Ancelotti pierde a su lugarteniente para Lisboa
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El 0-4 del Real Madrid en Múnich solo dejó un lunar, la tarjeta amarilla que vio en el minuto 38 de partido Xabi Alonso. La que le impedirá poder saltar al césped del estadio Da Luz en Lisboa el 24 de mayo. Un serio contratiempo para el esquema de Carlo Ancelotti, que considera al tolosarra su continuación en el terreno de juego. Las opciones que tendrá que barajar el italiano en la final de la Champions pasan por alinear a Illarramendi, Isco o incluso a Sami Khedira.
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Alonso era uno de los tres jugadores -junto a Sergio Ramos y Asier Illarramendi- que estaban apercibidos de sanción. El Real Madrid ya ganaba por 0-3. Apenas se había interrumpido el juego. Pero el ímpetu y el compromiso defensivo del centrocampista le llevó a tirarse al suelo para intentar cortar una carrera de Schweinsteiger. No llegó al balón y se llevó por delante al alemán. Un error mayúsculo. Una entrada a destiempo e innecesaria, acompañada de un resbalón, que propició que el colegiado portugués Pedro Proença se llevara la mano al bolsillo y le tuviera que mostrar la fatídica amarilla.
Desde el primer momento, la cara de Xabi Alonso fue de absoluto lamento. Sabía que iba a ser amonestado y que se iba a perder la final de Lisboa. Se revolvió en el césped, se llevó las manos a la cabeza. No quería levantarse. Era un castigo demasido duro. No todos los días se puede disfrutar de una final de la Liga de Campeones. Y eso que Alonso ya sabe lo que es disputar una y ganarla. Lo vivió en 2005 cuando militaba en aquel Liverpool que remontó ante el Milan, que dirigía precisamente Ancelotti, en Estambul.
Después del partido, el tolosarra se lamentaba con amargura y criticaba la regla de la UEFA: "Me parece dudosa tarjeta en sí, falta sí era, pero más que injusta la tarjeta me parece injusta la regla. Que en toda la competición no haya momento para quitar tarjetas y tengas que jugar 13 partidos corriendo este riesgo... Por una tarjeta te quitan la final, que es una pena". Sin embargo, confió en que sus compañeros sean capaces de ganar la Champions.
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Ancelotti también se mostró entristecido por la ausencia de Alonso en Lisboa. "Estamos muy tristes por Xabi Alonso, no sólo por su perfil técnico y porque perdemos a un jugador muy importante, sino también por el perfil personal. Merecía jugar la final es una tarjeta injusta", manifestó el italiano. Ahora, el técnico dispone de 24 días para decidir qué jugador ocupa el lugar de Alonso en el esquema blanco.
La opción más natural pasaría por Illarramendi, pese a que salió tocado del partido de Dortmund. Isco podría ser otra variante, aunque más arriesgada. El malagueño ha cuajado buenas actuaciones ocupando el volante izquierdo en un esquema 4-4-2, sacrificándose en labores más defensivas para ayudar a Coentrao. Y la última pero más improbable es la vuelta de Khedira. El alemán ya lleva días entrenándose con sus compañeros mostrando una recuperación total de su lesión de rodilla. Su handicap, la falta de minutos oficiales.
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