Por la raja de tu tráquea
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EN SÍNTESIS
Quince años después de la última tropelía de Ghostface, Sidney Prescott regresa a Woodsboro. Para conmemorar la fecha, un nuevo Ghostface la espera con los cuchillos afilados y mucho saldo en el móvil.
COMENTARIO
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El 'psychokiller' como subgénero hipermercantilizado destinado a un público juvenil y poco exigente fue concebido por Carpenter (bueno, en la peli nos dicen que Powell), hace 30 años. Tras decenas de películas iguales en su argumento y mediocridad, Craven, uno de sus impulsores Freddy Krueger mediante, le dio nuevos bríos autorreflexivos con el inicio de la saga Scream' en los noventa. La cuarta entrega no sólo obra el milagro de incluir de nuevo un ensayo narrativo en un filme destinado al multicine (en esta ocasión, se trata de la naturaleza del remake), sino que lo hace ensartando un puñal en su audiencia potencial: 20 años después, el verdadero terror es el de una juventud en permanente estado de 'egotrip' exhibicionista cultivado en las redes sociales. La película hace reír; lo que anuncia, da pánico.