La eterna lucha entre el bien y el mal se escenifica en Madrid
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Fausto cuenta la historia de un hombre ávido de sabiduría que vende su alma al diablo para obtener el conocimiento ilimitado. Una antigua leyenda alemana escrita en dos partes por Goethe: la primera en 1806 y la segunda en 1832, el año de su muerte. Este relato, expuesto en forma de diálogo, ha sobrevivido a los siglos porque habla de algo tan universal como la eterna lucha entre el bien y el mal. El texto ha sido adaptado a todo tipo de formatos desde su creación, como la que realizó para la gran pantalla el cineasta alemán Friedrich Wilhelm Murnau en 1926 o más recientemente la del ruso Alexander Sokurov en 2011. El director esloveno, Tomaž Pandur es el encargado de traer al teatro Valle Inclán de Madrid su versión teatral, y para ello se ha rodeado de un elenco de rostros conocidos como Manuel Castillo, Víctor Clavijo, Roberto Enríquez y Alberto Frías, entre otros. Estarán representando la obra desde este viernes hasta el próximo 11 de enero.
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Pandur: "Lo importante es que el teatro no imite la realidad de fuera, sino que haga su propia realidad"Goethe tardó 30 años en escribir esta función, Pandur y su equipo solo han tenido dos meses para terminar el montaje, explica el director. Solo hace dos días que terminaron los ensayos y asegura que todo está listo para representar la función. Está nervioso, reconoce que se ha generado mucha expectación por este montaje. "Lo importante es que el teatro no imite la realidad de fuera, sino que haga su propia realidad", dijo ayer, durante un desayuno con los medios de comunicación rodeado de su equipo. Y en esa búsqueda propia por encontrar una nueva visión lo que más le ha inquietado es encontrar respuesta a lo que ocurre en "la parte izquierda y derecha de cerebro del protagonista, Fausto".
Para esta aventura, el director esloveno se ha arropado de su círculo más cercano. La escenografía es de Sven Jonke, "un gran amigo que ha construido lo que es mi obra española" y para la versión ha contado con la dramaturgia de Livija Pandur y Lada Kaštelan, "Goethe es tan duro que hemos necesitado ayuda con el texto. Y estas dos mujeres han conseguido que el espectáculo sea más inteligente", asegura. Del elenco se reparte en elogios con todos. Con la mayoría ya ha trabajado en otras ocasiones. De Roberto Enríquez, que tiene el papel protagonista, dice que es "un atleta del corazón" y destaca su "generosidad".
Madrid acoge el debate existencial de 'Fausto'
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La historia de Fausto se centra en la eterna lucha entre el bien y el mal. El relato original de Goethe comienza con una conversación entre el diablo y Dios. En ella este le propone un pacto: desviar del camino de la ética a uno de sus humanos preferidos. Fausto, un alquimista que ansía el conocimiento es tentado por Mefistófeles, interpretado por Víctor Clavijo. El actor de Algeciras hace en esta versión de padre de familia: "Le hemos dado un punto de vista un poco especial, mi personaje es el progenitor de un clan un poco alocado, cuya misión es tentar a los demás para conseguir su alma", explica. Una vuelta de tuerca a la historia, sin sacrificar el texto, que en realidad no se aleja de la idea original, tan solo se enfrenta a ella desde un punto de vista levemente distinto. En algunas ocasiones si hay un alejamiento del escrito, "hay algunos momentos en el que los personajes comentan la obra desde fuera", asegura Clavijo.
En esta versión, Mefistófeles está casado y tiene dos hijos. Estos papeles los interpretan: Ana Wagener, la conyugue y Marina Salas (Margarita) y Pablo Rivero (Valentín), este último ya había trabajado antes con el director. Sobre los hijos, Pandur explica que ambos "encarnan a dos niños que víctimas de abusos y violaciones" y que los intérpretes "han sabido entender el personaje y la nueva relectura del libreto".
