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Eva Hache, Hache de Hernández, vuelve al teatro. Lo hace como protagonista de Los vecinos de arriba, una comedia de Cesc Gay sobre la vida en pareja que da para hablar de la petición de divorcio de Catalunya. La monologuista, presentadora de televisión, humorista y primera mujer en conducir un late night en España, Noche Hache, aprovecha para charlar de la infancia, la política, la fama, Nina Hagen, un condón autografiado y sus veranos de pescadora en Zahara de los Atunes.
Detrás de usted, puede leerse el lema “Vivir es un asunto personal”. Y, cuando venía hacia aquí, el cartel de un bar advertía: “Hace buen tiempo para ligar”. ¿Se nos están yendo los eslóganes de las manos?
Yo creo que no, lo que pasa es que se nos está metiendo Paulo Coelho en el cuerpo. A la gente le gustan mucho los lemas.
¿Por qué a todo hay que buscarle un eslogan?
Hombre, estamos muy imbuidos por la publicidad y por la inmediatez del mensaje corto. Nos hemos acostumbrados a ser concisos con las palabras.
Aunque quizás se imponga el gesto sobre la acción.
La red social se ha apoderado de cómo vivimos: foto instantánea y mensaje inmediato a todas horas.
Hoy miércoles presenta en el Teatre Condal de Barcelona Los vecinos de arriba. Me imagino que se llevará el pasaporte para cuando toque volver a Madrid.
Lo tengo en regla, aunque igual me toman por extranjera y me tengo que empadronar en Barcelona. Recientemente he estado allí y tengo la impresión de que la gente está muy triste. La irresponsabilidad de los medios nos está haciendo creer que todos los catalanes son independentistas, y eso no es verdad, porque hay muchas dudas.
"La irresponsabilidad de los medios nos está haciendo creer que todos los catalanes son independentistas, y eso no es verdad"
La gente sabe que no hay una hoja de ruta clara y desconoce qué pasará con los servicios públicos, con los funcionarios y con la política económica. El problema es fácilmente solventable: hay que eliminar del poder a todos los políticos imputados por corrupción y, cuando haya gente honesta, empezar a hablar del procés.
¿Le ha sorprendido la postura de la CUP, enredada con el pospujolismo?
Me parece todo un dislate. Es un procés acelerado que le viene muy bien a los dos grupos de poder, que están encantados con la radicalización. Hemos caído en la trampa, y los medios no ayudan a que haya cordura, porque la falta de información y la manipulación está al servicio de esta guerra de poderes.
¿Había que espabilar antes de que mejorase la economía?
El contexto es de crisis, claro, pero todo se ha acelerado con el cambio de Gobierno. Ojo, que yo no soy estadista y no me alcanza la sabiduría para hablar de todo esto con demasiada certeza. Básicamente, el problema es que los políticos son corruptos.
"La represión del Gobierno del PP ha fabricado más independentistas. Mucha gente se ha defendido así, aunque quizás no fuese su ideología"
¿Por qué los ciudadanos seguimos manteniéndolos en nómina, cuando tendrían que estar —al menos— bajo arresto domiciliario? Se nos ha ido la pinza, porque es una cortina de humo para que no hablemos de lo realmente importante. Sin embargo, están espoleando los sentimientos, el romanticismo y la ideología de la gente, que entra al trapo, claro, porque ésta necesita pasión. Me parece una irresponsabilidad salvaje.
Usted amagó con presentarse a las generales de 2008. Antes lo había hecho Yola Berrocal con el Yola Independiente Liberal (YIL) y su lema Porque Yola valgo; y luego, Carmen de Mairena, quien prometió que los Mossos llevarían barretina y que construiría aeropuertos para que los extraterrestres visitasen Catalunya.
Me parece tan normal como lo que está haciendo el Gobierno ahora.
Ojo, que el partido de Mairena logró en las catalanas de 2010 casi siete mil votos, superando a la UPyD de Rosa Díez. Otro gallo le cantaría si se uniese a C's.
