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Tablas en la guerra por el Oscar

'Los descendientes' y 'The Artist', principales favoritas a la estatuilla dorada, se reparten los premios. Almodóvar pierde y Allen se lleva el galardón al guión

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No hubo grandes sorpresas, ni grandes escándalos, ni grandes momentos. La 69 edición de la gala de los Globos de Oro, que tuvo lugar el pasado domingo en Los Ángeles, fue una noche agradable sin ser memorable. The Artist se llevó más galardones que nadie, tres, incluido el de mejor comedia; y Los descendientes ganó el premio al mejor drama y al mejor actor (George Clooney). Ricky Gervais, el polémico presentador británico que el año pasado causó más de una úlcera, estuvo comedido. La primera batalla de la guerra por el Oscar, entre The Artist y Los descendientes, quedó en tablas.

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Al menos a nadie se le atragantó el canapé. Se supone que los Globos de Oro son una ceremonia más informal que los Oscar, los convidados están sentados (hacinados) en mesas y, como subrayaba Clooney al entrar, están más relajados porque beben alcohol. Pero no lo suficiente como para animar una noche que siguió el guión a rajatabla.

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La película muda francesa ya ha hecho historia pase lo que pase

The Artist también se llevó el premio al mejor actor, Jean Dujardin, y mejor banda sonora (Ludovic Bourse), pese a la polémica creada por la inclusión, durante los momentos más emotivos de la película, de la música de Vertigo, el clásico de Hitchcock, compuesta por el mítico Bernard Herrmann en 1958. Los descendientes marcó el regresodel director Alexander Payne después de una ausencia de siete años. Payne perdió en la categoría de mejor director ante Martin Scorsese, por La invención de Hugo, otro filme nostálgico sobre los inicios del cine, homenaje de un soñador a sus predecesores del celuloide.

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Fue una noche para los grandes veteranos: Steven Spielberg se llevó el premio al mejor largometraje de animación por Las aventuras de Tintin; Woody Allen, galardonado por el mejor guión de Medianoche en París, no asistió a la ceremonia; Meryl Streep barrió a la competencia por encarnar a Margaret Thatcher en La dama de hierro; Christopher Plummer fue premiado como mejor actor secundario por Beginners. Sydney Poitier, estupendo a sus 84 años, y Helen Mirren entregaron el galardón conmemorativo Cecil B. DeMille a Morgan Freeman.

Meryl Streep, que consiguió el Globo de Oro anteriormente por Julie & Julia (2009), El diablo viste de Prada (2006), Angels in America (2003), Adaptación (2002), La decisión de Sophie (1983), La mujer del teniente francés (1982) y Kramer contra Kramer (1979), y que no encontraba sus gafas, homenajeó muy emocionada a las otras nominadas: Glenn Close (Albert Nobbs), Viola Davis (Criadas y señoras), Rooney Mara (Millenium. Los hombres que no amaban a las mujeres) y Tilda Swinton (Tenemos que hablar de Kevin). "Este ha sido un buen año para las interpretaciones femeninas", dijo Streep.

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El tándem Clooney-Payne es la apuesta estadounidense para el Oscar

Entre las caras nuevas, o casi, Michelle Williams, mejor actriz de comedia o musical por hacer de diosa del cine en Mi semana con Marilyn; y Octavia Spencer, por Criadas y señoras. Spencer tuvo una de las intervenciones más sinceras y emotivas de la velada al recordar a Martin Luther King, cuyo aniversario se conmemoró ayer en EEUU. El papel de criada negra de Spencer fue criticado en su momento por ahondar en el estereotipo, pero la actriz resaltó que la película "representaba a personas de verdad", parte del tejido social de la época. "Es importante que las jóvenes generaciones se den cuenta del camino que hemos recorrido", declaró Spencer.

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La piel que habito, que competía en el apartado de mejor largometraje extranjero, perdió, sin gran sorpresa, ante la gran favorita, la iraní Nader y Simin. Una separación, de Asghar Farhadi. El verdadero triunfador de la velada fue Harvey Weinstein, el productor iracundo y brillante que fundó Miramax (con su hermano, en los noventa, que luego perdió) y que ahora ha vuelto con fuerza, gracias asus incansables esfuerzos de promoción, con tres películas:La dama de hierro; Mi semana con Marilyn y The Artist.

Scorsese, mejor director por otro filme nostálgico sobre el cine

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El cómico británico Ricky Gervais no aumentó este año la lista de hollywoodienses agraviados. Era la tercera vez que el creador de la serie de culto The Office presentaba los galardones y el año pasado su irreverencia no sentó muy bien a algunos. El domingo se limitó al monólogo inicial: "¿Estáis nerviosos?", increpó al empezar. Gervais dudó de la virilidad del cantante Justin Bieber, menospreció los Globos de Oro e hizo chistes facilones sobre Colin Firth, Antonio Banderas, Salma Hayek y Madonna. Todos le devolvieron el sarcasmo de una forma u otra.

El momento más hortera de la ceremonia corrió a cargo del actor cómico Seth Rogen (Lío embarazoso) al entregar un premio con Kate Beckinsale. "Hola, soy Seth Rogen y en estos momentos estoy tratando de disimular una erección masiva", espetó nada más entrar en escena, lo que dejó descolocada a Beckinsale, incapaz de aguantar la risa.

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En el apartado de televisión, siempre menos glamouroso que el del cine, el drama sobre terrorismo Homeland y la comedia de situación Modern Family triunfaron como las mejores series de 2011.

Homeland se llevó dos Globos de Oro al imponerse a Boardwalk Empire ganadora el año pasado y Juego de tronos, los otros dos favoritos en la categoría de mejor drama de la pequeña pantalla, que también disputaban American Horror Story y Boss. La serie logró un segundo reconocimiento que fue a parar a las manos de Claire Danes como mejor actriz protagonista por su interpretación de una agente de la CIA, lo que supuso su tercera victoria en los Globos de Oro tras My So-Called Life (1994) y Temple Grandin (2010).

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Kelsey Grammer se llevó contra pronóstico el galardón de mejor actor dramático por su nueva serie Boss, en la que encarna a un alcalde de Chicago al que diagnostican una enfermedad neuronal degenerativa. Competía con los favoritos Bryan Cranston (Breaking Bad) y Steve Buscemi (Boardwalk Empire)

Laura Dern consiguió el premio de mejor actriz por Iluminada, y Matt LeBlanc se llevó su primer Globo de Oro por Episodes. Era su cuarta nominación tras ser candidato por Friends dos veces, por Joey, y por interpretarse (casi) a sí mismo en Episodes.

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En las categorías interpretativas secundarias resultaron vencedores Peter Dinklage por Juego de tronos, quien ya se había llevado el Emmy por ese mismo trabajo el año pasado, y la veterana Jessica Lange por American Horror Story. Lange arrebató el galardón a la colombiana Sofía Vergara, también nominada en 2011 por Modern Family.

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