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El Barça se somete a otro plebiscito: la reforma del Camp Nou

EFE

El Barcelona celebra este sábado un trascendental referéndum, en el que tienen derecho a voto 118.578 socios, para decidir si en los próximos años la entidad impulsa la remodelación en profundidad del Camp Nou, la construcción de un nuevo Palau Blaugrana y la edificación de un nuevo Miniestadi, entre otras obras de urbanización, con un coste de 600 millones de euros.

Desde el 5 de marzo, el club que preside Josep María Bartomeu ha emprendido una intensa campaña informativa presupuestada en un millón de euros tanto en una exposición fija en el Camp Nou como otra itinerante, para informar a los socios de los beneficios de un megaproyecto cuya inversión -los 600 millones citados- la Junta considera viable.

Las urnas en el Camp Nou se abrirán a las 09.00 horas de mañana y se cerrarán a las 21.00, a la espera de que antes de las 22.00 se sepa ya qué corriente es la que se ha impuesto de las opciones posibles: 'sí', 'no' o papeleta en blanco. El club ha montado unas carpas gigantes en la explanada del fondo sur del Camp Nou para albergar las 180 mesas donde votarán los socios.

La pregunta que mañana se formulará al socio es la siguiente: '¿Aprueba la propuesta del nuevo Camp Nou, el Espacio Barça y el nuevo Palau Blaugrana?'. En la convocatoria de la consulta, el Barcelona ya dejó claro que a pesar de la relevancia del referéndum, la papeleta más votada será la que se impondrá, sin tener en consideración el número de votantes.

Todo apunta a que el referéndum será favorable y que, por lo tanto, el club podrá ponerse manos a la obra en una proyecto que alterará la vida de la entidad hasta iniciados los años veinte, cuando está previsto que el Camp Nou esté finalizado. De hecho, está previsto que las obras se inicien a partir del 2017 y finalicen en 2021, lo que afectará durante casi cuatro temporadas al Barcelona, en concreto a sus socios, especialmente a los que tienen asiento en el primer graderío, uno de los tres del Camp Nou que será remodelado por completo.

Cuando las obras se pongan en marcha en el primer anillo del estadio, todos los socios se deberán reubicar por todo el Camp Nou. El segundo graderío no se verá afectado más allá del cambio de asientos y accesos, mientras que el tercero se igualará en altura por la parte de tribuna para alcanzar el techo máximo que marca el lateral. En el 2021, el Camp Nou estará cubierto completamente, no como ahora, que sólo una marquesina protege la tribuna, y podrá albergar a 105.000 espectadores.

A pesar de la clara tendencia que existe a dar el visto bueno a la iniciativa de la directiva, el referéndum también podría ser utilizado por muchos socios para penalizar a la junta, después de la cantidad de acontecimientos negativos que está viviendo el club más allá del día a día del primer equipo.

El último hecho, la sanción de la FIFA contra el Barcelona, que no podrá contratar ni vender jugadores durante dos mercados de transacciones, ha generado mucho malestar en la masa social, cuya respuesta ante las urnas es del todo imprevisible, ya que la indignación se ha dirigido tanto al organismo internacional como a los gestores del Barça.

Este último episodio se ha sumado a todos los que ha protagonizado el club durante esta temporada en el plano extradeportivo, descatando el fraude cometido por Messi a Hacienda y el lío mayúsculo que han supuesto las cifras del fichaje de Neymar, que todavía continúa en los tribunales y que se se llevó por delante a Sandro Rosell.

La idea de emprender una profunda remodelación en el Camp Nou no es nueva, después de que la anterior junta azulgrana, presidida por Joan Laporta, presentase una impulsada por el arquitecto británico Norman Foster, cuya inversión estaba cifrada en 250 millones de euros y que estaba ligada a la venta de patrimonio.

Aquel proyecto quedó en vía muerta, ya que tras las elecciones del 2010 la junta de Sandro Rosell lo descartó por considerarlo faraónico. En su lugar, Rosell se había comprometido a llevar a cabo una reforma más moderada y contenida, que se moviese entre los 40 y 60 millones de euros.

No obstante, poco tiempo después de ser elegido mandatario, el ya dimitido presidente azulgrana emprendió una serie de contactos para poder construir un nuevo Camp Nou, bien en los terrenos que rodean al estadio o en la salida de la Ciudad Condal, idea que fue descartada por la negativa insistente de la Universidad, con la que había que permutar terrenos, y por el coste de la obra, alrededor de mil millones de euros.

Finalmente, a pesar de haberse marchado del club, la junta que permanece en la entidad está decidida a impulsar la obra más importante del Barcelona desde que en 1957 se inaugurase el Camp Nou, el séptimo recinto del club en la ciudad, al margen Estadio Olímpico, donde alguna vez tuvo que jugar como local por obras en su estadio.

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