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Richard Ford: "Escribir es una actividad más artesanal que artística"

El escritor estadounidense presenta en Barcelona su última novela, 'Canadá'

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El escritor norteamericano Richard Ford, que hoy ha presentado su última novela, Canadá, ha dicho que "la literatura tiene que ver más con la artesanía que con el arte", pero en ningún caso piensa que se trate de una experiencia mística.

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Ford, que ha comenzado su intervención rechazando con humor el razonable parecido físico con Clint Eastwood que le atribuían algunos medios franceses -"es republicano", ha dicho-, ha admitido que Canadá tiene algo de autobiográfico.

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La novela, publicada en castellano por Anagrama y en catalán por Empúries, tiene un arranque rotundo: "Primero contaré lo del atraco que cometieron nuestros padres. Y luego lo de los asesinos, que vinieron después. El atraco es la parte más importante, ya que nos puso a mi hermana y a mí en las sendas que acabarían tomando nuestras vidas".

Este libro, ha dicho, fue escrito en una pequeña habitación en Maine (noreste de EEUU) en una casa cerca del océano. "Es como un milagro", comenta Ford después de recordar que su carrera de escritor empezó, sin pensarlo, cuando tenía 23 años y viajaba con su entonces novia, y ahora mujer, en coche por una carretera de Michigan. "En esa época no había escrito nada e íbamos por la autopista y pensé que estaría bien escribir algún libro, porque no quería ser abogado, y luego vinieron muchos libros escritos, y mi amistad con Jorge (Herralde), y eso ha configurado lo que soy hoy".

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Parafraseando a Picasso, quien dijo que "todo el arte es local, empieza en un lugar muy pequeño y luego puede adquirir universalidad. En el fondo, con rocas pequeñas acabamos construyendo estructuras inmensas, y eso es lo que he querido hacer con esta novela". Ford se confiesa un "romántico" en su visión de la literatura: "Concibo la literatura como un gran esfuerzo que parte de la nada hasta que luego todo ocurre".

Escribir es para el autor de Acción de gracias "una actividad más artesanal que artística, pero de vez en cuando en esa actividad artesanal ocurre algo misterioso, algo que no puedes provocar, que simplemente sucede". Canadá es un libro sobre las fronteras, la frontera entre la adolescencia y la madurez, pero también la frontera física entre Estados Unidos y Canadá.

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Preguntado sobre la importancia que tienen los niños en sus novelas a pesar de no haber tenido descendencia, Ford responde con humor que "es más fácil escribir sobre los niños que tenerlos" y añade: "En esta última novela, el niño protagonista, un joven de 16 años, no es un niño de verdad. Se trata de un adulto que posa como niño; son niños que tienen la fantasía de entender la verdad". También explica uno de sus artificios literarios cuando revela que hace que los niños digan cosas importantes "para que el lector adulto les preste atención".

En contra de lo que muchos escritores aseguran, Ford, un pragmático y "secularista" convencido, niega autonomía a sus personajes: "Cuando yo no estoy, mis personajes no hacen nada, al igual que el muñeco del ventrílocuo cuando éste lo deja en el cajón". El proceso de escritura de Canadá fue, según Ford, "largo y diferente" de sus otras novelas, pues escribió las primeras veinte páginas en 1989 y durante veinte años fue guardando en un sobre notas inconexas: "Sólo cuando las revisé vi el arco de una posible historia que se podía escribir, aunque caótica y referida a diferentes momentos de mi vida".

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Escribir sobre la frontera estadounidense-canadiense tuvo su origen en Montana, donde vivía cuando comenzó el libro en 1989, y el punto de partida radicaba en un niño que, en contra de su voluntad, era trasladado al otro lado de la frontera, a Canadá. "En mi vida siempre ha habido algo dramático relacionado con la frontera", dice.

Observa Ford ciertas similitudes entre el protagonista, que, cuando tiene 16 años, se ve embarcado en el atraco a un banco que perpetran sus padres, y su propia experiencia, ya que a la misma edad sufrió la muerte de su padre. "La muerte de un padre o una madre es una experiencia traumática y triste, pero, cuando yo viví esa situación, pensé que también tenía la oportunidad de tomar decisiones en mi vida", comenta. Eso le hizo tomar conciencia de que la vida era algo complicado, que permitía que "compitieran al mismo tiempo el dolor y la oportunidad".

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