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Condenado a la victoria

Basso gana el Giro de Italia. El español Arroyo, segundo en Verona

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Hace muchos años, más de 40, Eddy Merckx dio positivo. De hecho, sucedió en tres ocasiones a lo largo de su carrera deportiva. Se dopaba con estimulantes del sistema nervioso, sustancias que le permitían ir más allá de sus límites. Fue expulsado del Giro de 1969, pero nunca fue sancionado. Eran otros tiempos.

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Ayer, Ivan Basso ganó el Giro. Y recibió el dudoso honor de ser el primer ciclista que triunfa en una de las tres grandes carreras (Tour, Vuelta y Giro) después de haber cumplido dos años de suspensión por dopaje.

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Carlos Sastre no logra brillar y se clasifica octavo

Cuando la operación Puerto estalló en 2006, la Guardia Civil identificó a Basso como uno de los que se extraía y reinfundía sangre en la red del doctor Eufemiano Fuentes bajo el nombre en clave de Birillo. Aquel año fue excluido del Tour (sólo un día antes de su comienzo) y despedido por su equipo, el CSC. Pero Basso no cantó hasta un año después, cuando Ettore Torri, procurador antidopaje del CONI le mostró todas las pruebas existentes. El ciclista fue suspendido hasta el 24 de octubre de 2008. Ayer ganó su primera gran carrera con toda justicia porque el deporte acoge, con todos sus derechos aunque sin entusiasmo, a los que hicieron trampas en el pasado.

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Ivan Basso ha sido el más fuerte del presente Giro. Ha sido el mejor escalador y el que menos tiempo perdió en los días en que la carrera se volvió loca, como cuando el español David Arroyo se enfundó la maglia rosa en una jornada de lluvia y con un peligroso descenso en el Monte Grapa que rompió la general.

El manchego se ha encaramado a la élite mundial de golpe. Defendió el jersey de líder con más solidez de la esperada y sólo lo cedió el viernes ante la superioridad manifiesta de Basso.

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La contrarreloj final siempre es preferible una jornada de cierre con ciclismo auténtico ofreció un gran espectáculo con llegada en el anfiteatro romano de Verona. Ganó el sueco Gustav Lar-sson, con 42 segundos sobre Basso y 1:18 sobre Arroyo. Pero la general no varió. Carlos Sastre, sin brillo, se clasificó octavo. Nibali, una de las esperanzas del ciclismo italiano, logró un podio valioso. Como Arroyo, a la sombra de un convicto. Basso es el primero que sale de dos años de calabozo deportivo y gana una grande.

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