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Goyas 2018 Dos mujeres directoras, dos Goyas a Mejor Dirección: “Más mujeres, pero no para putearlas, más mujeres que manden”

La gala de los 32 Premios Goya fue la de las mujeres con Isabel Coixet, ganadora de los Goyas a Película, Dirección y Guion Adaptado por ‘La librería’, y Carla Simón, Goya a la Mejor Dirección Novel por ‘Verano 1993’.

Mejor Película Mejor Dirección: Isabel Coixet

“Más mujeres en el cine español, pero no más mujeres para putearlas ni en las brigadas de limpieza, que seguro que dejarán esto luego como los chorros del oro. El lema que llevamos en el abanico es que hacen falta más mujeres que manden”. Isabel Coixet lo dijo así de claro pocos minutos antes de entrar en la sala en la que iban a entregarse los premios del cine español. Tres horas después, Isabel Coixet y Carla Simón abandonaban la gala con sus flamantes Goyas a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guion Adaptado y Mejor Dirección Novel. Fue un pleno al dos. Dos mujeres directoras, dos premios Goya a Dirección.

La noche fue también para reivindicar la no discriminación a la diferencia, mencionado especialmente por los ganadores de los diez Goyas que se llevó ‘Handia’, historia de un hombre gigante y su hermano en un viaje de ambición, dinero y fama y de cómo estos pueden mutilar los lazos familiares. Eneko Sagardoy, Mejor Actor Revelación, dio las gracias en castellano y en euskera -¡esquerri kasko!- y brindó su premio a todos los incomprendidos: “Por esas identidades incomprendidas y esos cuerpos raros, ¡que vivan!”.

Y, sin duda, fue la fiesta de Gustavo Salmerón y su madre Julita, director y gran protagonista de ‘Muchos hijos, un mono y un castillo’, ganadora del Goya al Mejor Documental. “¿Qué hago yo aquí, Dios mío, si soy insignificante. Estoy tan feliz tan feliz casi como el día en que casé con mi maravilloso marido. Por la parte que me corresponde quiero dedicárselo a todas las madres y, por no menospreciar, a todas las mujeres que algún día serán madres y si no, pues estupendo”.

Tres mujeres en 32 años

“Queremos reivindicar el papel de la mujer y por eso la gala la presento yo… y mi mujer, que es Joaquín, o lo más parecido a una mujer que tengo yo”. Fueron casi las primeras palabras de una gala escrita, dirigida y presentada por hombres, que arrancó con la mención de la ópera prima de Carla Simón, ‘Verano 1993’. La película le sirvió a Ernesto Sevilla para hacer alusiones al catalán y a la diversidad lingüística representada en las cinco favoritas y que fue otra constante en la gala.

Muy poco después, el cómico aprovechó la presentación de Isabel Coixet, para recordar el dato lamentable de que la cineasta era “una de las tres mujeres que han ganado un Goya a la Mejor Dirección en 32 años. Solo tres señoras en todos estos años y Álex de la Iglesia, que dice que es una señora”.Hubo muchas menciones a las mujeres y a su reivindicación de igualdad y muchos abanicos rojos que habían repartido las cineastas de CIMA agitándose casi después de cada discurso.

“Ojalá haya más películas dirigidas y protagonizadas por mujeres. Aplaudan esta reflexión”, pidió Joaquín Reyes. “¡Vivan las mujeres!” dijo Belén Rueda. “Rebeldía, resistencia y amor”, las tres palabras que pronunció Daniela Vega, protagonista de ‘Una mujer fantástica’, Mejor Película Iberoamericana. “Que haya más distribuidoras mujeres el año que viene”, deseó Enrique Costa de Avalon, al recoger el premio para ‘The Square’ (Mejor Película Europea). Y las cifras de la vergüenza de la desigualdad las dio Pepa Charro, la Terremoto de Alcorcón, que se marcó el monólogo más ácido de la ceremonia sobre la situación de la mujer en el cine.

