Contador premia a un viejo gregario
El de Pinto deja ganar a Tiralongo
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Contador sentenció el Giro poco después de que se empezase a correr. Por eso ahora se puede permitir el lujo de repartir etapas en el resto del pelotón. Lo que para los demás es lo máximo para él son migajas. Hoy el turno le tocó a Tiralongo. Su recompensa no fue por haber conducido a Contador en el último puerto de la jornada, o por haberle pasado en relevos para sacar tiempo a los rivales del de Pinto, sino porque en el pasado hizo las veces de fiel escudero del español.
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Tiralongo, del Astana, atacó en el último puesto de la jornada, una tachuela de tercera categoría que conducía hasta la meta de Macugnana. Quedaban siete kilómetros cuando el italiano se puso en cabeza, pedaleando con rabia en busca de la que podía ser su mayor victoria como profesional a los 33 años.
Cogió cierta distancia mientras por detrás unos cuantos demarraban en sus luchas personales. Lo intentó Dupont, también Purito Rodríguez buscando la etapa, pero ninguno de ellos logró alcanzar a Tiralongo. La cosa cambió poco antes de llegar al último kilómetro. Contador empezó a tirar con fuerza y se llevó de nuevo a todos por delante. No tardó en coger a Tiralongo, aquello que otros habían intentado pero nadie había conseguido. Al alcanzarle, Contador se puso a su vera y le dio consignas, como si siguiesen en el mismo equipo. "Es él quién me incitó a atacar", comentó tras la etapa Tiralongo. Es decir, que iba a dejarle espacio. Y así lo hicieron. El italiano salió por delante, cogió unos pocos metros y Contador llegó segundo a su rueda. Tres segundos más a Nibali, seis a Scarponi.
"Un gran amigo que iba delante, hizo un gran trabajo para que yo ganase el Tour el año pasado", resumía Contador sobre el desenlace de la antepenúltima etapa. En la general, lo de siempre, el Giro es de Contador. Este sábado, final en Sestriere.