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Racismo La literatura sobre negritud y racismo vive el 'boom' más grande de su historia en Estados Unidos
El centenar de librerías 'negras' del país se satura de pedidos tras la muerte de George Floyd y la reacción furibunda de Trump contra las protestas sociales desencadenadas. Diez de los trece libros más vendidos en tapa dura y bolsillo versan sobre racismo y negritud.
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Washington, Actualizado:
"En los últimos cuatro días hemos tenido un abrumador incremento de pedidos. Nunca habíamos previsto algo semejante. Muchos de los libros están fuera de stock en las editoriales. Trabajamos día y noche para cumplir con todos los pedidos, aunque vamos varios días por detrás. Muchas gracias por vuestro apoyo en estos tiempos difíciles". Es el mensaje que tiene en su página web desde hace días la librería Eso Won Books, de Los Ángeles, una de las más antiguas de Estados Unidos de propietarios negros; sólo hay un centenar de ellas.
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Desde la muerte de George Floyd el 25 de mayo y tras las masivas protestas que se extendieron en todo el país, mensajes como ése nos son la excepción sino la regla en las librerías negras. Las protestas sociales desatadas desde entonces han despertado a Estados Unidos y puesto el foco en uno de sus pecados originales hasta el punto de que han desatado un boom de la literatura sobre racismo y negritud.
"Nunca habíamos estado tan ocupados", explica a Público James Fugate, copropietario de Eso Won Books. "Abrimos la librería en 1990 y la única vez que se le puede comparar a ésta fue cuando Los Ángeles Times solían hacer una feria de libros, pero eso eran dos días muy ocupados; ahora llevamos así cuatro semanas. Imagina la campaña de Navidad, pues esto es incluso más. Un viernes estábamos con una cantidad de trabajo normal y ese sábado empezamos a ver cientos de pedidos… después de eso, simplemente, todo explotó", recuerda Fugate.
Según la lista de libros del New York Times de esta semana, de entre los ocho libros de no ficción más vendidos en tapa dura, cinco tienen que ver con este boom, empezando por el más vendido, Cómo ser un antirracista, de Ibram X. Kendi, y pasando por Aún sigo aquí, de Austin Channing Brown, el cuarto de la lista; las memorias de Michelle Obama, el sexto; el nuevo libro de Ta-Nehisi Coates, en séptimo lugar; y Yo y la supremacía blanca, de Layla F. Saad, el octavo. En cuanto a la no ficción en bolsillo, los cinco primeros títulos versan sobre el tema negro en Estados Unidos. Títulos como Fragilidad blanca, Así que quieres hablar sobre racismo, ¿Por qué todos los chicos negros se sientan juntos en la cafetería?, El color de la ley y Sellados desde el principio, son los más vendidos ahora en Estados Unidos.
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Precisamente, dice Fugate, "a principios de junio Ibram X. Kendi participó en un programa de radio y pidió promover las librerías negras y que se les compraran libros". A Eso Won Books le coincidió esto con una visita del gobernador de California, el demócrata Gabin Newson: "Él se pasó un día de ésos por Eso Won Books, simplemente porque estaba visitando el barrio con otros políticos. Acabó comprando Chokehold, de Paul Butler. Fue a partir de ahí cuando los pedidos empezaron a aumentar y aumentar y aumentar… nunca habíamos visto nada así. Recibimos pedidos por todo el país. No damos abasto", asegura Fugate.
El boom de la literatura negra en Estados Unidos tiene, precisamente, una vertiente doble: por un lado, la que tiene que ver con el incremento de ventas de libros sobre temática negra o de autores negros; por otro, el auge de los pedidos a las librerías especializadas en dicha temática o cuyos propietarios son negros (lo que suele coincidir en casi todos los casos, como el de Eso Won Books). Esto implica, de paso, una reacción contra las grandes compañías como Amazon; al fin y al cabo, las protestas sociales desencadenadas tras la muerte de Floyd no sólo son antirracistas sino también claman contra las desigualdades y por un modelo de sociedad más justo.
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Así que la llamada de Kendi ha servido: "Decir que hemos recuperado las pérdidas que tuvimos es quedarse corto, hemos sabido", dice Fugate, "del caso de otras librerías, como una en Boston, que estaban luchando por no cerrar antes de la pandemia, luego la comunidad en la que está empezó a ayudarlos y ahora, con todo esto, están abrumados de pedidos y también han pedido a la gente que sean pacientes porque tienen muchos más de los que pueden resolver cada día".
La muerte de George Floyd asfixiado bajo la rodilla de un policía y la violenta reacción de Trump a las manifestaciones que se produjeron, han llevado a Estados Unidos a vivir las protestas sociales más intensas y masivas desde las acontecidas a finales de los años 60. El caso de Floyd, además, no se produjo en el vacío: el 23 de febrero, dos estadounidenses blancos mataron sin más a Ahmaud Arbery, de 25 años, mientras hacía deporte en Brunswick, Georgia. El 13 de marzo, en Louisville, Kentucky, varios policías asaltaron sin motivo la casa de la joven de 26 años Breonna Taylor y la mataron a balazos.