Mira, estoy desencantada con la política. No tenemos unos políticos en condiciones: no están haciendo política, sino fútbol, o Sálvame.
"Están espoleando los sentimientos y el romanticismo de la gente, que entra al trapo, claro, porque necesita pasión"
Un formato que se ha extendido a las tertulias futbolísticas o políticas.
Totalmente, es espantoso. Me puedo reír, porque tengo un carácter muy chirigotero, pero en este momento ya es demasiado peligroso como para tomárselo a coña.
El humor es necesario para sobrellevar el tedio que provoca la crisis, la corrupción y otros males, pero usted cree que también puede ejercer de elemento desmovilizador.
El humor es una catarsis, algo positivo, porque si no estaríamos muy enfadados; pero, por otro lado, con él nos desahogamos demasiado rápido.
Usted se adelantó seis años a la nueva política. ¿Cuál sería su primera medida como presidenta del Gobierno?
Creo que Ada Colau y Manuela Carmena están haciendo política de verdad y preocupándose por el bien común, sin crispación ni ataques autodefensivos.
¿El resto de la política es un chiste?
Me parece una vergüenza. Hemos llegado a un punto en el que no hay manera de solucionarlo si no es de una forma salomónica.
Decía antes que en Catalunya veía a la gente triste.
Sí, está muy triste y preocupada porque se siente utilizada. La radicalización le viene bien al poder, igual que la sumisión, la falta de educación y el alfabetismo. Ganan ellos.
¿Cree que les ha ido de las manos a unos y a otros?
Totalmente, claro, pero es algo meditado, porque lo han hecho a propósito.
Catalunya ha ganado la partida del procés en el exterior, ¿no?
Sí. Han amplificado la fuerza que pudieran tener, porque se han convertido en víctimas. La división ha generado un triunfo.
¿No le preocupa la cena de Nochebuena?
No. Los catalanes están preocupados, pero no han dejado de hablarse. Hay personas más efervescentes que otras, aunque en general todo el mundo está muy calmo. Tienen miedo, porque no saben lo que va a pasar. A ver cómo va nuestro estreno… [risas].
¿Le parece insolidario separarse?
La represión del Gobierno del PP ha fabricado más independentistas. Mucha gente se ha defendido apuntándose a un bando que quizás no correspondía a su ideología: “Pero bueno, ¡que me están pegando!”. Luego hay gente informada sólo a través de la televisión que defiende la actuación de la policía, aunque una cosa es que votar sea ilegal y otra, que te den palos.
Precisamente, Los vecinos de arriba refleja lo complicado que es vivir en pareja.
El reparto y el equipo es diverso: hay catalanistas, hay algunos que no son catalanistas ni nada, y hay independentistas acérrimos.
"Colau y Carmena están haciendo política de verdad y preocupándose por el bien común, sin crispación ni ataques autodefensivos"
Sin embargo, seguimos quedando para comer y ensayar, porque la vida sigue. No podemos decir que la sociedad está dividida. También en una familia de Madrid uno vota al PP, otro a Podemos y otro al PSOE. Estamos tratando a los catalanes como si fuesen un ser con un solo cuerpo y mil cabezas, o sea, como si todos estuvieran de acuerdo. Y eso no es verdad.
¿Tiene arreglo este sindiós o cree que el divorcio es inevitable?
En la familia pasa lo mismo. Los vecinos de arriba pone de manifiesto que hay que seguir viviendo. Te puedes llevar mal con tu pareja, pero hay que buscar puntos de diálogo o al menos una entente cordiale para que todo siga adelante. Mi personaje o quiere correr riesgos y los cambios la asustan mucho, hasta que se le revoluciona la casa y la rutina con la visita de los vecinos.
Normalmente, en la vida de pareja intentamos mantener un malestar soportable, sobre todo cuando hay hijos. A pesar del divorcio exprés, que a veces es demasiado exprés, todo el mundo intenta…
¿Cree que la gente tiene menos paciencia?
