El arte Pop airea su idilio con el dinero y la fama
La Tate Modern reúne 150 obras de artistas que usan el arte para publicitarse
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El que avisa no es traidor. La Tate Modern de Londres no traiciona porque abre la exposición Pop Life: Art in a Material World con la frase: "El mejor arte es un buen negocio" -se tome como se tome la frase. La sentencia es de Andy Warhol (1928-1987), que aquí hace de padre del arte que aborda temas como el consumo, la producción masiva, la propaganda, los medios de comunicación o la publicidad, y, de paso, produce obras de arte para ser consumidas.
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En total hay 17 salas que acogen unas 150 obras para el mayor encuentro de arte Pop del eje Nueva York-Londres, con obras de Keith Haring, Jeff Koons, Tracey Emin, Damien Hirst o Takashi Murakami, o Sara Lucas de Young British Artists, que ya no son tan jóvenes. Lo que les une es, precisamente, que todos ellos derivaron en sus propias etiquetas artísticas y comerciales.
"Estos artistas sacan el arte del marco de las galerías y lo colocan en tiendas o portadas de revistas. Quieren hacer dinero con sus obras y buscan también publicidad y notoriedad para las nuevas formas de expresión", subrayó Catherine Wood, co-comisaria de Pop Life. Algunas de las piezas expuestas son muy conocidas, como los retratos (repetidos) de famosos. Destaca una doble imagen en blanco y negro de Joseph Beuys hecha por Warhol en 1980 con tinta y polvo de diamantes sobre lienzo.
La tienda Pop Shop que abrió Keith Haring en 1986 para llevar el arte a las masas está recreada, con los dibujos del artista, incluido un mostrador en el que venden productos Haring como imanes, juguetes o la camiseta que recomienda el uso del preservativo, ilustrada por el dibujante que murió de Sida en 1990.
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El edredón tapizado que cubría a Tracey Emin y a su marchante Jay Jopling en la cama de un hotel de Nueva York en 1994 cuelga ahora en esta exposición, en la que la artista británica sorprende con una serie de miniaturas representativas de todas sus obras en lugar de ir más allá del edredón y mostrar su cama deshecha o sus bragas sucias. Con todo, este paso a la intimidad de la artista se queda corto comparado con la serie de Jeff Koons Made in heaven, en la que inmortaliza su unión sexual con la estrella del porno y ex política italiana Cicciolina.