Cargando...

Michelangelo Frammartino: "Estamos violando al planeta y somos peligrosos"

El cineasta propone una experiencia turbadora y extrañamente fascinante de conexión íntima del ser humano con su propia mortalidad y con la naturaleza en 'Il buco'. Premio Especial del Jurado en Venecia, la película explora el Abismo del Bifurto, la segunda cueva más profunda del planeta.

Publicidad

El cineasta Michelangelo Frammartino . — La Aventura Audiovisual

Madrid, Actualizado:

El 5 de agosto de 1961, los miembros del Grupo Espeleológico Piamontés (GSP) de Turín llegaron al inexplorado interior calabrés de Pollino y descubrieron el Abismo del Bifurto, la segunda cueva más profunda del planeta. Era el momento del boom económico mundial que estaba en pleno apogeo en Italia y fue en esos mismos meses cuando se completó el monumental rascacielos Pirelli. Mientras el mundo aceleraba su imparable ascendencia a los cielos exhibiéndose antes todos, un grupo de hombres, casi secretamente, entraba en contacto con la esencia primigenia de la naturaleza en sus profundidades... colonizaba un nuevo territorio de la Tierra "y contaminaba un proceso de millones de años".

Publicidad

Michelangelo Frammartino explora la memoria, el lenguaje y la oscuridad de esa cueva en Il buco, Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia, e invita a los espectadores a vivir la misma experiencia, una inmersión turbadora, única, extrañamente fascinante de conexión íntima del ser humano con su propia mortalidad y con la naturaleza.

Click to enlarge
A fallback.

Con un guion escrito por el director junto a Giovanna Giuliani, este trabajo regala sensaciones extraordinarias, pero también requiere una atención especial. Como ha dicho la cineasta Chloe Zhao (ganadora del Oscar por Nomaland), es "una película que debe verse en la pantalla más grande posible. Es una experiencia que hay que vivir en una sala de cine".

Tras explorar los ciclos de la vida de 'Le Quattro Volte', se adentra en lo profundo del Abismo de Bifurto y en su historia, ¿cuál es la esencia de esta aventura?

El espíritu que nos ha empujado a hacer esta película ha sido la cuestión de las fronteras y sobre todo después de mi encuentro con la espeleología en 2016. Es muy fuerte porque toda la superficie de nuestro planeta está explorada, mientras que en las profundidades todavía hay cosas desconocidas. Luego me di cuenta de que el Abismo del Bifurto en realidad había sido explorado ya en 1961. Esa cuestión de la frontera era particularmente poderosa, porque 1961 fue el año del crecimiento, el desarrollo, el bienestar económico, y las fronteras demarcaban todavía más la línea.

Publicidad

La película se rodó antes de la pandemia, pero hay una relación muy próxima con ella, ¿cómo es posible?

Estamos viviendo años especialmente complicados por la pandemia, pero sí, la película se pensó dos años antes. Acabamos el rodaje solo dos meses antes del comienzo de la pandemia. Lo curioso es que Giovanna Giuliani y yo hablábamos de estos hombres que bajaban a las cuevas y nos referíamos a ellos como un virus que infectaba el interior del planeta. Utilizábamos muchos palabras como virus, contagios...

Frammartino: "La espeleología es maravillosa, pero es una violación a la naturaleza primigenia"

Publicidad

La espeleología es una disciplina maravillosa, estuvimos casi tres años en las cuevas para hacer la película, pero es evidente que es una violación a la naturaleza primigenia. Es una sensación increíble, he podido poner el pie en una poza donde nadie lo había puesto antes y en esos momentos sientes de verdad que estás violando algo, estás violando el planeta. Cuando entras y tocas las estalactitas y estalagmitas, con tu tacto y tu presencia estás interrumpiendo un proceso natural que dura millones de años y te das cuenta de que eres peligroso. Estamos violando al planeta y sí, somos peligrosos.

El equipo de la película dentro de la cueva. — La Aventura Audiovisual

El tiempo es un eje de la película, los años de bonanza en Italia, el tiempo rural y el urbano, ¿cuál es la sensación temporal en las profundidades del planeta?