Sí. Hay personas que abandonan demasiado fácilmente, pero el grueso de la tropa aguanta carros y carretas. Conozco a muchas parejas que siguen juntas porque económicamente no se pueden permitir separarse.
“El divorcio es una ruina”.
Claro. Con la crisis y la reducción de salarios, la gente va de culo. Y te lo digo desde mi posición de privilegio.
¿Ha logrado conciliar trabajo y familia?
Trabajo mucho menos y, si los curros son más intensos, intento tener más tiempo libre y vacaciones escolares. Además, me gusta mucho trabajar poco, por lo que he encontrado la gallina de los huevos de oro.
"Hay muchos aspirantes a actores y, encima, en las escuelas les hacen sentirse seres especiales. Venden más el glamour que el trabajo"
Le preguntaba antes si cree que el divorcio de Catalunya es inevitable.
Creo que tiene arreglo, pero como estamos rodeados de tanta crispación, la gente se contagia. En la obra teatral, cuando se acaba la pasión desenfrenada del principio, cada miembro de la pareja busca encender al otro con pullas y mediante una guerra de poder.
Han dejado de convivir: son como unos compañeros de piso que se van esquivando por la casa para que no haya una explosión ni un conflicto. Por eso, cuando aparecen los vecinos de arriba y ven lo bien que se lo pasan y lo bien que follan, todo se desmorona, por contraposición y por envidia.
Cambiando de tercio, de niña quería ser escritora, ¿no?
Sí. Me gustaba mucho leer y me parecía muy bonito trasladar mis fantasías a la gente.
Un oficio que se puede practicar sin público, aunque éste llegue luego.
Sí, pero yo no tuve un afán exhibicionista hasta mucho más tarde. Yo no era la típica graciosa de la clase y, de hecho, soy bastante pudorosa.
Tímida no es...
Tímida no, pero pudorosa sí: hay cosas que me dan mucha vergüenza.
"Si yo soy actriz y monologuista es porque no estuve esperando el golpe de suerte, sino que lo provoqué. Fui valiente"
¿No le imponía respeto subir al escenario?
No, porque ganaba el placer del riesgo. Cuando empecé de forma amateur a hacer teatro, me di cuenta de que me hacía muy feliz, algo que he vuelto a sentir en los ensayos de esta obra. Cuando ejerzo de actriz, salgo de casa con tanta ilusión que me choca hasta a mí misma.
Hasta los ocho años, fue a un colegio de monjas agustinas en Valdepeñas, ¿no?
Mi padre era catedrático de Matemáticas y profesor de Instituto, y mi madre trabajaba en aquel colegio de maestra.
La hija de la profe…
Nunca me dieron clase, lo cual estuvo muy bien, porque da un poco de grima.
Niña tranquila, infancia feliz.
Sí. Era una buena niña, aunque cuando llegué a la adolescencia me animé un poco. Pero nunca di un disgusto: ni me detuvieron ni nada de eso [risas]. Más que rebelde, era curiosa.
Luego se mudaron a Cuéllar y estudió la carrera a Valladolid, pero su familia paterna y materna era de Segovia.
Teníamos una casa familiar e íbamos mucho. Ese nomadismo marcó un rasgo muy fuerte de mi carácter: no tengo mucho arraigo a ningún sitio y enseguida me encuentro cómoda en cualquier lado. En cambio, soy mala conservando amistades. Digamos que no soy constante en la amistad.
Tras representar obras clásicas con la compañía de Juan Antonio Quintana, decide probar suerte en Madrid. ¿Cómo fue el aterrizaje?
Madrid, para mí, es como una casa, porque mis abuelos maternos vivieron aquí. Al terminar el instituto, quería estar sola y venirme, pero a mis padres les pareció descabellado que me diera a la vida independiente tan pronto. El primer año iba desde Cuéllar a Valladolid en autobús y el segundo año, como ya estaba en la compañía de teatro, me fui a un apartamento.
