El Barça hace oídos sordos

Al Barcelona no le gustó la noticia. Ronaldinho ha comentado en el vestuario que es su último año en el equipo, pero el club prefiere hacer oídos sordos. Un portavoz aseguró que la versión oficial de la institución es que no hace valoraciones al respecto. En los despachos no les consta la decisión del brasileño, sostienen.

En el vestuario no niegan el comentario. Más bien confían en que Ronaldinho cambie de opinión y no cumpla su anuncio desvelado ayer por Público de abandonar a los azulgrana convencido como está de que sólo lejos del Camp Nou podrá recuperar su nivel de antaño. El capitán, Carles Puyol, a menudo parco y sincero en sus manifestaciones, señaló: "Espero que no se vaya".

Puyol, sabedor de la difícil situación que atraviesa el brasileño, centro de una enconada polémica que ha alcanzado a su vida personal. "Está claro que algún día llegará su último año, pero espero que no sea éste", dijo el capitán.

Puyol, que mantiene una estrecha relación con el diez azulgrana, no ocultó que el futbolista ha atravesado momentos difíciles y se refirió a la "crítica destructiva": "Aquí se oyen muchas cosas, pero somos futbolistas y se nos tiene que juzgar por lo que hacemos en el terreno de juego", afirmó.

"Quiero que sea feliz"

El central se refirió también al estado anímico de Ronaldinho para juzgar la posibilidad de que abandone el club. "Yo quiero que Ronaldinho sea feliz, y creo que aquí es donde más feliz va a ser", concluyó.
Con ese rostro de ébano inescrutable, Frank Rijkaard levantó una ceja, cuando se le preguntó por la marcha del brasileño comunicada en el vestuario. "Es una noticia nueva para mí.

De momento, está con nosotros. Es un jugador muy, muy importante", acertó a decir. El holandés, que siendo jugador tuvo un difícil adiós en el Milan después de que Sacchi le instara a admitir que no estaba a su mejor nivel, no quiso valorar si Ronaldinho necesita irse para recuperar su mejor versión. "Aún tiene mucho que dar, se puede desarrollar futbolísticamente aquí por muchos años", comentó.

Sylvinho aseguró que no imagina un Barça sin el Balón de Oro de 2005. "Es muy difícil, pero a veces el fútbol es muy raro. Ahora no le veo en otro equipo, pero sí en el futuro. A la larga se irá, todos nos vamos algún día", reflexionó.

Antiguo responsable de la Oficina de Atención al Jugador y buen amigo del futbolista, Juan José Castillo, se mostró cauto a la hora de valorar la noticia. "Hay que ser realista. Me gustaría que siguiera aquí toda la vida y, en realidad, él nunca ha hecho público su deseo de irse, pero lleva un año entero sin ser feliz. Además, el club y determinados medios no siempre le han tratado como se merece, se ha ganado más respeto", lamentó Castillo, el ex empleado al que el presidente, Joan Laporta, agarró del cuello la semana pasada.