Federación y los clubes. El motivo de la protesta era la masiva llegada de extranjeros después de aprobada la Ley Bosman. Y hace mes y medio la AFE se negó a jugar el 2 de enero, pero un juzgado obligó a los futbolistas a disputar la primera jornada del año.
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También los árbitros han ido a la huelga en una ocasión. Fue en 1997 y los trencillas se quejaban de las constantes críticas que recibían. La Federación solucionó el problema poniendo a colegiados de Segunda B a dirigir los encuentros.