A J. D. Salinger le crecen los enemigos
Los grandes medios norteamericanos solicitan que la juez admita la publicación de la secuela de 'El guardián entre el centeno'
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Los cuatro grandes grupos mediáticos de EEUU han emprendido una batalla contra el escritor J. D. Salinger. Tras la sentencia de la juez Deborah Batts el pasado 1 de julio en la que prohibía la publicación del libro 60 years later: Coming Through the Rye, del sueco Fredrik Colting, en el mercado norteamericano, el periódico The New York Times, la agencia Associated Press, Gannett Company y Tribune Company han decidido recurrir la sentencia al Tribunal de Apelaciones neoyorkino. La juez Batts basó su decisión en el daño que suponía la infracción en los derechos de autor de Salinger al considerar el libro de Colting una secuela del mítico El guardián entre el centeno.
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Para la apelación, los medios han utilizado un recurso jurídico denominado Amicus Brief, una especie de reclamación escrita en la que explican que el libro de Colting no es una secuela y no infringe los derechos de autor de Salinger. "Creemos en el copyright, pero en este caso creemos que no tiene nada que ver con eso. Además, hemos apelado al sentido común y al principio de que la prohibición de libros es siempre algo negativo", señaló ayer George Freeman, vicepresidente de The New York Times Company para explicar la postura de la empresa, según informa The New York Times.
"La prohibición de libros es siempre algo negativo", dice The New York Times
En la Amicus Brief, los medios de comunicación han señalado que la Corte Suprema de EEUU permitió con anterioridad la publicación de documentos del Pentágono a pesar de que contenían información que concernía a la seguridad de la nación. También recuerdan que la Corte permitió la publicación de material difamatorio, sin tener en cuenta las consecuencias para las víctimas.
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"En este caso, además, la sentencia sólo ha tenido en cuenta para prohibir un libro el daño al orgullo de un escritor solitario, ya que no hay ningún daño económico. Esto va en contra del sentido común y esto no es no puede ser la ley (...). Incluso aunque estuviera infringiendo algo, sería todavía un trabajo creativo", indican también en la Amicus Brief. Por su parte, la American Library Association y Public Citizen también han emitido sendas Amicus Brief a la Corte de Apelaciones.
Preguntado por Público, el escritor damnificado, Fredrik Colting, manifestó ayer su alegría por "tener el apoyo de los medios más importantes del mundo. Ellos han creído en lo que nosotros hemos creído durante todo este tiempo y es el derecho a publicar 60 years later". Colting aseguró que no se ha dirigido en ningún momento a los medios norteamericanos, sino que han sido sus abogados los que se pusieron en contacto con ellos tras la sentencia. " Ellos han estudiado el caso en comparación con otros y han llegado a la conclusión de que el primer veredicto no era correcto y que debería ser cambiado", apuntó. También se mostró muy confiado en la victoria: "Me sorprendería mucho si no ganamos el derecho a publicar el libro. Creo que son dos historias muy diferentes y finalmente la corte se dará cuenta de ello".
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"La sentencia sólo ha visto el orgullo de un escritor solitario", afirman los medios
El enfrentamiento entre Colting y Salinger comenzó a principios del pasado mes de junio cuando Salinger interpuso una demanda por considerar al protagonista de la obra de Colting, un anciano que vaga por Nueva York, un remedo envejecido de su jovencito icono Holden Caulfield. A partir de ese momento, Salinger movió a sus abogados para intentar evitar la publicación de este libro, lo que consiguió el pasado 1 de julio, a pesar de que ni siquiera se presentó al juicio.
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Esta aparición en escena de Salinger llamó la atención de la prensa, ya que es un autor que lleva décadas alejado de la sociedad y se muestra totalmente ajeno a la fama (hace décadas que no concede entrevistas). Sin embargo, tampoco era la primera vez que se dejaba caer por los tribunales. A lo largo de su carrera se ha visto envuelto en otras tramas judiciales y ya recurrió a los tribunales en 1982 para impedir la publicación de una entrevista falsa en una revista de EE.UU. Asimismo, en 1987 luchó para prohibir la impresión de una biografía que no había autorizado.
Colting, por su parte, jugó al despiste tras la demanda. Al principio, como editor, vendió al autor de 60 years later como J. D. California. 15 días después de la denuncia de Salinger decidió confesar que él era el verdadero autor del libro. "La razón por la que hago público mi nombre es la demanda. No hay estrategia comercial", remarcó esos días a este periódico. Insistió además en que la suya es una novela "seria sobre la vida ulterior de los personajes de ficción". Tras la prohibición Colting apeló a la decisión judicial.
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La estrategia contra Salinger pasa ahora por demostrar a la juez Batts que 60 year later no es ninguna secuela del libro del autor norteamericano. "Desde luego, en mi libro uno de los personajes principales es el propio Salinger y como todo el mundo sabe él no aparece en El guardián entre el centeno", afirmó ayer el sueco, quien no acaba de creerse la polvareda que ha levantado su caso: "Yo no tenía ni idea de que el interés por Salinger y El Guardián entre el centeno fuera tan enorme". Pero es consciente de que el arrebato del norteamericano no le ha venido nada mal. "Cuando la corte me de la razón, mi esperanza es que haya muchos lectores interesados en el libro", apuntó. Sabe por donde van los tiros.