Cargando...

Mujeres con todas las letras

La recuperación de las obras de Clarice Lispector, Carson McCullers o Christa Wolf las sitúa a la altura de los grandes literatos del siglo XX. Siruela acaba de publicar un libro Lispector

Publicidad

Ya se sabe que las escritoras del pasado siglo no lo tuvieron nada fácil. Pero no sólo por una sociedad literaria machista, que rebaja méritos a quién se sale de su papel. Había otro peligro mayor: la “literatura femenina”. Para las grandes narradoras del XX, experimentadoras de la palabra, escribir fue un ejercicio de lucidez personal y de exploración de los límites de la novela. El sexo de la escritora no era un punto de partida, sino un problema sin solución. ¿Quién cuenta las historias?

Publicidad

Decir que la norteamericana Carson McCullers (1917-1967) tuvo suerte es mentir, ya que su vida fue una permanente lucha contra la enfermedad. Pero la magistral narradora del Sur de la Balada del café triste, o del sobrepeso de amor y paranoia de los relatos Yo que he servido al rey de Finlandia, Un árbol, una roca, una nube o Transeúnte, pudo dedicarse a escribir como una novelista profesional.

Click to enlarge
A fallback.

Por último, Con otra mirada (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores) es el título que la alemana Christa Wolf (1929) da a sus recientes relatos, escritos desde la caída del muro de Berlín hasta la de las Torres Gemelas. La autora de Noticias de Chista T. o Casandra, le aplica una prosa demoledora, mezcla de géneros y perspectivas, al desértico sueño de la “baja cultura” norteamericana. Unos ojos alemanes en Los Ángeles, ya se sabe: Thomas Mann, Brecht, Wim Wenders. Una mirada lúcida que desentraña la política de lo cotidiano. Vanguardia de hoy.

¿Literatura femenina? Novela apátrida de su sexo y de su época. “Los seres humanos”, escribió Virginia Woolf, “no avanzan a lo largo del trayecto entero tomados de la mano. Cada uno alberga un bosque virgen; un campo nevado donde ni siquiera se conoce la huella de un ave. Ahí avanzamos solos, y así lo preferimos”.

Publicidad

Clarice Lispector, cerca del alarido eterno de la existencia

Publicidad