Cuando las librerías se entregan a la seducción
Cafetería, sala de exposiciones, servicios enológicos y buena presencia en redes. La reinvención de la clásica librería está originando un sinfín de propuestas alternativas. Te ofrecemos una selección de esa variopinta nueva estirpe.
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madrid, Actualizado:
En Instagram eres más feliz, y lo sabes. Pues bien, la versión librera de este asunto es convertir ese viejo —y polvoriento— reducto literario en un espacio del que no querrás salir. Más allá de un fondo bien nutrido, más allá de unos gerentes instruidos en el mundo del libro, se impone progresivamente la necesidad de una escenografía que esté a la altura, que atrape al potencial lector desde que cruza su umbral. La estetización de estos pequeños establecimientos, fruto también de esa necesidad de reinventarse constantemente, da lugar a rincones que bien podrían formar parte de un decorado cinematográfico.
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En la era del capitalismo artístico, economía y estética parecen ir de la mano. Seducir muchas veces se antoja primordial para acometer un segundo paso —no menor— consistente en la adquisición del artefacto literario. Así, proliferan los encalados rústicos en espacios de un minimalismo extremo, lámparas estilo industrial sobre tableros que bien podrían proceder de una sastrería decimonónica. Todo ello aderezado —solo faltaría— por el verdadero protagonista: el libro.
Estamos, dicho de otro modo, ante los nuevos santuarios del libro. Lugares por los que ya no se deambula entre pasillos atestados de libros al borde del derrumbe, sino que ahora ese vagar ha ganado un deleite extra, uno que va más allá de encontrar el volumen que no sabíamos si buscábamos; uno muy sencillo que consiste en disfrutar, también, del espacio.
La necesidad de reinventarse se torna imperiosa en tiempos aciagos para el libro. Es el momento de las librerías con bonus; cafetería, sala de exposiciones, servicios enológicos y buena presencia en redes. Una acicalamiento que complementa el clásico tridente librero-libro-lector con aderezos varios para atraer al más despistado (o desinteresado). Lástima que ese remoce, al menos por el momento, no les saque de la precariedad en la que se hayan instaladas.
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Molar
Situada en la estrecha calle Ruda de Madrid, a caballo entre La Latina y Lavapiés, nos topamos con esta librería de estética neoyorquina. Pertenece, cómo no, a esa nueva estirpe de librerías y algo más. En este caso esa oferta extra se basa en una buena colección de vinilos y una agenda plagada de presentaciones de libros, editoriales y revistas. También cuenta con un espacio pensado para el freelanceo capitalino donde poder ultimar algún encargo. La viveza de sus ilustraciones y cuadros, le confiere un aire enérgico ideal para plácido mañaneo.
Calle de la Ruda, 19
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Desperate Literature
Esta es otra de esas librerías de tamaño reducido que no puedes perderte. Le debe su nombre a aquellas míticas líneas de Roberto Bolaño en Los detectives salvajes: «Hay una literatura para cuando estás aburrido. Abunda», comenta el personaje Joaquín Font. «Hay una literatura para cuando estás calmado. Ésta es la mejor literatura, creo yo. También hay una literatura para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando estás alegre. Hay una literatura para cuando estás ávido de conocimiento. Y hay una literatura para cuando estás desesperado». Pues bien, para los desesperados hay un reducto en Madrid; un paseo por sus estancias atestadas de libros y se acabó la tontería.
Calle Campomanes, 13
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Ocho y medio
Dedicada en exclusiva al Séptimo Arte, la Ocho y Medio es una de las principales librerías especializadas en cine en el mundo. Más de 15.000 títulos cinematográficos en diferentes idiomas que comparecen ante el visitante a través de varias estancias desbordantes de memorabilia cinéfila. Clásicos de ayer y hoy, guiones originales, ensayos semióticos y hasta un perrete...
