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Ancelotti se enfrenta a viejos y nuevos fantasmas en Riazor

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Hablar de Carlo Ancelotti y Riazor en la misma frase es trasladarse, irremediablemente, al 7 de abril de 2004. En aquel entonces, el Milán, vigente campeón de la Champions League y el máximo favorito para revalidar el título europeo, llegaba al feudo gallego para disputar el partido de vuelta de cuartos de final. Tras endosarle un 4-1 en San Siro al Deportivo de la Coruña, nadie hacía presagiar lo que pasaría 90 minutos después de que el colegiado suizo Urs Meier decretase el inicio de la contienda.

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Con 29.000 almas a sus espaldas, los de Javier Irureta, materializaron una de las mayores gestas del torneo continental al conseguir remontar el cruce, gracias a los goles de Pandiani, Valerón, Luque y Fran. Un 4-0 que dejó en la cuneta a Ancelotti y a su elenco de estrellas, donde militaban Kaká, Maldini, Nesta, Pirlo o Shevchenko, entre otros. 

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Diez años después, el italiano regresa al lugar del crimen. De nuevo tiene a su mando a una de las mejores plantillas de Europa, y el Deportivo de la actualidad dista mucho de aquel 'Super Depor' que consiguió proclamarse campeón de Liga, protagonizar el 'Centenariazo' al conquistar la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu el día en el que el Real Madrid cumplía 100 años y contribuyó a que los blancos permaneciesen nada menos que 18 años sin vencer en Riazor. No fue hasta la temporada 2009/2010 cuando Guti rompió el maleficiocon un soberbio taconazo que convirtió Benzemá.

Desde entonces, los blancos han conseguido cuatro de los seis puntos que han disputado -los dos descensos de los blanquiazules impidieron que se viesen las caras en las temporadas 2011/2012 y 2013/2014-, alejando así cualquier atisbo que hiciese pensar que el maleficio de Riazor pudiese aparecer de nuevo. Sin embargo, los blancos tienen ahora otros fantasmas que atender. El Real Madrid está firmando un paupérrimo inicio de temporada, logrando en Liga únicamente una victoria en tres jornadas. Las derrotas sonrojantes ante la Real Sociedad y el vecino de la capital, el Atlético de Madrid, han hecho saltar las alarmas en la Casa Blanca. Con la goleada bálsamica ante el Basilea en Champions, Ancelotti confía en que sus pupilos reaccionen en Liga y empiecen a escalar cuanto antes posiciones en la tabla.

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La regularidad demostrada en los últimos años por Barcelona y el vigente campeón doméstico impide al conjunto de Chamartín demorarse más en su tarea de lograr la segunda victoria de la temporada. Abrir brecha a estas alturas del año puede suponer decir adiós a la opción de alzar la Liga en mayo. Para ello, el Real Madrid se encomendará a un Cristiano Ronaldo que se acerca a su plenitud, tras superar sus problemas físicos y que encara el reto de marcar en uno de los pocos estadios que se le resiste.

En tres visitas nunca firmó un tanto en A Coruña y los seis que ha endosado al Deportivo siempre fueron en el Santiago Bernabéu. Liderará un ataque donde Ancelotti pedirá más a Gareth Bale, que ha protagonizado un arranque de campaña bastante gris, y confiará en que el olfato goleador de Benzema, cuyo gol en competición europea calmó su mala racha, haya llegado para quedarse.

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Las dudas surgen en la zaga, después de que Dani Carvajal haya dejado atrás sus problemas físicos. La alta concentración de partidos de esta semana provocará que haya rotaciones en el lateral derecho. En el eje de la zaga, Raphael Varane celebrará su renovación acompañando de inicio a Sergio Ramos. El portugués Pepe arrastra molestias y Ancelotti optará por darle descanso. 

Precisamente las rotaciones serán la nota dominante en el Deportivo de Víctor Fernández.El Deportivo se desgastó ante el Eibar en Ipurúa y recargará las pilas ante el Real Madrid con numerosos cambios en el once. Su técnico, Víctor Fernández, intentará poner en acción un equipo físico, capaz de resistir las acometidas del conjunto blanco. El preparador aragonés reveló que necesita "jugadores rápidos", juntará las líneas en defensa y buscará el contrataataque, estilo de juego para el que recupera al argentino Luis Fariña, que superó a tiempo una lesión muscular y será, en principio, una de las novedades en el once en detrimento de Juan Domínguez.

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La gran sorpresa podría estar en el centro de la defensa con una pareja inédita, el brasileño Sidnei Rechel y el francés Modibo Diakité, que destaca por su envergadura y su velocidad y que aún no ha debutado. En ese caso, dejaría en el banquillo a Alberto Lopo y también podría hacer lo propio con el portugués Luis Carlos Correia, 'Luisinho', que sería sustituido en el once por Roberto Canella, recuperado de una contusión en un dedo.

De aquel Deportivo de la Coruña que plantaba cara al Real Madrid y al resto de grandes europeos sólo queda el recuerdo. Pero los blancos aún están lejos de su mejor nivel y los gallegos quieren aprovechar la coyuntura para, por qué no, revivir a viejos fantasmas del pasado y alentar a los nuevos que han aparecido en la Casa Blanca.

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