"Dios está en el orgasmo"
Llega a España el libro ‘El Kamasutra Católico', escrito por un capuchino
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"A través del amor por su esposa, el hombre, después de alcanzar su propia satisfacción, debe acariciar los labios y clítoris de la mujer hasta que ella llega al orgasmo". No, no es una novela erótica, sino un libro escrito por un fraile capuchino polaco, Ksawery Knotz, en el que se muestra cómo practicar sexo "como Dios manda". Y disfrutarlo, como se desprende de este tratado dirigido a los creyentes católicos: "Hay que dejar de pensar que disfrutar con el sexo es malo". El volumen, que en 2009 se convirtió en un best seller, se ha presentado esta semana en Madrid, bajo el título No le tengas miedo al sexo, así que ama y haz lo que quieras. El Kamasutra Católico (Rjl Ediciones).
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Pese al temor con el que la Iglesia católica se acerca al sexo, el fraile polaco asegura que la Iglesia aprueba sus textos. "Puedo hablar de esto sin que me quemen en la hoguera". Knotz, que trabaja desde hace años ayudando a matrimonios cristianos a resolver sus problemas de pareja, está convencido de que "el acto sexual acerca a la pareja con Dios".
El placer conyugal es la base del libro del capuchino. "Si consideramos que hacer el amor es malo nos separamos de Dios", afirma el religioso, quien sostiene que "las parejas pueden utilizar la estimulación manual y oral".
Durante la presentación, Knotz aseguró que "Dios está en el orgasmo", y negó que el sexo tuviera que limitarse a la procreación, como mandan sin embargo los cánones eclesiásticos. "Cuando los cónyuges hacen el amor no han de estar pensando en Dios, sino en ellos, el uno en el otro", insistió.
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El varón debe ayudar en casa para que la mujer esté menos cansada para el sexo
El fraile también consideró una "cosa tonta" que el único modelo a seguir para un matrimonio católico sea el de la Sagrada Familia, donde María se mantuvo virgen y, según la doctrina oficial, no tuvo más descendencia que la de Jesús. "Según esto, sólo deberíamos tener un hijo", indicó el fraile polaco.
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Pese a todo, el religioso defendió el amor natural, por supuesto sin utilizar preservativos. "El sexo no es sólo para tener hijos, pero tampoco para no tenerlos". En cualquier caso, Knotz también reveló un cierto tufillo machista al afirmar que "para preparar una noche de intimidad, el hombre debe ayudar a la esposa en las tareas domésticas para que no esté muy cansada", o sugerir, por otro lado, que "acariciar a las esposa es especialmente importante para preparar el acto sexual", aunque no mencione la necesidad de hacer lo propio para el hombre.
El Kamasutra Católico, que llega a España tras haber sido todo un éxito de ventas en Polonia, no lleva fotografías ni ilustraciones. El religioso dejó claro que admitió el citado subtítulo únicamente por "cuestiones de marketing", pero insistió en que no quiere que "se desvirtúe la verdadera intención de la obra", y que ese título "lleve a la confusión" a los lectores.
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"Hoy vivimos una etapa de caos, de desenfreno, y mi libro pretende ayudar a las parejas casadas a reforzar sus vínculos y a tener una buena y feliz vida sexual, de acuerdo con los dogmas de la Iglesia", dice el franciscano polaco, quien defiende que el sexo también "es una buena forma de acercarse a Dios".
"Cuando hacen el amor los cónyuges no han de estar pensando en Dios"
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De 45 años, el padre Knotz, además de escribir, imparte desde hace varios años clases de educación sexual en el monasterio de Stalowa Wola (sur de Polonia), donde ayuda a las parejas a encontrar el placer de la "divina unión".
"Todo acto, caricia o posición sexual que tiene como objetivo la excitación del cónyuge está permitido, y agrada a Dios. Durante el acto sexual, el matrimonio puede demostrar su amor de todas las formas posibles, y brindarle al otro las caricias más deseadas", afirma el capuchino, quien defiende su trabajo pastoral con matrimonios.
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"Para mí, ayudar a las parejas a mejorar sus relaciones íntimas supone también una forma de trabajar para Dios", asegura el religioso polaco, sin importarle que sus propios feligreses ya lo llamen, si bien cariñosamente, "el apóstol del Kamasutra católico".