Del Bosque vs Queiroz, hay morbo
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Chile será a Suráfrica, lo que Italia fue a Suiza y Austria. La victoria talismán, la de la fortaleza anímica, la que borra de la cabeza todos los fantasmas. A esa teoría se agarra ahora la selección, una vez pasado el trago de clasificarse a octavos con sudores. No está muy contento el equipo del fútbol desarrollado, reconoce defectos, aunque en voz baja, pero culpa del bajón al impacto que representó la derrota ante Suiza. "El equipo quedó perturbado", admitió al fin Del Bosque.
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"Nos bloqueó", describen los jugadores. El caso es que unos y otros creen que el susto ha pasado. Y que España volverá a partir de ahora a ser la que era. Que sucederá como hace dos años, cuando La Roja se quitó de encima el estigma fatalista de los cuartos de final derrotando a Italia a los penaltis. Aquel episodio fue el motor anímico de un equipo que se volvió imparable. Algo de eso aseguran los jugadores que empiezan a sentir ahora.
Toca demostrar aún que no se trata sólo de una frase socorrida. Pero más allá de enchufarse espiritualmente, a España le conviene conectarse futbolísticamente. Los jugadores se van incorporando a la fiesta. Primero fueron Xabi Alonso y Piqué, luego Villa y Busquets, el viernes Iniesta Los principales empiezan a subirse al carro. Falta Xavi, el jefe, y Torres, la potencia arriba. Se les espera ante Portugal, una cita con grandes dosis de morbo al fondo de la propia competición.
Y no es sólo la presencia de Cristiano, o de dos jugadores de ese campeón de Europa del que España no ha querido nutrirse. Es, sobre todo, Del Bosque contra Queiroz, el entrenador que en aras de la modernidad sirvió como excusa para sacarle de mala manera del banquillo del Real Madrid. Una afrenta que el seleccionador nunca ha olvidado. "Que me hable de modernidad un señor con tirantes...".
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Queiroz no tuvo la culpa de aquello y luego padeció igualmente la nociva electricidad que desprende la silla blanca. Pero el cruce entre uno y otro pone picante. Como también la atractiva jornada de hoy, plagada de superpotencias. Alemania contra Inglaterra y Argentina frente a México. Tres campeones del mundo en liza. Y el Kun contra Aguirre, el entrenador que, aunque luego lo contase al revés, no creía en él para el Atlético. Hasta pidió que se le cediera.