Carlos Olalla "La vida me dio el mejor de los regalos: un infarto a los 49"
Carlos Olalla asegura que no existe libertad de expresión en el teatro. "Los actores se autocensuran por miedo a perder su trabajo o a no volver a encontrarlo nunca. Es triste que la sociedad felicite a todos los que, pudiendo hablar, se callan", defiende el actor.
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madrid, Actualizado:
Un café, un cruasán y más de dos horas de conversación con Carlos Olalla en la Plaza de Ópera es lo que se necesita para conocer a la persona que hay detrás de este actor. Hace más de tres años que decidió bajarse de los escenarios en protesta del IVA cultural y de toda una profesión prostituida. Ahora, igual de combativo que siempre, vuelve a subirse a las tablas con muchas ganas y un proyecto personal arriesgado: Vía muerta.
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Carlos Olalla se emociona cuando habla de lo que es para él el teatro. "El teatro es compartir y transformar, transformar la realidad y enfrentarse a ella", cuenta el actor. Después de varios años ofreciendo talleres de cine y teatro gratuitos en lugares como la parroquia de San Carlos Borromeo o la Cañada Real, el actor vuelve a las tablas con muchas ganas de transformar la sala de un teatro en un campo de refugiados. Un escenario atestado de público y una valla que lo separe de una platea vacía. "Si no te pones en los zapatos del otro, no puedes entender lo que piensa y entiende el otro", cuenta. "Aunque sea durante una hora, queremos que el público se ponga en la piel de millones de personas refugiadas y sientan la impotencia de no poder cruzar una valla que los separa de Europa." Vía Muerta es el conjunto del dolor y el valor que el artista ha conocido en los últimos años y que, de una manera u otra, se han visto involucradas en una crisis humanitaria bestial. "Vía Muerta te pone delante un espejo para que pienses en aquello en lo que no piensas día a día. Vía Muerta te hace cuestionarte las cosas.".
+ ¿Qué diferencia hay entre el actor que se bajó de los escenarios en 2015 y el actor que ahora vuelve a subirse a ellos?
Sigo siendo el mismo que fui. Abandoné los teatros en protesta del menosprecio que se hace en este país a la cultura, fue una decisión muy dura pero sentí que tenía que hacerlo. Un 21% de IVA cultural era algo tan abusivo que cualquier persona comprendería, así que esa fue mi principal queja, quería llegar a todo el mundo. Ahora el IVA en el teatro es de un 10% pero el del cine no ha bajado nada.
"Los actores solo viven en el escenario"
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Nuestra profesión tiene muchísimas limitaciones, y somos nosotros mismos quienes tenemos que resolverlo. Empezando por el autoengaño propio cuando nos colocamos en un escenario en condiciones precarias y creemos que estamos defendiendo la profesión, pero no, estamos prostituyéndola. Tenemos que empezar a dignificar la profesión. Tenemos una suerte y debemos aprovecharla. En el cine el actor no es dueño de su interpretación, depende de lo que diga el director y lo que haga el editor con tus escenas. Sin embargo, en el teatro nadie te puede parar cuando estás actuando. Es algo vivo que compartes con el público, es algo que les estás dando que luego desaparecerá. Los actores solo viven en el escenario.
¿Qué supone para ti volver a los escenarios con Vía Muerta?
Es un reencuentro con el público. Yo me voy a sentir tremendamente vivo, voy a desnudar mi alma. Este es un proyecto personal que me da lo que necesitaba: volver a estar con el público para compartir, dar y recordar a esas personas que hoy están en campos de refugiados intentando llegar hasta aquí. Vía Muerta es mi manera de abrazarlas.
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¿Hay libertad de expresión en el teatro?
No, los actores tenemos la peor de las censuras: la autocensura. Tenemos mucho miedo. Miedo a perder el trabajo, miedo a no encontrarlo y miedo a no ser contratado. En esta sociedad, cuando alguien da un paso al frente y se la juega por aquello en lo que cree por encima de todo, se le criminaliza. Willy Toledo es una persona a la que deberían poner un monumento. Por encima de cualquier egoísmo profesional, él se la juega por defender el bien de los demás, se la juega por la libertad de todos, no solo la suya. Es triste que la sociedad felicite a todos los que, pudiendo hablar, se callan. Apostemos por la libertad de expresión de la de verdad.
"Es triste que la sociedad premia y aplaude a todos los que, pudiendo hablar, se callan"
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Arriesgarse con la vida, arriesgarse con el teatro...
Pasar por este mundillo sin dar, no es vivir. Hace años conocí a Matilde, una mujer almeriense de personalidad arrolladora que me dijo: “Todo cuanto retuve lo perdí, solo me queda lo que di”. Cuanto más vives esa filosofía, más te das cuenta de la razón que tiene. Los pequeños detalles. La vida me dio uno de los mejores regalos: un infarto a los 49. Cuando eso pasó, me lo planteé todo. Dejamos escapar tantas cosas… Ahora paso por la vida prestando más atención a una mirada, a un beso, a un abrazo. Desde entonces soy un tío más mimosón.
¿Hacia dónde mira ahora Carlos Olalla?
Hacia el mismo lugar hacia el que he mirado siempre. Ir andando por la vida viendo las herramientas que tengo a mi alcance en esta profesión. Nuestro sector es el mas precarizado y estamos acostumbrados a vivir en una incertidumbre constante. Tenemos la suerte de no formar parte de una 'empresa tradicional' durante más de veinte años, a la que le llegue una reestructuración, un ere y a la puta calle. Nosotros, gracias al teatro, estamos acostumbrados a una entrevista de trabajo por cada casting al que asistimos. Eso es lo que me gustaría poder aportar a cualquier persona que necesite volver a encontrar un trabajo, ayudarle a volver a flote. Nos hemos precarizado todos, ayudémonos. Existe el precariado laboral, ¿cómo es posible que la gente no esté en la calle protestando?¿por qué salen a la calle a protestar los jubilados? Los que están en el mundo laboral son los que siempre tienen miedo.