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Series sobresalientes ignoradas por los premios

‘The Leftovers’

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Series sobresalientes, pero sin premios.

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Advertencia: Este texto contiene spoilers si no se han visto todas las temporadas de las series mencionadas.

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En la misma línea se movió en su día, no hace tanto, Perdidos. En 2006 ganó el Globo como mejor drama y actores como Michael Emerson (Ben Linus) y Terry O’Quinn (John Locke), con un Emmy cada uno, eran la excepción de un reparto kilométrico pero poco premiado pese a que Naveen Andrews y Henry Ian Cusick también fueron nominados.

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Esto, lo de dejar fuera de los premios a series de notable calidad temporada tras temporada, no es algo exclusivo de la ciencia ficción, la fantasía o los superhéroes, es cierto. Ahí está el caso de The Americans, por ejemplo, a la que le ha costado cuatro temporadas entrar en liza.

‘The Leftovers’

Creada por Damon Lindelof y Tom Perrota (autor de la novela homónima en la que se basa y de la que se distancia casi ya en el primer capítulo), The Leftovers es algo así como un premio a la constancia. La primera temporada estaba falta de ritmo, tenía tramas sin ningún interés y personajes prescindibles. Pero entonces llegó la segunda y el salto de calidad fue mayúsculo. Haber aguantado la primera tanda de episodios encontró premio con la segunda. La acción abandonó Mapleton para mudarse a Miracle y seguir a Kevin (Justin Theroux) y Nora (Carrie Coon) en su nueva vida.

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‘Penny Dreadful’

Esta era la última oportunidad para Vanessa Ives. Su última esperanza para que quienes dan los premios la tuviesen en cuenta a la hora de reconocer el talento desplegado por Eva Green a lo largo de las tres oscuras temporadas que ha durado esta pequeña joya gótica titulada Penny Dreadful. John Logan se propuso juntar en un mismo escenario (Londres) a todos los monstruos de la literatura y convertirles en una suerte de familia de freaks que se aman y odian a partes iguales.

'Los cien'

Pocas series han arriesgado tanto como Los 100. Nacida al abrigo de una cadena como The CW, dirigida a un público muy específico y emitida en España por Syfy, esta serie de adolescentes y para adolescentes se ha atrevido como pocas a hacer lo que le da la gana. Fue tras su segunda temporada cuando trascendió dejando de ser "una serie para adolescentes". Hay muchos antes y después en esta ficción creada por Jason Rothenberg en la que un grupo de menores son enviados a una Tierra devastada y radiactiva desde una estación espacial donde se refugia lo que queda de la raza humana. Su misión es un poco suicida. Deben comprobar si la Tierra es habitable. Son la avanzadilla y se convierten en los líderes de la gente del cielo. Adolescentes que maduran a golpe de ataque enemigo.

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‘Daredevil’

El salto de calidad que supuso la primera temporada de la serie de Drew Goddard para el género superheroico no tiene parangón. Luego vino Jessica Jones, pero la primera es Daredevil y suyo es el mérito de haber demostrado que las series de superhéroes no tienen porque ser simplemente un colorido entretenimiento. Es cierto que sus títulos de crédito y sus efectos especiales estuvieron nominados a los Emmy en la edición de 2015. Y también se acordaron de ella en las categorías de sonido y efectos especiales. Poco reconocimiento para lo que ha supuesto. La serie en su conjunto y la actuación de Vincent D’Onofrio como Wilson Fisk deberían haber hecho más ruido.

‘Orphan Black’

Cuatro temporadas se han emitido ya de Orphan Black y Tatiana Maslany sigue sin ser reconocida como se merece —a nivel de premios de relumbrón— por el titánico trabajo que realiza en una serie que ha llegado tarde a España. No ha sido hasta el desembarco de Netflix que el público español ha podido verla, saborearla y maravillarse por la capacidad de la actriz canadiense para interpretar a tantos y tan distintos personajes por episodio. Ella es el alma de la serie. Una serie que gira en torno al afán de un grupo de científicos por jugar con el ADN ajeno ya sea para clonar seres humanos o modificarlos genéticamente en busca del ser humano perfecto. Maslany interpreta a los clones femeninos. Sí, a todos. Y a todos los hace creíbles.

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‘Sense8’

Las hermanas Wachowski son capaces de crear auténticas maravillas y auténticos patinazos. Sense8 pertenece a las primeras. Tras El atlas de las nubes y El destino de Júpiter, que no consiguieron poner de acuerdo a la crítica, Lana y Lilly saltaron al mundo de las series de la mano de Netflix. La propuesta era ambiciosa, con un reparto coral (como les gusta) y una idea original: ocho extraños situados en distintos puntos del globo con una extraña conexión mental y emocional que les permite compartir conocimientos y habilidades.
La premisa resulta interesante desde el principio y va ganando en interés a medida que los capítulos avanzan, se va conociendo a cada uno de los protagonistas, cómo conectan entre sí y la persecución a la que se ven sometidos.

‘The Flash’

Sí, The Flash. Porque su segunda temporada ha sido todo un descubrimiento, un reto y con tantos guiños a Fringe que ha hecho que quienes siguieron la serie de Abrams, Orci y Kurtzman en su momento tengan cierta sensación de déjà vu positivo.

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