MADRID.- El pasado 1 de septiembre el amistoso disputado entre Italia y Francia sirvió para el “debut” a nivel internacional del llamado “vídeo árbitro” o “asistente de vídeo”. Un sistema que pretende reducir los errores arbitrales aclarando dudas sobre las distintas acciones controvertidas que se producen en los terrenos de juego. Ya sean posibles penaltis, manos, dar validez o no a un determinado gol, tarjetas etc..
El colegiado de aquel encuentro, el holandés Kuipers, tuvo que interrumpir un momento el encuentro para consultar unas posibles manos con los asistentes que estaban visionando el encuentro desde un despacho. La FIFA, principal valedora del sistema, acabó encantada con la esta prueba experimental. Empezando por el propio presidente Gianni Infantino, presente en el estadio.
La pregunta que surge inmediatamente es: ¿Y cuando está previsto que se instale en España? ¿Cuándo tendremos el vídeo asistente en la Liga española?
Hacer ahora mismo pronósticos acerca de una fecha de arranque de este sistema en nuestro país es bastante osado. Si bien la Liga de Fútbol Profesional ha manifestado su intención de que pudiera empezar a emplearse de forma experimental a partir de la ronda de dieciseisavos de final de la Copa o incluso en la próxima Supercopa, todavía quedan muchas cuestiones que resolver en nuestro fútbol antes de poder aplicar este novedoso sistema. Preguntas como: ¿Y quien solicita parar el partido? ¿Sólo el árbitro o también pueden hacerlo los capitanes? ¿Cuántas cámaras habrá en los estadios? ¿Habrá el mismo número en todas o equipos como el Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid tendrán más? ¿Las imágenes del vídeo de qué empresa audiovisual proceden? ¿Quien será el responsable final de adoptar el veredicto definitivo?. Incógnitas que ahora mismo están sin determinar y que, mientras no estén especialmente reguladas, no parece que pueda empezar a utilizarse este sistema en nuestra liga.
¿Quién decide solicitar el vídeo asistente?
Partamos pues de la primera situación ante la que nos encontramos. Y es conocer sobre quien recae la responsabilidad de poder solicitar el empleo del vídeo asistente. Por ejemplo en el tenis cada jugador tiene la potestad de solicitar dos veces por set el empleo del famoso “Ojo de Halcón”.
Otra más en el caso de llegar al tie break. Si lo trasladamos al fútbol, ¿Sobre quien recaería esta responsabilidad? Si lo comparamos con el tenis, ¿Por qué los capitanes de cualquiera de los dos equipos no pueden solicitar al árbitro la revisión de determinada acción que genere duda o polémica: un gol anulado de forma ilegal, unas manos dentro del área? ¿Por qué en el tenis sí y no pueden los jugadores hacerlo en el fútbol? ¿Y por qué no los entrenadores si consideran que existe un error arbitral?
En otros deportes como el baloncesto la potestad recae únicamente en los árbitros. Son ellos quienes pueden acudir al conocido como “Instant Replay”. Además en los dos últimos minutos lo hacen con unas connotaciones especiales e incluso pueden hacerlo en la acción final de cualquier período del partido de baloncesto.
En el Italia – Francia de pasado 1 de septiembre fue el colegiado Kuipers quien adoptó la decisión de interrumpir en un momento del partido amistoso por unas posibles manos.
Es decir la primera cuestión a resolver y regular es quien tiene las competencias del empleo del vídeo asistente. Si son exclusivas de los árbitros o podrían participar activamente los equipos que participan en el partido.
¿Quién se metería en la habitación para revisar el vídeo asistente? ¿Quién le designaría?
Esta es la otra gran cuestión a resolver. Resulta que decide interrumpirse el encuentro para que una jugada sea examinada por el vídeo asistente. Pero, ¿quién es concretamente esa persona? En el amistoso de principios de mes fueron dos asistentes del equipo de Kuipers quienes ejercieron esta función, algo que parece inviable en nuestro país porque exigiría aumentar de una manera brutal la nómina actual de árbitros asistentes en cualquier de las dos categorías profesionales de nuestro país.
Actualmente son 40 en Primera división por 44 en la categoría de plata. Y sólo cada jornada supone que 20 están realizando sus funciones en la máxima categoría y 22 en la Segunda División. Y tampoco podría ser un árbitro de Primera que realizara estas funciones. Actualmente son 20 los colegiados de Primera División.
