En Atenas, con todo

Ni una sola pregunta estrictamente sobre el clásico. Por experiencia, los periodistas sabían que ayer Guardiola no iba a responder acerca del partido ante el Real Madrid, así que directamente ni le inquirieron al respecto.

El Barça todavía no está aritméticamente clasificado para los octavos de la Liga de Campeones y eso es lo único en lo que está permitido pensar. Por eso, el técnico azulgrana ha viajado con toda la artillería y alineará ante el Panathinaikos "al mejor equipo", en el que ya podría estar Abidal tras recibir ayer el alta médica.

Si empatan o gana el Copenhague al Rubin en el partido que se juega a las 18.30, al Barça le bastaría con un empate para certificar su pase a la siguiente ronda. Pero a Guardiola poco le importa: "La alineación estará decidida antes de que acabe ese partido".

Abidal está listo para jugar tras recibir ayer el alta médica

Además de su primera victoria en el campo del Panathinaikos "ojalá a la tercera vaya la vencida", expresó Busquets, el conjunto azulgrana espera romper también su mala dinámica en competición europea como visitante. No gana desde que en diciembre del año pasado lo hizo en Kiev ante el Dinamo. "Tenemos la ocasión de romper esa estadística, pero hemos sido campeones y semifinalistas sin ganar demasiado fuera de casa", recordó Guardiola.

Si quiere encontrar más motivaciones todavía para ganar, puede el técnico apelar a la historia, a la derrota por 4-0 ante el Milan en la final de la Liga de Campeones del 94, en el mismo Olímpico de Atenas que acoge hoy el encuentro, con el propio Guardiola como jugador. El escenario le genera algo de nostalgia, pero también buenos recuerdos: "Fue una satisfacción llegar a una final. Después, las espinas están ahí".

Ante sí, el Barça tendrá a un Panathinaikos que estrena técnico en Europa. Es el portugués Ferreira, hasta hace menos de un mes entrenador del Málaga. "Sabemos cómo jugaba en el Málaga y en el Oporto, pero no cómo lo hará aquí. Preferiríamos tener más referencias", advierte Pep.