La gloria está en el resultado. Pero el fracaso también. No siempre el fútbol es agradecido con las propuestas ofensivas. La historia ha encumbrado a equipos ramplones parapetados en los errores del contrario. En los detalles en los que el juego procede de laboratorios en los que se delinean posiciones y movimientos que deben ser ejecutados bajo la amenaza del banquillo.
Este Mundial esté siendo justo desde la estética y las propuestas. Se han marchado las empequeñecidas Italia, Francia, Inglaterra y también México, tan encogida como quiso su técnico. Se está creando una raya divisoria entre los equipos que quieren la pelota y los que no. Al menos, en estas rondas decisivas, de momento, ganan los que propone algo desde el balón.
Aguirre murió en esos detalles que tanto había preparado para su beneficio. El primero gol, aunque en fuera de juego de Tévez, provino de un robo de balón en el medio del campo. La pelota le llegó a Messi, que en carrera y con espacios el fútbol no le esconde secretos. Vio el desmarque de Tévez y le puso el balón adelantado.
El rechace de Pérez lo recogió el propio Messi y su remate suave por encima con Pérez en el suelo, lo remachó Tévez de cabeza en claro fuera de juego. El asistente quiso rectificar cuando vio la repetición en los videomarcadores, pero el colegiado Rosseti no le dio bola a una decisión tomada desde la tecnología. El gol de Lampard y este realimentarán el debate.
El tanto enseñó la capacidad de Messi para desequilibrar a la mínima que puede. No encuentra el gol en este Mundial, pero tiene todas las llaves del juego ofensivo de Argentina. No hay partido en el que no haya descerrajado un zurdazo o haya intentado una vaselina. Ni con violencia ni con suavidad logra marcar. Los porteros le han estudiado su gama de remates y todavía n o ha logrado sorprender a ninguno. Le esperan colocados en cuanto sale de un regate en la frontal del área.
El planteamiento de Aguirre no varió con el 1-0. Siguió jugando a lo mismo que le había valido para mantener el empate a cero hasta que Tévez le dio la primera cuchillada. Había amagado con un tiro lejano de Salcido que se estrelló en el larguero y otro de Guardado que se fue rozando el palo. Su obsesión era Messi y le dispuso una defensa a tres bandas. Si caía a izquierda le cerraban Giovanni y Juárez.
Si se metía hacia el centro era Márquez y si se escoraba a la derecha, lo hacían Torrado y Salcido. Tenía claro que Argentina depende de las arrancadas de Messi, que no terminaba de encontrar el sitio. Maradona no le quitaba el ojo. Le instigaba a que buscara zonas de participación, pero no las encontraba. Ahí se vieron las carencias de Argentina sin espacios. Ahí es cuando le reclaman a Maradona que le de una oportunidad a Pastore, el enganche que apadrina Angel Cappa.
Es espesa Argentina cuando no juega a la carrera. Maxi no le aclara el juego frente a defensas ordenadas. Di María, otra vez, volvió a ser presa de la altura de un Mundial. Como México seguía sin atreverse, sin abrirse, las circulaciones argentinas eran planas. Fue un error, eso que tanto esperaba Aguirre el que empezó a cerrar el partido. Osorio le regaló el segundo gol a Higuaín.
Estaba siendo superado por el propio Osorio y por Rodríguez en todas las peleas, por arriba y por abajo, pero no perdonó el donativo. Lo culminó con una definición muy suya. Sentó a Pérez pisando la pelota con la derecha para marcar con la izquierda a puerta vacía. La misma filigrana con la que empezaron a circular imágenes suyas cuando le hizo un gol similar a Boca jugando para River. Higuaín lleva cuatro goles en tres partidos. No participa mucho, pero su estado de alerta en las inmediaciones del área le han aupado en la clasificación de goleadores.
Con dos goles en contra, Aguirre, ya sí, decidió arriesgar. Metió a Barrera, que ya fue el mejor ante Uruguay por su capacidad de desborde. Demasiado tarde. Tévez, con un navajazo a la escuadra terminó por castigar su racanería.
Argentina: Romero; Otamendi, Burdisso, Demichelis, Heinze; Mascherano; Maxi (Pastores, m. 86), Di María (Jonás, m. 78); Messi; Higuaín y Tévez. (Verón, m. 68)
México: Pérez; Juárez, Osorio, Rodríguez, Salcido; Márquez, Torrado; Giovanni, Bautista (Barrera, m. 46), Guardado (Guille Franco, m. 60); y Hernández.
Goles: 1-0. M. 24. Tévez, en claro fuera de juego, remacha un disparo suave y a media altura de Messi tras un rechace. 2-0. M. 32. Osorio se queda cortó en un pase en la frontal del área e Higuaín lo aprovecha para sentar a Pérez pisando la pelota y marcar a puerta vacía. 3-0. M. 52. Tévez, de fuerte derechazo a la escuadra desde 25 metros. 3-1. M. 70. Hernández se gira y marca de zurda.
Árbitro: Rosetti, de Italia. Mostró tarjeta amarilla a Márquez.
Soccer City de Johhanesburgo: 85-000 espectadores.
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