El gol que no ha visto Del Bosque
Eran antihéroes
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MADRID.- El jefe de prensa del Deportivo, Rafa Carpacho, podría rellenar un cuaderno con las peticiones de entrevistas que tiene Lucas Pérez, el nuevo goleador del equipo. Imanol Agirretxe, el gol de la Real Sociedad, ya le ha pedido al departamento de comunicación que lidera Jorge Sánchez que, por favor, le rebaje el ritmo de las entrevistas. Aritz Aduriz, a los 34 años, ya es más antiguo en el Athletic. De hecho, ya solo le falta contar su historia, en las antípodas de la resignación, en canadiense. Pero esas son las consecuencias del gol: el escaparate perfecto para presentarse en sociedad.
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Ha descubierto por sí mismo que la vida a veces no tiene término medio. Por eso lo que vive hoy riñe con lo de ayer, con aquellos años en los que no le dieron por válido para jugar en el Rayo Vallecano o en los que emigró a Ucrania, donde se vio más solo que nadie, hasta sin cobertura sindical para reclamar un dinero que era suyo. “Pero Ucrania puede ser así”, explicó. “El 80% de la gente es pobre y el resto multimillonaria. Y el futbolista no puede estar en una burbuja porque ves el día a día en los autobuses, en la sanidad, en tantas cosas”.
Aduriz tuvo que dejar hasta dos veces el Athletic, en contra de su voluntad, y emigrar a lugares como Burgos, Valladolid, Mallorca y Valencia para hacer vida
El gol, en realidad, ha cambiado la vida de Lucas Pérez, 12 en 15 partidos de Liga, casi siempre decisivos, pero él se niega a olvidar, “porque el haber vivido cuatro años en el extranjero o el hecho de dejar a mi familia los 16, eso marca para toda la vida”. Una cosa que Aduriz, el gol del Athletic, conoce a otra escala. Tuvo que dejar hasta dos veces el Athletic, en contra de su voluntad, y emigrar a lugares que nunca soñó como Burgos, Valladolid, Mallorca y Valencia para hacer vida. Allí siempre intentó lo posible por curar su desilusión. “Si no te ilusionas, no aprendes”.
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Eran antihéroes
Frente a esa idea, no hay debates. Ni siquiera la edad, su edad, un extraño pacto con el diablo que le ha permitido descubrir que los que dicen que el gol es innato mienten. “El gol también se aprende”, sostiene Aduriz, que al principio de su carrera no marcaba casi ninguno. Y esa es la letra de una canción que conoce de sobra en San Sebastián Imanol Agirretxe. Durante años fue el antihéroe, una mala influencia, incluso, para soñar con cosas mejores. Hoy, sin embargo, es el delantero que decide casi todos los partidos de la Real Sociedad. Porque él, que se debatió entre el frontón y el balonmano, más afortunado, según parecía, con las manos que con los pies, no tuvo una bienvenida fácil al fútbol profesional.
Agirretxe ya lleva 12 goles esta temporada, uno más que Lucas Pérez y dos más que Adúriz. Cifras casi de cine para delanteros de la clase media
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Fue cedido al Castellón, de donde marchó sin procurar noticias, suplente tantos años en la Real Sociedad, donde siempre partió en segunda fila de una legión de delanteros centros (Seferovic, Necati, Abreu, Carlos Bueno, Irán, Vela…) que no lograron acomplejarlo. Agirretxe prefirió la humildad para llegar hasta hoy donde podría recordar que, desde la época de Satrustegui, no ha existido delantero centro más barato que él en San Sebastián. Pero no le hace falta. Loren, el director deportivo, el hombre que tantas veces le trajo sucesor, lo hace por él. “Imanol representa los valores de la Real Sociedad”, dice.