"Siempre he intentado que mi humor no haga sangre, pero que tampoco deje títere con cabeza"
Después de cuatro obras y de ver que los mejores papeles se los iba a llevar la hija del director, al terminar la carrera me vine aquí a buscarme la vida. La llegada fue clásica: compartir piso, ir trampeando, pasar de un trabajo a otro...
Vendió ropa, ejerció de telefonista, dio clases de inglés… ¿Pero eso de que fue pescadora?
Compartí apartamento con un tío de Cádiz y un día fui a visitarlo con una amiga. Zahara de los Atunes me flipó tanto que, durante cinco años, hice la temporada de verano. ¡Entonces me llamó el mundo de la pesca! Salía en una barquita con dos gitanos gemelos y un pescadero de pescadería. El caso es que les caí en gracia, nos hicimos familia y me incorporaron a la tripulación.
En Madrid también trabajó de camarera. La ciudad está llena de actores y artistas que aguardan el golpe de suerte detrás de un mostrador.
Eso es legendario. No creo que haya ningún actor o actriz que no haya sido camarero en algún momento.
La competencia es atroz. ¿Qué es necesario para vivir de la interpretación y el espectáculo?
Yo también he vivido la frustración de que no salga nada. Los trabajos suelen ser temporales, te permiten hacer otras cosas y largarte rápido si tienes un golpe de suerte, pero el porcentaje que triunfa es muy bajo. Hay mucha gente que quiere vivir del arte y, además, en las escuelas de interpretación les hacen sentirse seres especiales. Venden más el glamour que el trabajo, cuando el oficio se aprende con la experiencia y en realidad tiene muy poco de glamour.
"Muchas mujeres de la televisión —siendo inteligentes, divertidas y agudas— se han prestado a ser floreros, cuando deberían ser un ejemplo para otras"
Si yo soy actriz es porque no estuve esperando el golpe de suerte, sino que lo provoqué. Después de aquellos curros, monté un espectáculo de cabaret con una amiga. Fuimos valientes: “Vamos a intentarlo por última vez”. Y el salto al monólogo fue igual: escribí un monólogo y lo presenté en Paramount Comedy a ver si funcionaba…
Trabaja en varios programas de la cadena, como La hora chanante, y en 2003 gana el Certamen de Monólogos de El Club de la Comedia. Ahí aparece la figura del guionista...
Cuando me contrataron en El Club de la Comedia, no me daba tiempo a escribir más material y empecé a hacer textos de los guionistas del programa. Y es otro trabajo…
Un trabajo más de interpretación, ¿no?
Tienes que llevar el monólogo a tu terreno, porque no se puede interpretar, a no ser que tengas un personaje muy claro, como Flipy. Si el monólogo está demasiado interpretado, si lo tienes muy aprendido o si suena a recitado, no funciona, porque en el fondo estás contando anécdotas. El secreto del monólogo es contar algo como si te hubiese pasado a ti.
Usted mete el dedo en la llaga, aunque sin hacer sangre.
Siempre he intentado que mi humor no haga sangre, pero que tampoco deje títere con cabeza.
¿Se ha comido el personaje de Eva Hache a la actriz que lleva dentro?
No…
¿Le preocupa el encasillamiento o cree que ése es precisamente su fuerte?
"Me arrepiento de no haber sido más salvaje en mi adolescencia y juventud. Creo que fui demasiado prudente"
Tengo una marca personal clara, por lo que me llaman para que haga lo que me han visto hacer. Yo intento ser muy natural y mostrarme como soy —de una forma amplificada, claro, porque estamos hablando del mundo del espectáculo—. Pero ese encasillamiento es divino.
