Dice la gente que a Kiko Veneno le tiran los sures. Y que ha cambiado su Sevilla de adopción por un pueblecito costero de la profunda, meridional y esquinada Inglaterra.

El maestro se ha refugiado allí, en pleno condado de Cornualles, para rematar su último disco, titulado como el arranque de estas líneas y que incluye los cortes La rama, Cadena de oro o El Mosquito. Ejerce de escudero y mezclador su amigo Joe Dworiak.

Después del soberbio El hombre invisible, un contenedor de blues, rumba, rock y flamenquito a la altura de sus clásicos populares, el hombre del pelo —antaño mechón— blanco se ha encerrado de nuevo un lustro para hornear a fuego lento otro puñado de canciones venenosas. Algunas ya las ha paseado por Madrid, Vigo, Morón y otras plazas antes de darles el visto bueno y materializarlas en cedé. Para ello, se ha ido al pueblo de Penzance, donde Dworiak, que lleva colaborando con él desde Échate un cantecito y había mezclado su anterior trabajo, tiene su estudio.

Si el inminente álbum constituye una buena nueva para sus seguidores, no lo es menos su labor de narración de todo el proceso a través de su twitter @KikoVeneno y su cuaderno de bitácora británico, El blog de Kiko Veneno, quien desde el pasado tres de enero se encuentra en el Reino Unido. 'Llevamos trabajando sin parar nueve días', relata en un post. 'Las palizas que nos pegamos los músicos no las sabe nadie'.

Dice la gente —grabado en plena canícula sevillana, el pasado agosto, en Estudios Pocos— podría estar en las estanterías en abril de 2010, explica su mánager, Carlos Mariño. La intención es sacarlo cuanto antes para, así, comenzar a girar en verano. Apalabrada está su colaboración especial en Camarón. La leyenda del tiempo. 30 años después, programado por el Primavera Sound, que se celebrará a finales de mayo.

'Llevamos trabajando sin parar nueve días'

'Estamos barajando un contrato con varias compañías discográficas —El Volcán, Warner, EMI, Pias, 18 Chulos y Nuevos Medios— para lanzar el disco bajo la marca propia de Kiko, Elemúsica', añade Carlos Mariño, responsable de la agencia de contratación Spanish Bombs.

La rumba tendrá más peso que en el anterior y, según su representante, el compositor de Volando voy y En un Mercedes blanco no quita el ojo de África. 'Nada que ver con El hombre invisible. Ahora la producción es más básica, más natural, más de Kiko. Un disco muy africano, de influencia malí y con la colaboración del G-5'. Veneno, además, le ha hecho un hueco en su particular podio de referencias, donde Cohen y Dylan estiran el pescuezo para colgarse el oro y la plata, al músico nacido en Mali y con querencia por el blues Ali Farka Touré.