La chispa de la Liga
Desde su despenalización como sustancia dopante en 2004, la ingestión de cafeína se ha elevado entre los futbolistas
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La cafeína se ha convertido en la reina de las sustancias estimulantes utilizadas por los futbolistas. Desde su despenalización como sustancia dopante en enero de 2004, los jugadores de fútbol la consumen en abundancia y en diferentes formas. Los hay que la prefieren en pastillas, hasta sumar dosis de 400 miligramos antes de los partidos.
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Pero también existen los que la ingieren por las vías más habituales: café y bebidas refrescantes. No en vano, la cafeína es la sustancia psicoactiva más utilizada por el ser humano en todo el mundo y se ingiere en bebidas diferentes.
“Es verdad que el consumo de esta sustancia es frecuente y se entiende perfectamente desde el punto de vista del rendimiento en el campo. Es una sustancia permitida y una gran herramienta ergogénica (con capacidad para generar energía) legal.
Este efecto supone una gran ganancia de carbohidratos. La cafeína está muy al alcance de la mano: por ejemplo, una lata de Red Bull puede contener más cafeína que una taza de café. Eso ya es una cantidad de cafeína útil”.
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El interés de la cafeína, que estuvo prohibida (a niveles elevados) hasta el 1 de enero de 2004, se basa en su doble efecto. Por un lado, es un estimulante rápido del sistema nervioso.
Por otro, es un gran movilizador de ácidos grasos, lipolítico (descompone las grasas para la obtención de energía) y, por tanto, ahorrador de hidratos de carbono, la gasolina súper de los deportistas.
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La cafeína parece haberse convertido en la sustancia de moda. Esta misma semana, la compañía PepsiCo anunciaba el lanzamiento de una nueva bebida. Se llama Propel Invigorating Water y la fórmula es asombrosamente sencilla: agua con cafeína.