Calle de Martín de los Heros, 11
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Panta Rhei
Panta rhei, ese concepto que en su día Platón atribuyó al filosófico Heráclito, viene a decir que todo fluye, todo está en constante cambio. Y en ese brote continuo desfilan por esta librería situada en plena Malasaña miles de libros-objeto, un templo del libro entendido como obra de arte. Libros de diseño gráfico, arte, fotografía, ilustración, diseño de moda, cómic, literatura ilustrada, en Panta rhei los renglones acostumbran a estar torcidos y son de colores, pero ni tan mal.
Calle Hernán Cortés, 7
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Mujeres & Compañía
La librería madrileña Mujeres y Compañía es un remanso de paz y conocimiento. Uno de esos lugares desde donde nutrirnos de textos de mujeres imprescindibles, aquellas que a lo largo de la historia pelearon por la igualdad entre hombres y mujeres. Necesarias, sin duda, en un país de manadas, porque leer es tener memoria y tener memoria es reconocer nuestras miserias. LGTBI+, teoría queer, cuento infantil no sexista y cómics. Para gustos, los colores. El legado feminista al alcance de la mano.
Calle Unión, 4
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Traficantes de sueños
A medio camino entre Tirso y Cascorro, Traficantes de Sueños da voz y espacio, entre otros, a colectivos de ocupación, feministas, ecologistas y antimilitaristas. Puestos a traficar, qué mejor que hacerlo con sueños. Cemento pulido y bombillas colganderas sirven de aderezo a un fondo de catálogo con el que comprender y cuidar el mundo que habitamos.
Calle del Duque de Alba, 13
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Tipos Infames
Exponente de esa nueva estirpe de librerías y algo más. Su aire industrial a base de vigas y conductos diversos, así como su ubicación en pleno barrio de Malasaña, le han convertido en un punto de encuentro para la modernidad capitalina. Presentaciones, exposiciones, charlas, ingesta de morapios variados y, cómo no, libros, muchos libros; algunos necesarios, otros no tanto.
San Joaquín, 3, Bajo Izquierda
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La Fugitiva
Ubicada a apenas unos metros del Cine Doré, sede de la Filmoteca Nacional, la Fugitiva recibe al visitante con aire despreocupado, una armonía hecha a base de cientos de libros y estanterías de hierro. No sabemos de qué huye La Fugitiva, sí sabemos por contra que su espacio es de los que acoge al espontáneo, ya sea para leer en vertical alguna solapa, o para saborear un buen tocho durante horas. Calma y sosiego en un barrio que no descansa; no tema, la algarabía se queda en la puerta de La Fugitiva.
Calle de Santa Isabel, 7
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Tuuu libreria
Este es un espacio en el que el tráfico de libros es libre y solo cuesta la voluntad. Tremenda osadía en tiempos mercantilistas. Usted llega, arrambla con los libros que tenga a bien —un máximo de siete, tampoco se venga arriba— y fija el precio que considere. Tuuu Librería se nutre exclusivamente a base de donaciones de particulares e instituciones, con el objetivo de acercar la cultura a aquellos que no pueden pagarla y destina parte de sus fondos bibliográficos a proyectos solidarios.
Calle Covarrubias, 38
Swinton & Grant
Un híbrido entre galería de arte y librería especializada en arte urbano y de vanguardia. Un lugar en el que empaparte de las últimas tendencias y que se perfila como "hervidero creativo". Ahí es nada. Su fondo bibliográfico se mueve entre el cómic, libro-objeto, la novela gráfica y los fanzines. Las tablas de skate decoradas con motivos diversos no podían faltar. Rollito berlinés en pleno Lavapiés.
C/ Miguel Servet, 21
La Casquería
He aquí un proyecto colectivo que pone en valor el reciclaje y la recirculación de la cultura y el libro (como su soporte material) a través de la venta de libro usado a bajo precio. La Casquería forma parte además de la red Mercado Social de Madrid y comparte los principios de la economía social y solidaria.
Calle de Embajadores, 41
Por supuesto no están todas las que son pero sí son todas las que están. Librerías que buscan otros modos de llegar al lector y que se reinventan con mayor o menor fortuna. Eso solo el tiempo —y sus lectores— lo dirán. Entretanto, te ofrecemos un itinerario por la ciudad para que no dejes de leer.