Cronoescalada en Tíbet
Pasaban compite con Eun-Sun por ser la primera mujer de la historia en hollar los 14 ochomiles
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En la religión hinduista, Annapurna es la diosa de la comida. La montaña del mismo nombre es la última de las 14 con más de 8.000 metros de altura que Edurne Pasaban (37 años) pretende coronar a mediados de mayo, a renglón seguido del Shisha Pangma (8.027 m.), decimotercer ochomil a cuya conquista parte hoy. La española quiere convertirse en la primera mujer que asciende todas las grandes cimas de la Tierra. No lo tendrá fácil. Lucha contra la naturaleza y compite con Eun-Sun Oh, montañera coreana con quien coincidirá en el Annapurna (8.091 m.). La que antes pise la cumbre entrará para siempre en la historia del alpinismo.
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"Sería bonito llegar arriba juntas, pero lo veo muy complicado por la manera de trabajar de los coreanos", señala Edurne. "Nos encontraremos a Eun-Sun en el campo base del Annapurna porque las dos vamos a subir por la cara norte. Ella tenía previsto ir más tarde, pero adelantará la expedición al saber que, si todo va bien en el Shisha, nosotros iremos a mediados de abril. Además, en el campo base coincidirán cuatro o cinco expediciones coreanas. Es como si toda Corea estuviera allí".
La guipuzcoana inicia la conquista del Shisha Pangma, su penúltima cima
La montañera guipuzcoana confiesa que, lejos de las cumbres, se estresa. "Sobre todo, porque tengo que estar a mil asuntos. Cada vez que emprendo una expedición, subo al avión, apago el móvil y sé que tengo varios meses para hacer sólo una cosa: subir allí arriba. La montaña me tranquiliza y es una forma de vida, pero mentalmente los ochomiles ya me están cansando. Tengo ganas de terminarlos para pensar en otra cosa, empezar otra etapa en la vida".
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El primer paso es hollar el Sisha Pangma. "Es como mi espina reconoce Pasaban. Mira que no es la más complicada de los ochomiles, pero me ha dado guerra cuatro veces. Esta es la quinta, a ver si deja de tenerme esa manía".
La peliaguda situación política de la zona provoca que la frontera de Nepal con Tíbet esté cerrada hasta el próximo 16 de marzo, así que Edurne y su equipo aprovecharán para realizar la obligada aclimatación a la altura en una montaña nepalí de "sólo" 6.000 metros. "Luego, la idea es subir el Sisha, a cuya cumbre esperamos llegar sobre el 15 abril, bajar, estar cuatro días en Katmandú, comer y vuelta a la montaña (Annapurna). Me dará una pereza que te mueres, pero bueno".
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La siguiente y definitiva estación es el Annapurna, "una montaña peligrosa: tiene muchas avalanchas, he perdido varios amigos en ella Pasaremos miedo. Estuve en el campo base en 2007 y la verdad es que asusta. Voy porque quiero terminar los 14 ochomiles; si no, no iría".
Eun-Sun adelantará su expedición al Annapurna
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Además de avalanchas, hielo, viento y demás peligros, Edurne y su equipo se han acostumbrado a sortear algunas críticas. "Cuando una persona se hace conocida, para algunos está muy bien lo que hace y para otros, mal. Las críticas, más que afectarme, me duelen. Como todo el mundo, tengo mi corazoncito se sincera, pero yo nunca he engañado. Yo puedo subir a los ochomiles por las vías normales y ese es mi nivel. Luego, algunos dicen que esto lo hemos comercializado, pero ¿cómo vives si no del alpinismo? Si me explican y me dan otro camino, lo escucho y lo hago. No sé si será envidia, aunque yo intento no hacer daño ni engañar a nadie. ¿Por qué no critican a un futbolista o a un piloto de F1? Al final se trata de vivir practicando un deporte, en nuestro caso minoritario y superdesconocido. Ojalá detrás de mí vengan otros que cuando acudan en busca de un patrocinador para escalar, lo encuentren con más facilidad. Las críticas vienen de gente muy purista. Yo no me meto con el trabajo que ellos hacen. Vete a saber si lo hacen bien o mal".
La última cumbre moral que contabiliza Edurne es la decisión de Guardiola, entrenador del Barça, de estimular a sus futbolistas con el vídeo del frustrado rescate de Iñaki Ochoa de Olza, montañero navarro fallecido en 2008 cuando ascendía precisamente el Annapurna. "Es importante que se asocie nuestro deporte con valores como el trabajo en equipo y la solidaridad. A Iñaki lo tendremos muy presente porque, además, subiremos al Shisha por una ruta que abrió él".
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Su recuerdo es más fuerte que el poderío de una potencia como Corea y puede ser decisivo en esta carrera contrarreloj por hacer historia en el montañismo.