Llegados a esta situación. ¿Entonces quién decide metido en esa habitación? O incluso mejor dicho: ¿Quién le designa? ¿Es personal de la Federación, de la Liga de Fútbol Profesional o alguien totalmente independiente?
¿Quién corre con los gastos de esta inversión? ¿Es competencia de la LFP o los propios clubes, de la Federación Española de Fútbol?
Por ejemplo la liga americana de beisbol MLB esta responsabilidad recae sobre 74 árbitros independientes que revisan la jugada en cuestión desde el Replay Operations Center situado en el mismísimo Nueva York. Los costos de poder utilizar este sistema son elevadísimos. Y esto nos lleva a la siguiente cuestión: ¿Quién corre con los gastos de esta inversión? ¿Es competencia de la LFP o los propios clubes, de la Federación Española de Fútbol?
Es, sin duda, la segunda gran cuestión a resolver y que debería ser regulada antes de poder poner en práctica este novedoso procedimiento.
El mismo número de cámaras en todos los estadios
El análisis de estas imágenes nos lleva irremediablemente a la siguiente cuestión que responsables directos del mundo del futbol español consideran que debe ser regulada antes de poner en marcha este mecanismo del vídeo asistente. Y pasa por el número de cámaras en los estadios. Si el objetivo es analizar las jugadas polémicas de todos los partidos, debe existir una igualdad de trato para todos y cada uno de los clubes.
El Reglamento para la Retransmisión Televisiva publicado recientemente por la Liga de Fútbol Profesional establece principalmente tres tipos distintos de producciones en los encuentros de Primera División. Primero está la producción tipo A que implica el uso de 12 cámaras, la de tipo B que supone reducirlo a 10, la tipo de C que requiere el uso de 8 cámaras y por último están los clásico del nuestro fútbol donde se llegan a utilizar hasta 42 cámaras.
Partiendo de esta situación, no sería lógico que se emplearan las cámaras de la retransmisión televisiva porque claramente habría un trato de favor muy diferente y discriminatorio en función del partido y el tipo de producción que se hiciera. Luego entonces ¿Quién fija el mismo número de cámaras que deben emplearse para el video asistente? Esta es otra de las cuestiones que deben quedar resueltas para buscar el mismo trato para todos y cada uno de los clubes del fútbol español.
¿A quien pertenecen las imágenes?
Y esto nos lleva al cuarto y último punto que debe quedar resuelto o regulado antes de poder empezar a emplearse este sistema en nuestro fútbol. ¿Las imágenes de quien son? ¿Son de la propia retransmisión televisiva? Eso parece lo más lógico y así suele suceder en la mayoría de deportes donde se emplea la utilización del vídeo (fútbol americano, beisbol, baloncesto ACB o NBA).
Sin embargo a quienes consideran que igual estas imágenes también deberían ser grabadas o elaboradas por una empresa totalmente independiente para así evitar cualquier tipo de suspicacias, de posibles manipulaciones de las imágenes de la propia retransmisión.
¿Para qué jugadas se usaría?
¿El vídeo asistente sería un mecanismo recurrente en cualquier momento del encuentro o sólo para situaciones determinadas?
Y ya como último punto está la necesaria regulación respecto a las situaciones donde se debe emplear este vídeo asistente. Es decir, ¿es un mecanismo recurrente en cualquier momento del encuentro o sólo para situaciones determinadas? Desde el estamento arbitral consideran que su utilización sólo sería justificable en aquellas jugadas que estén perfectamente tipificadas previamente en un reglamento. Tales como posibles penaltis, goles mal anulados, acciones al borde del área etc..
Algo similar a lo que sucede en la ACB de baloncesto donde no se puede emplear el “Instant Replay” cuando a los árbitros le plazca sino sólo en jugadas o acciones que están claramente tipificadas por la propia competición.
Luego, o mucho nos equivocamos, o parece difícil que el “Video Asistente” tenga una aplicación inmediata en nuestro fútbol. Son muchas las situaciones que deben ser reguladas y tipificadas previamente por todas las partes afectadas en la competición (LFP, RFEF, CTA etc..) antes de que pueda ver la luz. Mucho tendría que cambiar las cosas para que pueda empezar a utilizarse en el inicio de la competición copera prevista para enero del 2017.
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