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Del beso inocente a la droga y el sexo bruto

El mundo reflejado por la cinematografía latina exalta pasiones en Cannes 

MARÍA LUISA GASPAR (EFE)

De la inocencia del primer amor a la confusa desolación adolescente que puede conducir a la droga, la pornografía o la prostitución, en los barrios altos de Nueva York o en los de Buenos Aires, tres directores latinoamerianos mostraron hoy en Cannes su visión del mundo.

Contra todo pronóstico, el amor y la inocencia triunfan en Acné, del director uruguayo Federico Veiroj, una coproducción presentada en la sección paralela La Quincena de los Realizadores en la que también participan Argentina, España y México.

En armonía con la tendencia artística dominante, los jóvenes del neoyorquino de origen brasileño Antonio Campos y del argentino Pablo Fendrik comparten universos de tristeza infinita, aunque en puntos geográficos y sociales muy distantes.

Mientras que con Federico Veiroj termina reinando la inocencia, la gracia del joven protagonista, en búsqueda de ese primer beso que le abrirá las puertas del amor, tras lograr vencer su timidez.

Los tres filmes tienen en común, además de haberse estrenado hoy, que sus protagonistas saben ya mucho de la vida, del sexo en particular.

Los neoyorquinos de Afterschool gracias a Internet, el jovencsimo Rafael de Acné gracias a su hermano mayor, que consideró necesario iniciarle en la sexualidad cuando apenas tenía 13 años; los de Pablo Fendrik gracias a la calle.

Aunque en esta última película, La sangre brota, los adultos tienen un papel estelar no menos desolador, en el marco de una familia burguesa venida inevitablemente a menos, dominada por el miedo y por dos herederos a la deriva.

Nadie se salva del penoso retrato vital en esta cinta, estrenada en la otra sección paralela del certamen, La Semana de la Crítica, en presencia del director y de dos de sus actores, Guadalupe Docampo y Arturo Goetz, quien ya protagonizó para Pablo Fendrik El Asaltante (2007).

Con sabiduría, el director sabe mantener la atención de principio a fin hasta dejar al espectador 'con la garganta encogida', según comentaba uno de ellos a la salida.

'El filme es tan duro que la primera reacción es salir y tomar el aire', añadía.

En el coloquio que siguió, Fendrik explicó que él mismo se fue de casa a los 14 años y en cierta forma la cinta reflejaba partes de su historia y de cuestiones familiares todavía por resolver.

No es menos desolador el prestigioso centro escolar de la Costa Este estadounidense en el que situó la acción Antonio Campos, quien empieza a formar parte de la familia de Cannes, pues aunque en 2008 es su benjamín, ganó ya en 2005 el premio de la Cinefundación con el cortometraje 'Buy it now' y luego recibió la beca de la Residencia.

Gracias a ella escribió en París el guión de este primera largometraje con el que opta a la Cámara de Oro el próximo día 24.

Si la protagonista de Buy it now vendía su virginidad por Internet, los de Afterschool, pese a la aparente superprotección académica, están rodeados de droga, pornografía y violencia, hasta el asesinato.

Resulta palpable la conexión de esta película estrenada en la sección oficial Una Cierta Mirada con Elephant, del director estadounidense Gus Van Sant, sobre la masacre en la escuela de Columbine en 1999.

En declaraciones a la televisión del Festival, Antonio Campos no desmintió esta proximidad ni su interés común por ese momento de la vida donde todo es posible porque está aún por definir.

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