¿Cuando se apagan los focos, la gente le pide que siga siendo Eva Hache? Imagino que a veces resultará tedioso…
Con la gente, también soy natural. Intento contestarle con gracia. Soy bastante irónica y la despacho con tranquilidad. Si alguien se pone faltón, yo también me pongo un poco faltona. Me importa bastante poco el qué dirán. Me siento libre y no me preocupa la imagen que doy. Ahora que se habla tanto de feminismo, pienso que muchas mujeres de la televisión —siendo inteligentes, divertidas y agudas— se han prestado a ser floreros, cuando son un ejemplo para el resto de las mujeres y para el comportamiento de los hombres respecto a ellas. Algunas que, llegada una cierta edad, se quejan de que no las tratan bien se han aprovechado precisamente de su aspecto físico, o sea, de su follabilidad para hacer su trabajo.
¿Ha sufrido el machismo en televisión? ¿Ha tenido que parar mucho los pies?
No he tenido ningún conflicto, pero estamos en un mundo de hombres en el que mandan ellos.
¿Todos los hombres son iguales o unos son más iguales que otros?
Hay mucha variedad. Aunque me sorprende que haya un retroceso social respecto a la igualdad, los derechos adquiridos, la violencia doméstica, etcétera. Me parece increíble que vayamos hacia atrás y que la gente joven… A ver, es alucinante y terrorífico que haya jóvenes neonazis o jóvenes maltratadores [...]. Y la televisión tiene mucha culpa, porque ya no es educativa, sino todo lo contrario.
Noche Hache fue un programa exitoso. Sin embargo, la dictadura de las audiencias se llevó por delante la versión española de Saturday Night Live, que duró tres meses en antena. Y Guasabi, un programa de cámara oculta, aguantó sólo una entrega. Hacer tele es vivir en el alambre, ¿no?
Es muy frustrante, aunque yo en la tele me considero una asalariada. Soy muy obrera. Como nunca he dirigido ni producido un espacio de entretenimiento, he confiado en que la gente que estaba por encima de mí sabía lo que estaba haciendo. Antes decía que la política es muy fútbol, y la televisión un poco también. Hay una tiranía: eres de estos o de los otros, de Mediaset o de Atresmedia. En mi caso, sin ser una cara de la cadena y sin estar contratada, me echaron de El Club de la Comedia por compaginar el programa con otro de la competencia. Pero no tengo miedo…
"Wyoming es la mayor rock and roll star de España. Enardece a las masas, no dice una palabra fuera de lugar y, además, es didáctico"
Después de pescar en Zahara de los Atunes, me di cuenta de que podría hacer cualquier cosa en mi vida. No tengo la ansiedad de perdurar en el tiempo ni en la historia. Por eso hago las cosas con generosidad. Cuando era camarera, era muy buena camarera. A mí no me gusta trabajar, pero cuando acepto un curro, lo hago a fondo.
¿Para hacer humor es importante caer bien?
Sí.
Luego está el humorista agresivo, que busca el enfrentamiento o genera rechazo.
Fíjate en Pepe Rubianes, por ejemplo. Un salvaje.
Moncho Borrajo…
Que decía unas barbaridades... Aunque también te caen bien por eso: humoristas arrogantes, pero con narices para decir las cosas. Es el efecto bufón, molesto para la corte, si bien necesario. Y, al final, todo el mundo se ríe.
La sobreexposición satura, pero más duro debe de ser el olvido…
Sobre todo cuando no tienes nada más que hacer. La fama engancha. Me imagino que si la gente se olvida de ti, debes de sentir un vacío…
¿Uno comienza a ser famoso cuando lleva gafas de sol a todas horas?
[Risas] El otro día, mi amiga la del cabaret me recordó que yo le había dicho que quería ser una rock and roll star. Claro, tío, no son las gafas de sol, ¡es la actitud! Te envuelve un aura que hace que la gente te mire y se pregunte: “¿Y ésta quién es?”.
¿Quién es la mayor rock and roll star fuera de la música?
Wyoming. Se sube a un escenario y, en menos de un minuto, la gente está entregada. Enardece a las masas, no dice una palabra fuera de lugar y, además, es didáctico. Era vecino de mi madre en el barrio de Prosperidad y, cuando se dio a conocer, mis abuelos decían: “¿Qué hace el chico de la farmacia en la tele? ¿No había estudiado para médico?”.