Es un tiempo sin reloj, porque no tienes la referencia del sol, no hay cambios de luz y pierdes todas las referencias. Piensas que han pasado dos horas y en realidad han pasado nueve horas. Y esa sensación la vivimos todos juntos, todo el equipo, porque es una cuestión física, sales del ritmo circadiano y es un hecho físico. Todos viven el mismo engaño, es una experiencia muy fuerte y al mismo tiempo infecta al exterior. Los que están esperando fuera tienen que entrar en sintonía con los que están dentro.

Publicidad

Y, ¿cuándo sales de la cueva?

Esa sensación se mantiene, es el momento mejor, porque sientes con todos los sentidos, el calor del exterior, los olores de la tierra... es como un renacimiento, y estás mucho más sensible, estás sintiendo con todos los sentidos, es como salir del vientre materno. Y cuando lo haces cada día, dura, se mantiene durante un rato. Cuando estás fuera no miras ya la superficie como si lo fuera todo. Al principio, el Macizo de Pollino eran los árboles, las praderas, los animales... bellísimo, pero ahora ya sabemos que eso solo es lo que hay afuera. Y bajar te rompe toda la imagen de esa postal.

Una secuencia de la película. — La Aventura Audiovisual

Al alcanzar un conocimiento mayor del planeta, ¿duele más el daño que le hacemos?

Cuando bajé por primera vez a la gruta, una cosa que me llamó la atención fue la posibilidad de ponerme bocabajo, deslizarme en el suelo y tocar la tierra….. es el sitio más virgen, menos contaminado por el hombre. Y eso ocurre en un "agujero" que nosotros generalmente asociamos con basurero. Pero, en realidad, es al contrario, en este caso, fui yo el que estaba contaminando. Debajo de unos cuantos metros hay una esterilización natural, si yo tengo una herida en la boca, allí abajo se sana. Si te duele la garganta, la infección se te pasa, como si el planeta te sanara.

Publicidad

¿Una forma de demostrar que el Planeta está vivo?

Cada joven tendría que hacer obligatoriamente un año de espeleología, en vez del servicio militar. Te dimensiona como ser humano y te hace sentir parte del todo.

La entrada al Abismo del Bifurto. — La Aventura Audiovisual

La película no tiene diálogos, pero hay una conversación constante gracias a los sonidos de la naturaleza ¿Hay un intento de invitar al espectador a que hable con la naturaleza?

Sí, el primer título, que luego cambiamos, era La visita, porque era ofrecer al espectador una posibilidad de sumergirse en el lugar. El personaje principal de la película es el lugar, el espacio, ese territorio específico en Calabria. Tiene su superficie, que es la costa, y me parece que esa es la parte más banal, llena de pueblos turísticos, y luego está el corazón. Cuando vas hacia él, encuentras un tejido de la Historia. Y ese interior, las cuevas, es el gran personaje de la película. Como seres humanos somos muy arrogantes, en cuanto vemos un ser humano, ya no vemos más allá. Y si luego ese ser humano habla, la palabra es como un imán para nosotros, ya no existe otra cosa.

Publicidad

Frammartino: "Somos muy arrogantes, en cuanto vemos a un ser humano, ya no vemos más allá"

En la película, los hombres son presencias, siguen hablando pero no entendemos lo que dicen, aunque sabemos lo que está pasando. Para nosotros ha sido muy complicado encontrar ese punto de sonido para conseguir comunicarnos con la naturaleza. Pero al final hay serenidad. En realidad, solo en las películas se oye bien lo que se dice. A 2.000 metros en las montañas y en las grutas profundas la naturaleza habla mucho, es una competición con la palabra humana. Y en las grutas se habla con los sonidos, no te enteras de las palabras, por la acústica, así como un pastor habla con el rebaño a través de sonidos, no de palabras.

Publicidad

Los espeleólogos de 1961 aparecen durmiendo en una capilla al lado de una talla de Cristo, también tumbada en el suelo, al mismo nivel...

Hay cierta ironía, que es algo que me parece muy importante, me encanta Jacques Tati, pero sobre todo es una imagen de la dimensión más mineral. Es una escena mineral, entre lo humano y la materia, ambos están durmiendo más allá de todas las connotaciones religiosas que pueden verse. Calabria es una tierra de grandes tradiciones religiosas y en Le Quattro Volte ya nos enfrentamos a esto.

Publicidad