Gijón arroja luz sobre Jovellanos y la Ilustración
Una muestra reúne los retratos que Goya pintó del pensador, que murió hace 200 años
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Gijón se asoma a la ilustración en el bicentenario de la muerte de Gaspar Melchor de Jovellanos. El pensador adoptó los principios ilustrados llegados de Francia y planteó fórmulas para su aplicación práctica. Dos siglos después, su ciudad natal reúne el arte, los manuscritos y los objetos que le rodearon en vida. La exposición La luz de Jovellanos abrió ayer sus puertas al público con un objetivo: demostrar que el pensamiento ilustrado sigue vigente dos siglos después.
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Entre las 256 piezas que se podrán ver en el Palacio de Revillagigedo y en la Casa Natal de Jovellanos hay referencias a su vida política, familiar y personal. Nunca se habían expuesto juntas. La tarea ha requerido la coordinación de 65 prestadores, entre instituciones y coleccionistas.
Empezando por el Museo del Prado, que ha cedido el segundo retrato que Goya hizo a su amigo Jovellanos (pintado en 1798). El primero, Retrato de Jovellanos en el arenal de San Lorenzo (fechado entre 1780 y 1782), que habitualmente descansa en el Museo de Bellas Artes de Asturias, se traslada de Oviedo a Gijón para la muestra.
El recorrido por la vida del pensador asturiano incluye primeras ediciones y manuscritos de algunos de los documentos que marcaron su trayectoria, como la Ley de Reforma Agraria de la que se puede ver un borrador con anotaciones al margen y enmiendas motivadas en parte por la fuerte censura, su nombramiento como alcalde del crimen en Sevilla o su designación y posterior carta de renuncia al puesto de embajador en Rusia. "Cuanto más lo pienso, más crece mi desolación. De un lado, lo que dejo; de otro, el destino al que voy; mi edad, mi pobreza, mi inexperiencia en negocios políticos, mis hábitos de vida dulce y tranquila. La noche, cruel", escribió en ella.
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Gaspar Melchor de Jovellanos escribió 600 obras, 143 económicas, y de ellas la mitad dedicadas a asuntos asturianos.
La muestra vuelve la mirada a los enemigos que se hizo el ilustrado por su afán reformista. Y arroja luz sobre el siglo XVIII con planos y maquetas que muestran cómo era el Gijón de esa época y cómo quería Jovellanos que se desarrollara.
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La guerra de la Independencia también fue un momento clave en su vida. Para representarla, una serie de armas de la época y algunos de los trajes que José Luis Garci utilizó para llevar la contienda al cine en Sangre de mayo.