Alphonse Mucha, el pintor de la sensualidad
Bohemio, retratista, cosmopolita, místico, patriota, filósofo, la obra de este artista checo precursor del llamado Art Nouveau desembarca en el Palacio Gaviria con una retrospectiva de más de 200 obras.
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Madrid, Actualizado:
El artista checo Alphonse Mucha, padre del Art Nouveau, llega a Madrid en una retrospectiva que repasa seis de sus facetas —bohemio, retratista, cosmopolita, místico, patriota y filósofo— con más de 200 obras de un intelectual orgulloso de sus raíces, pero que pensaba que el arte tendía puentes entre culturas.
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"Mi abuelo estaba convencido de que uno de los objetivos del arte era crear puentes y unir a las personas", ha asegurado en la presentación de esta retrospectiva, que abrirá mañana en el Palacio Gaviria, John Mucha, nieto del artista y director de la fundación que lleva su nombre, creada en 1992 para preservar su legado.
El director de la Fundación Mucha —poseedora de más de 3000 obras de arte y 4000 fotografías del artista—, que reside en Reino Unido y ha vivido el "brexit", ha lamentado que la humanidad "vive momentos muy turbulentos", a la vez que ha puesto en valor la visión del arte que tenía su abuelo (1860-1939).
Porque el ilustrador, pintor, diseñador decorativo y fotógrafo checo "se sentía orgulloso de su nación" y le dio mucha importancia a sus raíces checas dentro del Imperio Austrohúngaro, una constante —el nacionalismo— en su obra, que no impedía que utilizase el arte como una herramienta para expresarse y unir las culturas.
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"Creo que el mensaje que se transmite en esta exposición no es solo relevante para Reino Unido y su 'brexit', sino también en la España de ahora", ha explicado Mucha, y ha añadido que el "tipo" de nacionalismo de su abuelo "no es el del señor Trump".
"Durante su infancia hubo una corriente muy fuerte de independencia del Imperio", ha añadido Tomoko Sato, comisaria de la exposición organizada y producida por Arthemisia y curadora de la Fundación Mucha desde 2007.
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La exposición destaca las facetas bohemia, retratista, cosmopolita, mística, patriota y filosófica de Mucha, por lo que, a través de estos rasgos, la muestra se centra en el desarrollo de su carrera artística y en su formación humanística, viviendo en una de las etapas más turbulentas de la historia.
Aunque el recorrido que propone Tomoko Sato no es cronológico, Alphonse Mucha comienza con las obras que auparon a la fama al artista, esto es, los carteles con armoniosos colores pastel que pintó en su estancia en París, ciudad a la que llegó en 1887, para la actriz francesa Sarah Bernhardt (1844-1923).
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Esas composiciones armoniosas de sus pósteres, con formas sinuosas, líneas orgánicas y paletas de colores tenues, pronto se conocieron como "estilo Mucha", que no tardó en convertirse en sinónimo de Art Nouveau, tendencia decorativa que definiría toda una época.
Y si esos primeros trabajos pastel son el arranque de Alphonse Mucha, esta retrospectiva cierra con su último proyecto, iniciado en 1936: el tríptico La edad de la razón, La edad de la sabiduría y La edad del amor, un trabajo que no pudo acabar, ya que el 15 de marzo de 1939 los alemanes marcharon sobre Praga.
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Mucha, en calidad de ciudadano ilustre y masón, fue uno de los primeros arrestados por la Gestapo, aunque moriría, finalmente, el 14 de julio de ese mismo año, a causa de una neumonía y diez días antes de cumplir 79 años.
"Con el tríptico quería producir un mensaje de paz para la humanidad en general", ha explicado Sato, quien ha añadido que, como historiadora, le es "difícil" etiquetar a Mucha como artista porque "hizo muchas cosas y muy diferentes".
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Un objetivo, el reivindicar la variedad de su producción, que esta exposición completa con el resto de secciones, mostrando a Mucha como un "creador de imágenes para el gran público" con su trabajo en publicidad; como un "cosmopolita" con sus viajes a París y Estados Unidos; como un hombre "místico" y masón, y como un "patriota".