Higuero: "Creo que Reyes Estévez no irá a Pekín"
Juan Carlos Higuero se prepara a conciencia para las dos grandes citas del año, los Mundiales en pista de Valencia y los Juegos Olímpicos
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La mañana es muy fría en Madrid. Higuero está tranquilo, todo lo tranquilo que se puede estar momentos después de haber corrido 15 kilómetros “a ritmo suave”, según nos dice.
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¿Con qué aspiraciones afronta el año olímpico?
¿Le sorprendió Reyes el verano pasado en el campeonato de España?
Sí. Estuvo muy bien en la final.
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¿Cree que le habría ganado a usted si hubiera atacado más tarde, en la última recta?
No. Yo estaba muy bien. Venía de correr en 1’45” en 800 y en 3’32” en 1.500. Si acaso, el más peligroso era Arturo Casado.
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¿Cómo ve a Casado?
Le veo muy bien. Es mi máximo rival, pero somos amigos. Compartimos aquí mesa y mantel todos los días. Incluso vamos al cine juntos.
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¿Cuál es la mayor virtud de Casado como atleta?
Es muy completo, pero quizá su mayor fortaleza es la mentalidad que tiene. Y también sus metros finales, es muy rápido. Yo quizá tengo más ritmo de crucero.
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¿Y su debilidad?
Casado no tiene debilidades.
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En los Mundiales de Osaka, usted fue descalificado en semifinales y luego recalificado. En la final, no estuvo bien. ¿Qué sucedió?
Fue la consecuencia de todo el jaleo. Después de la semifinal, ya me veía fuera, perdí motivación, no descalenté, no me dieron masaje con hielo. A las tres horas, me comunicaron la recalificación, pero creo que todo eso me afectó.
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Se ha hablado de un Higuero psicológicamente frágil. ¿Existe?
No. Yo no conozco a ningún español que haya ganado dos medallas en el mismo Europeo, en 1.500 y 5.000. Llevo tres años inmaculados, desde 2005. Quizá años atrás sí tuve algún problema de concentración.
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¿Ha trabajado en ello con psicólogos?
No. ¡He aprendido a base de palos! La experiencia te enseña mucho.
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Pensemos en la final de 1.500 metros de Pekín. ¿A quién ve como favorito?
Eso es muy difícil. El nivel del bloque ha subido mucho y cualquiera de los doce finalistas optará al triunfo... salvo que alguien haya bajado de 3’30” antes. Entonces, ése
sería el favorito.
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¿Cómo vivió la ‘operación Puerto’?
Me dejó triste. Que se hagan cosas de ésas, encima aquí, en España... No es justo. A mí, cuando veo estas cosas, se me quitan las ganas de correr. En el dopaje, soy claro: tolerancia cero y sanciones ejemplares. Hay que elevarlas: más ejemplares que las que hay.
¿Ha cambiado en algo su preparación?
Sí, estoy entrenándome más en gimnasio, con pesas. Trabajamos más la fuerza del pie, con Bernardino, un entrenador de velocistas. Creo que hay que hacer algo más que los rivales y quizá la fuerza en los tobillos me puede dar un plus. También es decisivo mi fisio, Bodoque.
¿Cuál es su entrenamiento favorito?
A mí me encantan los trescientos. He llegado a hacer diez series de 300 metros en 40” con un minuto de recuperación, con la última en 35 segundos.
¿Qué tipo de carrera le favorece?
De menos a más. Una que se vaya tensando y con cambio a 600 metros del final.