'Primero creaba la mancha y después con el pincel, moldeaba las formas que su fantasía desbordante le sugería', cuenta Francesc Quílez, comisario de Limaginari dEugenio Lucas. La influència de Goya a la poètica romàntica, la muestra que se inaugura este martes en el MNAC. Quílez lo revela frente a Paisaje con figuras, una aguada de 1860. Una pieza sugerente como los 72 dibujos que integran la exposición. Todas ellas, obras de un hombre que vivió bajo la etiqueta de ser un epígono de Goya. Pero en opinión del comisario, 'Eugenio Lucas es un artista transgresor que rompe con Goya'. El comisario, experto en Goya, no quiso entrar en la batalla de El Coloso del Museo del Prado y se centró en alabar la fantasía de Lucas: 'Su fecunda imaginación desborda el marco goyesco'.

En el montaje se percibe que la temática y los títulos de las piezas remiten al mundo goyesco, pero la técnica y su representación toman otro camino que el del pintor de Fuendetodos. El hilo conductor de la propuesta es temático a causa de la imposibilidad de seguir el orden cronológico de las piezas, éstas distribuidos en cinco ámbitos temáticos entre los que destacan los Caprichos e invenciones y los Dibujos de manchas.

Para Eugenio Lucas (1817-1870), estos trabajos eran ejercicios previos a la ejecución de sus pinturas mucho más convencional. Pero fue en estos dibujos donde desató su modernidad y originalidad, aunque Lucas se enmarca en el Romanticismo y alguna de sus obras recuerdan a Turner o Constable.

Museos de todo el mundo compraron décadas atrás las obras de Lucas creyendo que adquirían piezas de Goya. Acérrimo seguidor del supuesto autor de El Coloso, en 1862 fue llamado para valorar las pinturas negras. 'Su imaginario bebe de estas composiciones, pero él fue más allá', afirma Quílez cansado de rescatar a Eugenio Lucas de la sombra carcelaria de su maestro.