Chus Lampreave, el secreto de la eterna jovialidad
El humor surrealista de la actriz madrileña deja una huella indeleble en el cine español
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MADRID.- Festival de San Sebastián 2012, Chus Lampreave, que había hecho el personaje de María en la película El artista y la modelo, de Fernando Trueba, entró una mañana en el Hotel María Cristina, donde cada día se concentran decenas de artistas, muchos personajes de la industria y la gran mayoría de la prensa. Nunca antes se había visto tal alboroto en esos pasillos. Nadie, ni Robert Mitchum ni Bette Davis, por mencionar dos leyendas del certamen, reunieron a su alrededor a una nube de admiradores como la que congregó esta mujer pequeña, con aire de eterno despiste y una portentosa vis cómica. Aquel día Chus Lampreave, absolutamente sonriente, se hizo una fotografía con un gran grupo de periodistas. Uno de los mejores recuerdos de este certamen para muchos. Al fin y al cabo, no todos los días se puede uno hacer una fotografía con un mito del cine que ha conseguido el secreto de la eterna juventud.
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Debutó en televisión en 1958. A partir de ahí, y detectado inmediatamente su gran talento para la comedia, no dejó de trabajar
Aficionada a la pintura, ella nunca quiso ser actriz, de hecho, en los últimos años volvió a repetir lo que muchas veces antes había dicho, que cada nuevo personaje pensaba siempre que sería el último, que no volvería nadie a llamarla para una película. Y no era falsa modestia. Era Chus Lampreave en estado puro, sin colorantes ni conservantes. Muy amiga de Jaime de Armiñán y de Elena Santonja, fue esta pareja la que le dio el empujoncito hacia la interpretación, sin que ella quisiese pero sin que opusiera mucha resistencia. Debutó en televisión en 1958. A partir de ahí, y detectado inmediatamente el impresionante talento que tenía para la comedia, no dejó de trabajar.
“Callate, cara de ladilla”. Hay que tener auténtico don para la comedia, saber mantener el tipo y no dejar que se desvíe el tono cuando uno tiene que soltar una frase como esta y quedarse como si tal cosa. El momento era de La flor de mi secreto, una de las películas que hizo con Almodóvar y uno de sus personajes más cómicos. “Cuando a las mujeres nos deja el marido porque se ha muerto o se ha ido con otra, que para el caso es igual, nosotras debemos volver al lugar donde nacimos. Visitar la ermita del santo, tomar el fresco con las vecinas, rezar las novenas con ellas. Aunque no seas creyente. Porque si no nos perdemos por ahí como vacas sin cencerro", decía entonces.
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Almodóvar supo convertir el humor más surrealista de Lampreave en una nota personalísima de su cine
El cineasta manchego supo convertir el humor más surrealista de Chus Lampreave en una nota personalísima de su propio cine. Siempre quiso tenerla en sus repartos, aunque no lo consiguió hasta la tercera película, en que por fin disfrutó de Sor Rata de Alcatarilla (Entre tinieblas). De ella decía que era la “versión femenina de Pepe Isbert” y con ella rodó muchas de sus siguientes películas.