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Verano Springsteen

'Bruce', la primera biografía autorizada en 25 años del cantante estadounidense, llega a las librerías. Y el 22 de julio se estrena la película documental 'Springsteen & I', producida por Ridley Scott

BEGOÑA PIÑA

Este va a ser el verano Springsteen. El 22 de julio se estrenará en el mundo entero la película documental Springsteen & I, producida por Ridley Scott y Mr. Wolf. Trabajo colectivo, en el que han podido colaborar los seguidores del músico, con él se rubrica la influencia del Boss en millones de personas de todo el planeta. Las entradas se pondrán a la venta el 4 de junio.

Mientras tanto, en la reventa, el precio de las entradas para el único concierto que el músico dará este año en España, el 26 de junio en Gijón, ya ha superado los 1.000 euros.

Es el verano de Bruce Springsteen,  de quien, además, acaba de publicarse la primera biografía autorizada en 25 años.  Obra de Peter Ames Carlin, Bruce, hace el retrato de varios decenios de música, años de decepciones, grandes encuentros, sonoras broncas y emocionantes hallazgos de un chico de Nueva Jersey que conquistó la fama.

'En una noche en la que necesitaba sentirme joven, me hizo sentir como si estuviera escuchando música por primera vez. Vi mi pasado de rock and roll que destellaba ante mis ojos. Y vi algo más. Vi el futuro del rock and roll, y su nombre es Bruce Springsteen'. Era mayo de 1974. El crítico musical John Landau, hundido por el inminente final de su matrimonio, acudió deprimido al concierto de la E Street Band en el Harvard Square Theatre, donde los músicos actuaban de teloneros de Bonnie Raitt. La columna del joven periodista, a pesar de haber aparecido en el periódico más alternativo de Boston, sacudió a toda la industria musical y muy especialmente a los mandamases de Columbia/CBS Records.

'Springsteen lo es todo. Es un gamberro del rock and roll, un poeta latino de la calle, un bailarín de ballet, un actor, un bromista, un líder de banda, un guitarrista rítmico de la hostia, un cantante extraordinario y un brillante compositor de rock and roll'. Las palabras del que luego se convirtió en su representante y productor musical siguen vigentes hoy, cuando el músico, con sus más de sesenta años, continúa llenando estadios en todo el mundo.

Bruce Springsteen, uno de los grandes iconos del rock and roll, sufrió indirectamente la muerte en accidente de su tía Virginia, cuando aquella tenía cinco años. Cuando él nació, sus abuelos, especialmente la madre de su padre, desolada aún por la pérdida de su hija, se volcó en él, dándole un amor que rayaba la locura y que marcó la infancia del pequeño. Su padre, sin embargo, entró en una existencia vacía de noches en blanco y miradas perdidas que le apartó de él durante prácticamente toda la vida. El equilibrio lo puso su madre Adele, absolutamente incondicional suya. Ella pedía créditos para comprarle las guitarras, el padre protestaba por el ruido que hacía con ellas.

Chico solitario y encerrado en sí mismo, Springsteen descubrió con ocho años a Elvis Presley -'le echaba huevos, tenía una autoridad indiscutible'- y empezó a interesarse por la música. Un poco más tarde, escuchó a The Beatles y ese mismo verano se compró su primera acústica. A partir de ahí, el periodista Peter Ames Carlin desvela pocos secretos musicales del Boss, pero reproduce magníficamente el viaje de éste hasta el éxito apoyándose en el testimonio de muchas personas de la vida del músico o en declaraciones del propio Springsteen.

En ese recorrido, desde la primera banda, The Castiles, pasando por los años de Steel Mill hasta la E Street Band, la vida de Bruce Springsteen ha tenido tremendos altibajos, amores y desamores, interesantes encuentros y hallazgos que él supo aprovechar y otros que desperdició. Generoso y entregado a la música, durante decenios demostró unos celos insanos con sus parejas y bastante compañerismo con los músicos de la banda. 'Lo único que tiene que hacer la gente es ver a la banda - dijo en una entrevista en la radio-. No importa si el lugar está lleno o vacío... los chicos tocan siempre desde el corazón. Son unos tíos geniales y lo dan todo, todas las noches, todo el rato'.

Algunos de esos músicos habían sido antes compañeros de partidas semanales de Monopoly. Steven Van Zandt, Albee Tellone, John Lyon y Springsteen jugaban  a comprar y venderse propiedades saltándose todas las reglas y sobornándose con cervezas, patatas fritas y cualquier cosa que tuvieran a mano en aquellas veladas. Bruce Springsteen era el mejor en ese juego sucio consentido y se ganó el nombre de rey de la comida basura, pero a él no le gustó mucho el mote, así que consiguió que lo cambiaran por el de Boss. Allí nació el apodo de una leyenda, aunque tardó algunos años en desvelarse.

Todos los éxitos -desde Born to Run hasta The Promise-, también los fracasos, y todos los cómplices que ha tenido a lo largo de los años están en esta biografía, donde una de las figuras que más aparece es, sin duda, la del músico Steve Van Zandt, el amigo que siempre le ha acompañado, a pesar de algunos graves desacuerdos entre ellos. 'De repente nos convertimos en una pandilla de mocosos rocanroleros -recuerda Van Zandt-. Sucedió así, y yo puse de mi parte con todas mis fuerzas porque soy un tipo de banda. Un pandillero'.

Con él, en la vida del Boss hay otra figura recurrente, aunque por motivos diferentes, la de su padre. Cuando el músico ganó el Oscar a la Mejor Canción Original con Streets of Philadelphia, dijo poco más de cuatro palabras y partió a llevar la estatuilla a la casa familiar. La puso en la mesa de la cocina, delante de Doug Springsteen, y éste 'sollozó de orgullo'. Allí se cerró uno de los capítulos más dolorosos de la vida del artista.

Springsteen, al que muchos llaman el trovador de la clase obrera, ha destacado por ser una de las voces progresistas y comprometidas de la música de EEUU. Esto y su impresionante éxito -20 Grammys, dos Globos de Oro, un Oscar, 65 millones de álbumes vendidos en su país y 120 en todo el mundo- le han convertido en uno de los objeto de deseo más apreciados de los políticos demócratas americanos. Cabeza de cartel en la campaña 'Vota por el cambio', Obama le invitó a actuar en 2009 en el concierto Somos Uno, que se celebró dos días antes de su investidura.

'Creo que ve a Springsteen -dice David Axelrod, jefe de campaña del presidente entonces- como una especie de poeta del sueño americano. Un poeta que da vida a las esperanzas, los sueños y los desafíos a los que se enfrenta la gente, y con un estilo único y maravilloso'.

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