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Pandur: "Es un texto que llevo siempre conmigo desde pequeño. Hace un año y medio me desperté y me dije, ha llegado el momento"Fausto es una de esas obras golosas que todo director quiere tener en su repertorio. En el caso de Pandur, la idea emanó de su cabeza hace cerca de dos años. "Es un texto que llevo siempre conmigo desde pequeño. Hace un año y medio me desperté y me dije, ha llegado el momento. Me propuse contar la historia de un hombre que vende su alma.", explica. Sobre el resto de los acontecimientos, entiende que son diversas las interpretaciones, pero el eje central de la trama parte de esta idea tan simple, pero a la vez enrevesada.
"Quería hablar de un hombre que lucha contra el mundo, que está al límite de la existencia y de la necesidad de ampliar sus horizontes", explica. Una idea que lleva al personaje de Fausto a la desesperación. Tal es su periplo que coquetea con la idea del suicidio como posible salida al infierno personal que le supone la incapacidad de obtener mayor sabiduría. Algo que contrasta con la realidad que vivimos hoy, en la era de Internet, con todo el conocimiento a un golpe de teclado. Aunque no queremos que nada distraiga esta lectura, usted, lector, podría ahora abrir una nueva ventana en su navegador y teclear "Fausto" o "Goethe", en menos de un segundo tendría cientos de entradas con alusiones a la obra del alemán o sobre esta en concreto. Visto así, este artículo, más allá de lo noticioso, puede parecer irrelevante si tenemos en cuenta la cantidad de especialistas sobre la materia que habrá encontrado, ¿verdad?
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"Durante los ensayos me di cuenta que dirigir esta obra es como dirigir cuatro tragedias de Shakespeare""Quería también hablar del mal, porque sabemos que forma parte del bien", añade. Fausto y Mefistófeles están constituidos dentro de estos espectros. "Durante los ensayos me di cuenta que dirigir esta obra es como dirigir cuatro tragedias de Shakespeare", asegura el director. Ante todo, lo que se pretende con la historia es abordar un texto que parece existir desde siempre contando desde lo personal. La idea no es copiar y reproducir, sino crear. "El teatro es como un proceso de alquimia. Necesitamos toneladas de pétalos de rosa para producir una gota de perfume. Para conseguir una lágrima, o un momento único, hay que elaborar el mismo proceso".
"En nuestro espectáculo", explica Pandur, hay dos partes. El primer encuentro del diablo con Fausto y Margarita lo hemos basado en las historias medievales. La segunda parte es más metafísica e intelectual. Una alucinación de Fausto". Lo que pretende el director es cruzar la frontera que hay entre el mundo subconsciente y el consciente para que finalmente ambos se encuentren en un punto crítico que se plasma en la decisión de vender el alma y firmar un contrato con una gota de sangre.
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Sobre el trabajo con el director, todos los actores coinciden en la libertad que da para crear sus personajes. Roberto Enríquez asegura, mientras sus compañeros asienten, que en ciertos momentos ha llegado a sentir incluso pánico. "Hay una gran diferencia entre Pandur y otros directores en la manera de hacer teatro: él te lleva hasta el abismo", asegura.
Víctor Clavijo: "Casi desde el principio me he visto con la libertad de proponer y se me ha devuelto la pelota""Te obliga a reconstruirte y aparece algo nuevo que produce terror. Es una descripción difícil de entender", intenta explicarse el intérprete. Desde el primer día contaron con luces, sonidos y un vestuario muy similar al que tienen en la obra, todo dispuesto para que los actores se sientan sueltos en el proceso de exploración. "En mi caso estaba preocupado por la cantidad de texto que tengo, pero a medida que iba estudiando me daba cuenta de que las reflexiones y pensamientos que me encontraba en la función eran las que yo, o cualquiera, podría tener"
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Una experiencia similar ha vivido Víctor Clavijo: "Casi desde el principio me he visto con la libertad de proponer y se me ha devuelto la pelota". Este juego ha llevado a una exploración profunda, en el caso de la familia de Mefistófeles, de sus diferentes aspectos, como si de una disección se tratase. "Hemos creado unos personajes que son proyecciones del diablo, como mi personaje, una mujer de carne y hueso, con todo su humor y complejidad. Es la primera vez que me dan tanta libertad. Las puertas abiertas", explica Ana Wagner, que hace de esposa, en la ficción, de Clavijo. Una versión libre, que surge de la experimentación y la libertad del elenco por crear un producto nuevo con una idea eterna y que podremos ver de la mano del CDN hasta pasadas estas navidades.