El mundo de la cultura se vuelca contra la censura de PP y Vox
Los episodios censores surgidos de las alianzas urdidas entre conservadores y ultraderecha han suscitado la reacción de los trabajadores culturales, que exigen a través de una declaración de intenciones "protección" de sus derechos.
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Madrid, Actualizado:
El mundo de la cultura une fuerzas contra la censura promovida por la ultraderecha que atenta contra la libertad de expresión. Y es que la censura cultural, algo que se creía abandonado en el pasado con el franquismo, vuelve a tener relevancia en aquellos municipios y comunidades gobernados por la ultraderecha o en coalición con el PP, e incluso en aquellos donde no gobiernan.
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Por ello, a través de una declaración de intenciones, los trabajadores de la cultura "denuncian la censura que está atentando contra la libertad de expresión". Tal y como detallan en el texto que han difundido, la cultura es "un derecho consolidado democráticamente en la Constitución", por lo que exigen "protección de nuestros derechos porque sin cultura no hay democracia".
Y es que la ola reaccionaria parece haber empoderado aún más si cabe a la ultraderecha en materia cultural. Sin ir más lejos, Vox ha denunciado que la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Getafe, localidad en la que gobierna el PSOE, subvencionara con 4.400 euros La villana de Getafe de Lope de Vega, llegando exigir la retirada de las "insinuaciones sexuales" de la misma.
Pero las denuncias de la ultraderecha ahora también pueden materializarse. El cambio a un gobierno de PP y Vox ha supuesto en los últimos días la suspensión de la obra Orlando, de Virginia Woolf, por parte de la Concejalía de Cultura de Valdemorillo (Madrid), ahora bajo el mando de la ultraderecha, porque "en la obra hay un hombre que se convierte en mujer". "Esta es una temática que no les parece bien", explicaba a Público el productor de la pieza, Pablo Huetos.
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Otro de los episodios censores que ha suscitado esta reacción por parte de los trabajadores de la cultura tuvo lugar el pasado 1 de julio en Santa Cruz de Bezana (Cantabria), donde el Ayuntamiento gobernado por PP y Vox retiraba la proyección de la película Lightyear de su programación del cine de verano por incluir un beso entre dos personajes femeninos.
La mano de Isabel Díaz Ayuso, cómo no, también ha participado en esta deriva con uno de sus principales precedentes. Los Teatros del Canal retiraron el año pasado de su programación Muero porque no muero, de Paco Bezerra, merecedor del Premio Nacional de Literatura Dramática. Vox, quien facilitó en 2021 la investidura de Ayuso, aplaudió la decisión y Gonzalo Babé, portavoz en la Comisión de Cultura de la Asamblea durante la pasada legislatura, agradeció que no programasen "una obra tan dañina y esperpéntica".
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Lucía Álvarez: "La libertad de pensamiento es clave para un mundo igualitario"
"Les asustan los cambios –explica a Público la actriz Lucía Álvarez– se sirven de la palabra libertad como excusa, la abanderan pero están asustados porque la libertad de pensamiento es lo más importante para un mundo socialmente igualitario y justo, por eso es tan necesaria esta declaración de intenciones".
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Por su parte, la productora audiovisual Puy Oria pone el foco también en las implicaciones económicas que puede tener esta deriva censora ultraconservadora: "Han sido años de pequeños avances y esto supone un enorme retroceso, paralizar una representación en un sector tan frágil como el nuestro es condenarlo".
En ese sentido, Oria hace hincapié en la necesidad de un pacto por la cultura: "Eso sería el inicio de todo, conseguir alcanzar un acuerdo por parte de las diferentes fuerzas políticas nos permitiría sostener una industria muy frágil que no esté sometida a este tipo de cambios políticos".