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Del Bosque se clona en Busquets

El seleccionador llama al joven canterano, junto a Piqué, para el partido contra Inglaterra

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Hace unos meses jugaba en Tercera, tenía el apellido de uno de los metas más heterodoxos de la historia del Barça, al que L'Equipe bautizó como "el portero sin manos". Cierto es que Carlos Busquets jugaba mejor con los pies. Tenía más de jugador de campo que de portero, a pesar de su peculiar indumentaria, siempre con pantalón largo, y de su singularidad en casi todo.

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Hasta se fabricó leyendas urbanas como aquella según la cual el recuerdo de una quemadura en ambas manos se debía a que salvó a su hijo del golpe de una plancha con la parada más meritoria de su vida. La historia sería perfecta si aquel niño fuese Sergio Busquets, el gran descubrimiento de Guardiola como técnico (algo así como lo que fue Raúl para Valdano), pero el salvado era su hermano Aitor.

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Seguro que ese orgulloso padre está hoy en una nube, sabiendo que a su hijo mayor le ha llegado en medio año lo que muchos no alcanzan en toda una carrera: la internacionalidad. Ya no tendrá que pelearse con nadie en el Mini Estadi para demostrar que su chaval es un futbolista especial, que donde ha llegado ha sido por méritos propios y no por enchufe.

Y resulta curioso que Del Bosque sea el que le abra las puertas del equipo nacional. Salvando la distancia generacional y los avances en la preparación física, Busquets es una fotocopia del Del Bosque futbolista: una gran planta, una visión de juego panorámica, fallar pocos pases, no arriesgar ningún balón e imponer su presencia en una amplia zona de la medular. Parecen prácticamente idénticos en su manera de conducir el balón. Seguramente, Del Bosque jugaba más caído hacia un lado y tenía el sambenito de jugar a cámara lenta, pero sus prestaciones respondían perfectamente a las necesidades del fútbol de la época.

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Si el padre de Busquets es un ilustre, su nuevo padrino, aún más. Xavi es el espejo en el que se mira Sergio. La brújula del fútbol español le está mostrando el camino en todos los sentidos. Su complicidad continúa mucho más allá del rectángulo de juego. Es habitual verlos juntos en concentraciones y viajes. Incluso, han renovado sus contratos en la misma fecha.

Sus vidas parecen paralelas. En el Jabac, un equipo de Terrassa, ambos aprendieron los secretos del otro fútbol, el de la tierra y el barro. Los años de diferencia no son un problema. Xavi sabe que le toca inculcar todo lo que él aprendió de Guardiola y que el secreto de los grandes clubes es ese legado que se transmite de generación en generación, entre las paredes del vestuario, sobre el terreno de juego. Busquets ha cogido la rueda buena y el Barça se frota las manos: ya hay sucesor.

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Ahora, Sergio Busquets, cuando nadie lo esperaba, como si las estrellas se hubiesen alineado a su favor, se encuentra de golpe y porrazo en los dos equipos que mejor juegan del mundo: el Barça y la selección Española.

P. D. Con Busquets y Piqué, el Barça aporta cinco jugadores a la selección; el Liverpool, otros cinco; el Madrid, sólo dos. Es lo que pasa por asomarse fuera siempre, cuando, a veces, buscando bien en casa puedes encontrarte alguna maravilla.

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