La mitad del mundo

Leticia Dolera y Paula Ortiz, que subió al escenario con el abanico rojo del #MASMUJERES, recordaron que “nosotras somos la otra mitad, la mitad del mundo” y mencionaron las palabras de Lorca: “Yo denuncio a la gente que ignora a la otra mitad”. Las directoras anunciaron a “las personas nominadas” y entregaron el Goya a la Mejor Dirección Novel a Carla Simón por ‘Verano 1993’. La joven cineasta dedicó el premio “a mis padres biológicos y a todos los de aquella generación que murieron por el sida. No pasa nada por vivir con el VIH. Y evidentemente, por favor, #MASMUJERES haciendo cine”.

Poco después, el actor Eduard Fernández también presentaba con su especial versión “a los nominados y a las nominadas al Mejor Guion Adaptado”, que terminó en manos de Isabel Coxet, por ‘La librería’. La cineasta dedicó su premio “a todas esas mujeres que todavía van al cine, compran entradas y hacen que todos estemos aquí”. “El Fondo Monetario Internacional dijo que a las mujeres nos faltan 170 años para conseguir la igualdad salarial, ahora dice que 217 años. ¿No les vale con siete años o con siete minutos?” dijo Coixet al recoger el Goya de Dirección por ‘La librería’.

De los personajes femeninos habló Nathalie Poza, Mejor Actriz por ‘No sé decir adiós’, que subió a recoger el Goya con el abanico y agradeció al guionista que hubiera creado su personaje. “Es muy sospechoso que un tío escriba un personaje así, pero es verdad, se puede”.

El divorcio del PP y el cine español

Uno de los grandes aplausos de la noche fue para Marisa Paredes, que recibió el Goya de Honor. “Por fin nos vemos las caras tú y yo”, le dijo a la estatuilla. Envió “un abrazo muy muy fuerte para Yvonne Blake”, la presidenta de la Academia de Cine que está convaleciente tras sufrir recientemente un ictus. La veterana actriz recordó su propia época al frente de la institución y el polémico discurso del #NOALAGUERRA “que volvería a repetir”. Por cierto, que aquella gala fue la del divorcio definitivo entre el cine español y el PP, que empezó entonces una devastadora campaña que, desafortunadamente, ha calado muy hondo, hasta el punto de que muchos ciudadanos todavía piensan hoy que el cine español es una de las pocas actividades que reciben ayudas públicas en nuestro país.

Los vicepresidentes de la Academia de Cine, Mariano Barroso y Nora Navas, sustituyeron a Yvonne Blake y pronunciaron el discurso oficial, en el que recordaron que el cine es un negocio, “aquí sigue nuestra industria generando riqueza para el Estado, recaudando bastante más dinero del que recibe. Y también sigue ahí el IVA, al 21% a pesar de las promesas y anuncios oficiales de que bajaría. La bajada del IVA será una bajada en los precios de las entradas que pagan los espectadores. Somos un colectivo que no quiere llorar y no quiere ningún privilegio. Solo quiere lo que es suyo. Como cualquier otro colectivo”.

El monstruo de la violencia contra las mujeres

“Queremos reivindicar a nuestras cineastas –dijo Nora Navas-. Queremos transmitir a esos y esas adolescentes que hoy van al cine y sueñan con dedicarse a este oficio que no hay límites. Y que no basta con ponerse delante de una cámara. Que también necesitamos directoras, montadoras, guionistas, sonidistas, directoras de fotografía, scripts, compositoras... en igualdad de número que los hombres”.

“La Academia defiende la igualdad profesional de oportunidades. Solo así haremos que nuestra industria deje de perder el talento que aportan las mujeres para llegar más lejos –añadió la vicepresidenta segunda-. Y nadie tiene que sentirse incómodo porque eso ocurra. Porque derrotando la superioridad de género derrotaremos el monstruo de la violencia contra las mujeres. Y debemos lograrlo todos juntos. Todas, juntas”.

Además de abanicos rojos, la noche de los 32 Premios Goya fue una noche de humor, con muchos elogios para el cine español, una noche de diversidad lingüística y de recuerdo al recién fallecido Reyes Abades. Dedicatorias a las actrices y actores sin trabajo, a los estudiantes de cine, incluso a Woody Allen, que, en medio de la que le está cayendo por supuestos abusos, en la noche de los Goya fue recordado como “un creador genial”.

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