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“Los trabajadores humanitarios son los fontaneros de las guerras”

"Un drama dentro de una comedia"

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Fernando León y Benicio del Toro, en el rodaje de la película.

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MADRID.- Miles de trabajadores humanitarios repartidos por todo el mundo recibieron la semana pasada el reconocimiento de la ONU en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. A todos ellos dedica su nueva película Fernando León de Aranoa, ‘Un día perfecto’. Inspirada en situaciones que él mismo ha vivido en Uganda, Sudán o los Balcanes, la historia se construyó también sobre la novela ‘Dejarse llover’, de Paula Farias, escritora y médico en zonas de conflicto. Y, como en la propia realidad, la aventura de sus protagonistas está rodeada de tragedia, pero también de ironía y de humor negro.

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"Un drama dentro de una comedia"

Presentada en el Festival de Cine de Cannes, la película -“un drama dentro de una comedia”- recibió una tibia acogida en el certamen por parte de la crítica, que no digirió demasiado bien justamente esa presencia de humor ácido en medio de situaciones de drama o tragedia, y que algunos llamaron “conflicto de tono”. A cambio, frente al equilibrio que algunos echaron en falta, la película de Fernando León de Aranoa es un magnífico retrato de las tareas reales que realizan estas personas y de los distintos tipos de trabajadores humanitarios que existen.

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Fe en el ser humano

“El ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor, y lo que es más sorprendente, es capaz de ambas cosas el mismo día”, sentencia Fernando León, que, a pesar de todo lo que ha visto en estas zonas de guerra y todo lo que le han contado “mantengo mi fe en el ser humano. La guerra de los Balcanes ha sido de las peores y yo la vi de muy cerca. Y todas esas lógicas de guerra silencios te hacen pensar lo peor, pero sabes que también hay gente capaz de lo mejor. La película encierra algo de esperanza”.

"La guerra está dentro de todos"

“Con ‘Un día perfecto’ quería contar cómo la primera víctima de una guerra es el sentido común, la racionalidad. Los trabajadores humanitarios son ese sentido común. Son los que ponen orden a ese caos. No es solo el agua de ese pozo el que está corrompido, sino todo el comportamiento de los que aparecen alrededor. Y ahí están el odio, la burocracia, el miedo, los intereses diferentes…”

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