La Prospe en los ochenta...
Cuando vivo Nina Hagen a la sala Morasol, yo quería ir a toda costa. Veía La Edad de Oro en la tele y los domingos compraba las patatas fritas frente al Garaje Hermético. Observaba a aquella gente disfrazada de arriba abajo y quería todo eso para mí. Le decía todo el rato a mis padres: “¡Dejadme ir! ¡Dejadme ir!”. Tenía doce años y, claro, no me llevaron [risas]. Siempre pensé que había nacido un poco tarde. Pero igual ha sido mejor así...
¿Volvería a alguna época de su vida?
En el estreno de Pieles, de Edu Casanova, vi a Soy una Pringada con toda su corte. Sentí añoranza por no haber sido más salvaje en mi adolescencia. Ha sido la única vez en mi vida que pensé con melancolía en algo que no he hecho. Si me arrepiento de algo, es de no haber dado más el cante cuando era joven. Creo que fui demasiado prudente.
¿Y le gustaría haber vivido en alguna otra época histórica?
Siendo mujer, no me gustaría vivir en ninguna época ni en ninguna civilización [risas].
Bueno, al menos vivirá el procés.
El procés es un hecho histérico, más que histórico.
¿Es cierto que en una ocasión un joven le pidió que le firmase un autógrafo en un condón y usted escribió: "Suerte"? Se non è vero, è ben trovato…
La gente es muy original y quiere que te acuerdes de ella, por lo que hace cosas raras. Algo que me parece muy bien, porque enriquece mi mundo. Pero el chico me vino con un condón con cáscara, ¡eh! Me parece maravilloso que la gente se lo curre para que la recuerdes. Eso es gloria bendita.
¿Cuál es el principal enemigo del amor?
El aburrimiento. Bueno, el aburrimiento es bueno, porque fomenta la creatividad. Quizás la falta de respeto, o sea, el exceso de confianza.
Por cierto, su pareja, Jöns Pappila, era el hombre naranja de El factor Pilgrim.
Fíjate qué gracioso: los directores de la película, Alberto Rodríguez y Santi Amodeo, me invitaron al estreno de El factor Pilgrim, pero no pude ir. Un año después, durante la presentación de una película de Eva Lesmes en el cine Capitol, mi amigo Julián Villagrán me presentó a Jöns. Hablamos y… ¡fue amor al instante!
"El principal enemigo del amor es la falta de respeto, porque el aburrimiento al menos fomenta la creatividad"
Fuimos a la fiesta de la peli, me vino a buscar al día siguiente y pensé: “Qué chico más entretenido”. Luego nos dimos cuenta de que teníamos muchísimos amigos en común. Y cuando me dijo que había hecho una película con unos sevillanos, resulta que era la ópera prima Alberto y Santi, quienes también colegas míos, claro.
Cuando le dijo a sus padres que quería ser actriz, le respondieron que estudiase. ¿Le diría lo mismo a su hijo si se lo propusiese?
Ellos me aconsejaron que hiciese algo de provecho, porque no lo veían como una alternativa de trabajo real. Tenían miedo de que fuese una mujer frustrada y, con mucha lógica, me decían: “No tenemos ningún padrino y esto es algo muy incierto. ¿Por qué no estudias algo y luego haces lo que quieras?”. En mi caso, mientras pueda mantener a mi hijo económicamente, le ayudaré en todo lo que pueda.
¿Qué deberes tiene pendientes? ¿Algo que le gustaría hacer?
Hago un papel muy pequeño en la nueva película de Cuerda, Tiempo después. Yo creo que, como Cesc Gay ha abierto la veda, igual los directores de cine se han dado cuenta de que pueden contar conmigo para hacer otras cosas que no sean presentar programas de televisión. Y estoy muy emocionada porque el guion es maravilloso.
[La entrevista fue realizada antes de la comparecencia de Puigdemont en el Parlament]
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