Y de repente, los periodistas musicales de Madrid se transformaron en treintañeras con minifalda, tirantes y el pelo teñido. Mucho pote y todavía más carne. Jon Bon Jovi llegaba a Madrid. Cuando una rueda de prensa se inicia con una ovación, malo. Se constataban íntimas pero enconadas batallas por hacerse con un micrófono para preguntar al ídolo y sus tres secuaces de siempre: Richie Sambora, David Bryan y Tico Torres.

Una periodista utilizó su inglés avanzado y un escote generoso para insinuarse al cantante medio en broma medio en serio, a lo que Bon Jovi respondió que la esperaba después del concierto medio en broma medio en serio también. Sus colegas de grupo dejaron que el sex-symbol cincuentón desplegara sus encantos. Sólo calló cuando le preguntaron por qué habían elegido su nombre artístico para el grupo (el real es Jon Francis Bongiovi). Hay temas que, a día de hoy, es mejor no tocar.

Y a continuación ese momento tan esperado, una tradición más que añadir a nuestra enciclopedia costumbrista en la que la pregunta surge como si siempre hubiera estado allí: '¿Qué os gusta de España?'. Y el artista, como poseído por el espíritu de esta tradición quizás milenaria, entona las palabras que dicta el rito: 'El sol, la comida, la gente'.

Hubo, no obstante, alguna pregunta sobre música, en concreto sobre el repertorio de sus conciertos. 'Estamos recuperando canciones de nuestros dos primeros discos porque nos las piden los fans', explicó Bon Jovi antes de revelar una curiosa treta comercial: 'Manejamos un repertorio de 50 o 60 canciones que vamos cambiando en los conciertos. Lo que queremos es que la gente venga a más de un concierto'. En Londres darán doce este mes.

Cuando les preguntaron por alguna anécdota divertida de su carrera pusieron cara de 'que nos saquen de aquí, por piedad', aunque el cantante se sacó de la manga su mejor intervención de la jornada (a falta del concierto, claro está): 'Me acabo de levantar hace diez minutos y ahora estoy aquí delante de vosotros. Eso es bastante divertido'.

Tras reconocer que no conocían la obra musical de Karmele Marchante, el grupo tuvo que justificar las pintas de finales de los ochenta, cuando el heavy estaba de moda, y el ablandamiento de su música con el paso de los años. Respecto a lo primero, el vocalista dijo que 'si vistiéramos ahora como cuando teníamos 21 años pareceríamos idiotas'. A lo segundo no respondió.