Paso a paso, Pellegrini construye su equipo. En cuanto han llegado los refuerzos solicitados ha comenzado a poner en práctica el dibujo que tantos éxitos le dio en el Villarreal. Ha situado así a Maresca y Camacho como ejes sobre los que se asienta la columna vertebral del equipo y a Apoño como falso interior derecho.

El problema es que los recién llegados vienen de una larga inactividad y no hay tiempo para la pretemporada que necesitan. A ello se une la gran cantidad de errores que comete el Málaga en defensa, a veces en la portería y en la mayoría de las ocasiones en los lanzamientos a balón parado. No es de extrañar pues que sea el equipo que más goles ha encajado en Primera.

Con esto, el fútbol malaguista mejora a ratos, pero carece todavía de un juego fluido en el centro del campo y da la impresión de no tener artillería para el ataque. La aportación de Baptista puede terminar de dibujar el nuevo paisaje que pretende Pellegrini aunque al argentino le queda mucho trabajo por delante y esperan de inmediato Valencia y Barcelona. El panorama no es demasiado halagüeño.

El Ahtletic sacó petróleo de sus escasas ocasiones. Pareció acusar el esfuerzo copero y basó todo su fútbol una vez más en los balones colgados en busca de Llorente. En uno de los intentos finales, Javi Martínez se vistió de rematador y dio a su equipo un botín inmerecido después de la pobre propuesta de los de Caparrós en La Rosaleda. Llorente corta así además su racha goleadora de los últimos encuentros.

El punto le sirve al Athletic para seguir en su empeño por alcanzar la zona europea. Al Málaga, el empate postrero le dejó sin dos triunfos consecutivos, algo que no sucede desde el 21 de febrero del año pasado. La recuperación clasificatoria y de juego está todavía por ver.