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La cara amable de Houellebecq y Thompson en el festival de Sitges

Dos escritores cuya escritura no deja indiferente a nadie y que, sin embargo, a la hora de aparecer en la gran pantalla, casi lo logran. 

RUBÉN ROMERO

Excesivos, polémicos y misántropos. Michel Houellebecq y Hunter S. Thompson. Dos escritores cuya escritura no deja indiferente a nadie y que, sin embargo, a la hora de aparecer en la gran pantalla, casi lo logran.

Se esperaba muy poco de la película de Houllebecq, adaptación de su propia novela, La posibilidad de una isla. No es una película, del mismo modo que nadie osaría considerar Présence humaine (Tricatel, 2000), la musicalización de sus poemas, como un disco de pop. Pero todas las constantes de su obra están en el filme: el turismo como una nueva plaga, la necesidad de exterminar a una civilización para crear un mundo mejor, etc.

En este último punto, está la novedad: parece que el eterno nihilista se ha relajado con respecto a la novela: la película deja abierta la posibilidad de un final feliz.

Donde no reconocemos al autor por ninguna parte es en Gonzo: The Life And Work Of Dr. Hunter S. Thompson, de Alex Gibney. Al director no le importa ni la obra, ni la vida, ni la muerte de Hunter S. Thompson más allá de los datos que pueda emplear para armar lo que no es un biopic, sino un panfleto político. Resumiendo: por no hacer caso a Thompson, salió elegido Nixon y pasó lo que pasó en EEUU, así que vota a Obama, gañán. La cinta se aguanta por la arrolladora personalidad de Thompson, pero ofende a sus fans. Eso sí, no exaspera tanto como Your Name Here, de Matthew Wilder, biografía encubierta de otro escritor politoxicómano: Philip K. Dick. ¿El peor filme a concurso?

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