La pinacoteca de Liz Taylor sale a subasta por 120 millones de euros
El disputado Van Gogh judío de la actriz, el más famoso de la colección, se vende por 10,8 millones de euros
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El marchante de arte Francis Taylor guió a su hija, la actriz Elizabeth (1932-2011), en qué arte comprar para adornar las paredes de sus comedores y dormitorios. Francis dirigía una galería de arte de su tío, Howard Young, en Londres cuando nació la niña en Hampstead, norte de la capital inglesa. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la familia regresó a EEUU aunque el marchante atendía sus negocios en ambos lados del Atlántico.
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Así fue como en 1963 el padre, heredero del negocio de su tío, con el dinero de la hija entonces ya famosa, compró Vista del asilo y la capilla de San Remy, del impresionista Vincent van Gogh, por 92.000 libras (110.500 euros) en Sotheby's de Londres.El lienzo, pintado en 1889 en la Provenza francesa, es una de las 38 obras de arte de la actriz que saldrá a la venta el día siete de febrero en la sede londinense de Christie's.
La casa de subastas calcula vender la pinacoteca de la actriz por unos 120 millones de euros, más la comisión para la compañía. El paisaje pintado por el artista holandés es una imagen luminosa de tonos claros —más suaves de los que reproducen las fotografías— de la campiña que rodeaba a van Gogh en su locura, el año antes de morir. El azul tirando a lila de los campos de lavanda provenzales llega hasta el campanario de la iglesia.
Jay Vincze, especialista en arte moderno e impresionista, asegura que "el cuadro es de una calidad excelente y la historia de Liz Taylor, una mujer que se rodeó de belleza, contribuye a su importancia". Francis, tras adquirir la obra en 1963, se la llevó a Los Ángeles. La actriz prestó su van Gogh para exposiciones en 1986 y 1991 y nunca más se supo del lienzo hasta 2004 cuando los descendientes de la judía Margarete Mauthner denunciaron a Liz Taylor por "negligencia" en un tribunal de California alegando que su antecesora había tenido que vender el cuadro a los nazis bajo coacción en 1939 para pagar el pasaje a Sudáfrica huyendo de Alemania, y, por lo tanto, reclamaban la propiedad del paisaje provenzal. Acusaban a Liz de no haberse informado del origen del cuadro.
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Liz Taylor disputó la reclamación e inició un litigio que llegó hasta el Tribunal Supremo de EEUU, el cual, en 2007, tres años después de la primera demanda, falló a favor de la actriz: se podía quedar con su obra porque no había ninguna prueba de la coacción ni de la intervención de nazis —los intermediarios en la venta de Margarete Mauthner eran todos judíos— y, además, los reclamantes habían actuado demasiado tarde.
Jay Vincze cree que esta mancha sobre la historia de la pieza no afectará a la venta. "La historia de la obra está más clara que el agua y el Supremo estadounidense sentenció sin remilgos a favor de Liz Taylor, la propiedad es indiscutible", reitera. En Christie's lo han valorado entre 6 y 8.5 millones de euros, un precio a lo bajo —precio de crisis, quizás— teniendo en cuenta que en 2007, cuando la actriz legitimó la pertenencia, el lienzo fue tasado en 15 millones de euros. Alcanzó los 10.8 millones de euros.
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En el 2011 se vendieron las joyas y objetos decorativos de la actriz. Además de la pinacoteca de Liz, la subasta de invierno incluye numerosos trabajos artísticos entre los que destaca El libro, de Juan Gris, un óleo al que la reproducción fotográfica no le hace justicia, valorado en 20 millones de euros. El mercado del arte anda boyante, pero nadie tira cohetes ni consiguen récords como en otros tiempos.