Vicente Amigo: "Me siento como un grano de polvo en el espacio"
Le conocíamos como virtuoso de la guitarra, pero cuando a Vicente Amigo (Sevilla, 1967) le da por escribir letras también hila fino. Así lo demuestra en su último disco 'Paseo de Gracia' en elque canta Enrique Morent
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Le conocíamos como virtuoso de la guitarra, pero cuando a Vicente Amigo (Sevilla, 1967) le da por escribir letras también hila fino. Por ejemplo: "Érase una vez un barco de papel perdido, / érase una vez un hombre de cartón herido, / érase una vez una playa sin mar, sin niños, / érase una vez que me miré al espejo hundido". Si esto lo canta Enrique Morente, como ocurre en el nuevo disco del guitarrista, Paseo de Gracia, el resultado es fulminante.
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¿De qué habla Paseo de Gracia?
Principalmente, del amor que un artista tiene por su profesión. En realidad, nada de lo que te pueda contar con palabras se va a aproximar a lo que cuenta la música. Las que tienen letra se explican mejor, como Autorretrato, que habla de un momento muy duro, de bajón. Necesitaba a alguien con experiencia para cantarla, y por eso llamé a Enrique Morente.
Dígame algo que aprendió de Morente.
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Su sentido de la justicia. Le da a la gente su sitio, da igual quién seas. Presta atención hasta al más pequeño. Y eso no lo hace todo el mundo.
En su nuevo disco coquetea con el pop.
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Sí, gracias a la amistad que tengo con Alejandro Sanz me he acercado al pop, siempre con mucho respeto. El tema que canta él en el disco, Y será verdad, es bastante pop, pero sin huir del flamenco. Sigue estando el guitarrista flamenco detrás.
¿Por qué ese título, Paseo de Gracia?
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El Paseo de Gracia no es sólo un lugar de Barcelona, es un estado mental. De día tiene una luz maravillosa y de noche es pura magia. El título se me ocurrió paseando por su acera la noche antes de la extraordinaria corrida de José Tomás. Soy amigo suyo y le dediqué un tema en mi anterior disco. La guitarra y el toreo son dos artes que tienen mucho que ver. Cuando algo te emociona da lo mismo lo que sea. Al final, todos los artistas lo que quieren es mostrarse como son.
¿Se puede cantar con la guitarra?
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Yo lo intento. En algunas canciones de este disco trato de imitar con la guitarra lo que los cantantes invitados hacen con la voz. Es como utilizar un instrumento de seis cuerdas como si fuera una garganta.
(Durante la entrevista, Amigo rasguea sin parar su guitarra española. Sólo deja de puntear cuando quiere recalcar alguna respuesta. Acto seguido, vuelve al rasgueo. Dan ganas de no seguir preguntando).
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¿Ensaya mucho?
Cinco o seis horas al día. No quiere decir que esté estudiando técnica todo ese tiempo. Estudio una hora y luego me pongo a buscar ideas y a grabar en el ordenador.
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¿Cómo compone?
De muchas maneras. Una melodía te puede salir conduciendo. Lo malo es cuando luego no te acuerdas. Por eso, suelo llevar algo para grabarme.
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¿Cómo convenció a Alejandro Sanz paraque cantara en su disco?
Llamándolo y pidiéndoselo. Le conozco desde que grabamos juntos Corazón partío y somos muy buenos amigos. Compuse esa canción para él y la grabamos en una tarde, en un pequeño estudio de Cádiz.
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A un artista así, ¿le da alguna consigna?
No, le das toda la libertad del mundo. En este caso, como yo conozco bien a Alejandro y la canción estaba hecha para él, sabía que no necesitaba decirle nada.
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A Bruce Springsteen, ¿no le haría un tema?
Hombre, a Bruce Springsteen no lo conozco tanto. Coincidí con él en casa de Sting, en Malibú, en una fiesta a la que me llevó Antonio Banderas. Estuve tocando y en las escaleras veía a un tío con barba y gorra que me sonaba mucho. Cuando nos íbamos, le dije a Antonio: ¿Quién es ese que me suena mucho?. Y me responde: ¡Pero si te lo presenté antes, es Bruce Springsteen!.
¿Teme convertirse en una institución?
Para nada. Me siento un grano de polvo en el espacio.
¿Qué le falta?
Mucha más serenidad. Como digo en una de mis canciones: "Cuando muera quedaré tranquilo, / sin miedo, sin pena /, pero sólo cuando muera".
¿Ha cambiado su manera de entender la música desde que comenzó hasta ahora?
No. Sigo abierto a toda la música, con los oídos y con el corazón. No busco nada más que un buen resultado: ni dinero, ni vender más discos, ni más consideración... Sólo busco hacer las cosas bien. Serenidad y sentirme bien.
¿Y lo consigue?
Es difícil. Lo impide uno mismo, que es el mayor enemigo que se puede tener. Si no te perdonas las cosas, tienes un problema. Me gustaría llegar a entenderme mejor y a aceptarme más.
En un mundo de virtuosos, ¿se corre el peligro de convertir la música en una competición?
Muchos lo hacen, pero yo no. Si entras a competir, te pierdes en un mundo estresante y oscuro. Yo prefiero buscar dentro de mí. A veces tenemos la claridad muy cerca y ni nos damos cuenta.
¿Pueden convivir en un disco la pureza y la proyección popular?
Por supuesto, mientras la pureza no diga lo contrario (ríe). El Yesterday, ¿no era puro? ¿Y El lago de los cisnes? ¿Era puro o no?