Bajo la piel de Lila suena una ranchera
La cantante presenta su nuevo disco mañana en el Palau de la Música Catalana
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Hija de una cantante de cabaret mexicana y de un profesor de cinematografía de Minnesota, la cantante Lila Downs reúne el jazz, la ranchera, el folk o el corrido, con la misma naturalidad que canta La Llorona. Downs ha conseguido que la canción se le ajuste como una segunda piel, y la ha colocado como colofón de su último disco. Mañana, el Palau de la Música Catalana será el escenario en el que la intérprete arrancará la gira española para presentar Lila Downs y La misteriosa en París.
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Se trata del primer álbum en directo de la cantante y está compuesto por los temas más emblemáticos de su trayectoria, como El relámpago, La cumbia del Mole o Perro Negro. "Este repertorio refleja el ciclo de la vida, quería que el disco fuera en sí mismo cmo un concierto en vivo", afirmó recién llegada a Barcelona, y acompañada de su marido, el músico Paul Cohen.
Esta mujer que empezó cantando con mariachis a los ocho años, y que se dedica a defender a las comunidades indígenas, se toma muy en serio cada concierto. "Busco tener una conexión emotiva con el público. Siempre es un reto y, para dar lo mejor, tienes que esforzarte por descansar, comer bien... aunque a veces no te apetezca. Hay que luchar por ser verdadero".
La cucaracha es otra de las sorpresas del nuevo trabajo de esta renovadora de la canción mexicana. "Todos la recordamos aburrida, por eso la rescaté y traté de hacer algo original. El tema contiene una metáfora tan bonita: ¡Todos podemos ser cucarachas! Me gustan las metáforas universales", argumentó.
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Sigo creyendo/que lo malo acaba/que lo bueno viene/La conciencia te llama, canta Lila en Justicia, la número siete del disco. "En México la justicia es un tema difícil, tenemos un lío mundial con la corrupción. Nos llevan al baile a todos y es difícil mantener la fe, pero aunque soy muy crítica, creo que tenemos que tener esperanza", lanzó.
Chavela Vargas dijo de ella que se trata de su relevo natural. El cumplido en lugar de alimentarle gestos de diva, la animó a empujar nuevos proyectos. "Con mi marido estamos preparando las canciones del musical sobre Como agua para chocolate, de Laura Esquivel. Queremos llevarlo al teatro público de Nueva York. Habrá tangos, milongas y rancheras. Es una oportunidad para rastrear en el folclore", contó ilusionada.
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Aunque eso no es todo. Ya ha empezado a experimentar con mariachis y música electrónica con el objetivo de grabar un disco. Para después, quiere frenar. Dice que tiene ganas de regodearse con la nostalgia de los boleros.