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Floyd, Arbery y Taylor eran negros. El policía que mató a Floyd sólo fue despedido y tardó tres días en ser detenido y cuando lo hizo fue acusado de homicidio involuntario. Para entonces el país estaba encendido y Trump decidió militarizar Washington y atacar con balas de goma y gases lacrimógenos una protesta pacífica para desalojar las inmediaciones de la Casa Blanca y hacerse una foto posando con una biblia.
"Hay muchos blancos que están entrando en la tienda y sientes que la mayoría son muy, muy agradables", explica Fugate. "Estamos viviendo un momento de cambio en este país, yo creo que definitivo. Tenemos un presidente que es abiertamente racista y mucha gente no podía haber imaginado que viviría bajo el mandato de un mandatario así. Tras el ver lo que sucedió con Floyd, el caso de la mujer en Central Park, en Nueva York [un hombre de raza negra grabó a una mujer blanca por no llevar al perro con correa y ésta le gritó que llamaría a la policía para decirles que un negro la amenazaba], el caso de Arbery, que fue perseguido y asesinado por dos hombres blancos armados… es demencial", dice Fugate, que añade: "Todo esto se ha visto, en vídeos, en las redes sociales, y en la presidencia está Trump, y la gente ha entendido que tiene que hacer más, que es importante que se lea porque la gente tiene que estar informada, saber de dónde viene todo esto".
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Fugate opina que el cambio social se está produciendo pero para que llegue el real tendrá que ser en un país presidido y liderado por otro presidente que no sea Donald Trump. "Cuando Trump salió hace cinco años y dijo que había que poner un muro y devolver a los mexicanos ilegales a su país yo me dije: ¡Dios, quién va a votar a este tipo!", recuerda. "Pensé que sería una estrategia perdedora, pero claro, la izquierda blanca también hace propuestas que no creo que sean muy útiles... Hay muchos problemas en esta sociedad que no han sido afrontados, y el racismo nunca lo ha sido", lamenta Fugate.
"Y así, tienes gente que hace cosas en la calle a plena luz del día y que pueden ser muy peligrosas. Nosotros durante la pandemia, vimos cerca de la librería a un hombre amenazando a otro ¡con un hacha! El chico amenazado llamó a la policía y cuando llegaron el chico amenazado se fue de allí porque no quería tener problemas con los agentes".
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Aun así, añade Fugate, "si tú eres racista, no vas a cambiar tu punto de vista por hablar con un negro", explica, "esos dos hombres en Georgia que persiguieron y mataron a Arbery, no van a cambiar de opinión porque un negro hable con ellos y además no van a leer ningún libro sobre racismo". "Muchos de nuestros pensadores, sociólogos, intelectuales, temen hablar sobre racismo y supremacismo blanco porque no saben cómo hablar de esos temas", critica.
Por eso, el copropietario de Eso Won Books celebra que a lo largo y ancho de Estados Unidos están asaltando las librerías negras con pedidos sobre esta temática: "Las comandas que recibimos se dividen tanto en ficción como en no ficción, aunque es más en este último género donde hay libros que se están vendiendo muy bien, como White Fragility, de Robin Di Angelo, How to Be and Antiracist, de Ibram X. Kendi, Stay Woke, publicado por la Universidad de California, del que hemos vendido de 30 a 40 copias, que es mucho para nosotros, y otro es Fearing the Black Body, del que hemos vendido ya 25 unos ejemplares".
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Fugate y su socio, al menos, no estuvieron a punto de chapar para siempre la librería, pero sí lo pasaron mal. Decidieron cerrarla "incluso antes de la orden del gobernador" porque Fugate enfermó en febrero en un viaje a Sudáfrica y dudó de si sería covid-19. "Cuando regresé, decidí no ir a la tienda porque no estaba seguro de qué sería, no me hicieron las pruebas porque entonces no era fácil, así que mi socio la cerró. La situación era muy seria. Luego llegó la orden del gobernador, pero ésta decía que podíamos estar dentro de la tienda, así que atendíamos pedidos online", recuerda.
Las ventas, con todo, cayeron como un 60% o 70%, cuenta Fugate. "Fuimos afortunados porque teníamos algunas reservas en el banco y Random House nos llamó y nos dijo que no nos preocupáramos por las facturas, aunque pudimos pagar, no estábamos tan al borde", dice. "Entonces, el gobernador permitió las ventas a través de un mostrador que da a la calle y algunas semanas más tarde ya pudimos abrir al público. No estuvimos muy ocupados pero la actividad remontó".
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De pronto, llegó ese sábado a principios de junio y todo explotó. "De hecho", dice, "espero que baje un poco el ritmo porque seguimos teniendo una lista de pedidos enorme y vamos muy por detrás". Pero acaso sea el retraso en los pedidos de librerías como Eso Won Books el termómetro que indica que los estadounidenses empiezan a afrontar a cara descubierta la vieja herida del racismo.