MADRID.- El de la comedia es uno de los géneros que más se ha trabajado en la ficción televisiva española. Ejemplos de series de prolongado éxito como Los Serrano, Aída, Aquí no hay quien viva y La que se avecina dan muestra de ello. En las últimas semanas dos nuevos títulos, Anclados y Allí abajo, han irrumpido en los hogares españoles. Cada uno en una cadena, con un argumento muy distinto, un tono que las diferencia y unos personajes que se parecen más bien poco pero con algo en común: el objetivo de hacer reír al espectador cada lunes y martes.

La audiencia les ha dado la razón y eso que no lo tenían fácil. Allí abajo, la ficción de Plano a Plano para Antena 3, puede presumir de haberle plantado cara a una serie consolidada y líder de audiencia en el prime time de los martes como es El Príncipe. Sin llegar a arrebatarle la primera posición de la parrilla, la historia de encuentros y desencuentros entre Carmen e Iñaki ha salido mucho más que airosa de la batalla por la audiencia con cifras superiores a los 4 millones (casi 4,39 durante la emisión del penúltimo episodio) y un share del 22,6% –menos de un punto por debajo de El Príncipe la pasada semana–.

Aunque en su emisión de este martes compitió con Supervivientes, programa al que se impuso con un 23,6%. Por su parte, Anclados, que rivaliza por la atención del público con Pekín Express, ha caído en audiencia con el paso de los episodios, pero se mantiene líder. Habrá que ver cuál es la tendencia a medida que pasen los capítulos y cuántos fieles le quedan.

Aunque ha sido por causalidades de la programación –los responsables de Allí abajo siempre han dejado claro que la idea de la serie es anterior al éxito de la película Ocho apellidos vascos– lo cierto es que el éxito en taquilla de la historia de amor entre Clara Lago y Dani Rovira ha beneficiado a la de Jon Plazaola y María León. En Allí abajo él es el vasco, Iñaki, y ella, la andaluza, Carmen. El de León, junto con el de su madre Carmina Barrios (quien interpreta a una vecina cotilla) y el de Mariano Peña (el enfermo poco aplicado) son los rostros más conocidos de una serie que ha catapultado a nivel nacional a actores consolidados del País Vasco como el propio Plazaola u Óscar Terol, uno de los creadores y Antxón delante de la cámara.

'Anclados' a la risa

Por el contrario, la serie de Mediaset cuenta con un plantel mucho más familiar para el gran público, lo que hace que el espectador sepa de antemano, para lo bueno y para lo malo, lo que se va a encontrar. No en vano, tras Anclados se encuentra el equipo de guionistas de Aída. En el reparto, Miren Ibarguren, Alfonso Lara, Joaquín Reyes, Úrsula Corberó, Fernando Gil y Rossy de Palma, entre otros muchos. Todos ellos interpretando a unos personajes fácilmente reconocibles como arquetípicos de la comedia. La jefa histérica y tiránica (Ibarguren). El capitán de barco con aires de playboy (Lara). Joaquín Reyes haciendo de Joaquín Reyes. La pija venida a menos que se mete a chacha (Corberó). El cachas algo corto de entendederas (Gil). La limpiadora de genio imposible y odio atroz a los pijos (Palma). Y el recepcionista pelota (Alberto Jo Lee).

Todos ellos conforman una tripulación tan divertida como variopinta que intenta convivir y sobrevivir en un espacio tan reducido como lo es un barco. Un crucero donde los problemas comenzaron tras volcar el Bribón, sí el del anterior rey, y la consecuente lesión de cadera a Don Juan Carlos. El Ancla se ha rebautizado como en Ancla II. Cambio de nombre para una tripulación con nuevos fichajes y muchos enredos para los amigos de las comedias de personajes exagerados y bromas en cada línea de guión al más puro estilo Aída.

A rebufo de 'Ocho apellidos vascos'

Un humor distinto en cierta manera al de Allí abajo, que más que una comedia de enredos como lo sería Anclados, se trata de una comedia romántica. Aquí la gracia está, como estaba en Ocho apellidos vascos o en Bienvenidos al Norte, en el choque de dos culturas tan opuestas como la vasca y la andaluza.

Un conjunto de tópicos conocidos por todos y que tan bien han funcionado otras veces. La ama, Maritxu, controladora, de fuerte carácter y a la que nadie se atreve a llevarle la contraria. El vasco, Iñaki, seco, con poca gracia y que no entiende el humor andaluz. A lo que se une otro tópico del género, el masculino, ser tan poco amigo de los detalles que no se da cuenta de que su camarera, Nekane, bebe los vientos por él desde hace años. Carmen, la andaluza, aficionada a los trajes de faralaes que intenta tomarse la vida con guasa y, como toda heroína de comedia romántica, suele tomar la decisión equivocada cuando a hombres se refiere.

Aunque su sentido del humor sea muy distinto, ambas apuestan por tópicos que funcionan, situaciones de equívocos, enredos, localismos… No es lo único que comparten, porque entre los más de cuatro millones de espectadores de la de Atresmedia y los más de tres y medio de la de Mediaset es probable que muchos compartan nombre y apellidos. Sobre todo teniendo en cuenta que se emiten en días distintos. En lo que sí coinciden a ciencia cierta es en esa acertada tendencia de las nuevas series españolas a recortar la duración de sus temporadas. Anclados, que se estrenó hace solo tres semanas y aún está pendiente de renovación, está compuesta de una primera tanda de ocho episodios. Frente a los 13 de Allí abajo. Así es mucho más fácil mantener el tono y el éxito. Lo siguiente debería ser hacer capítulos de un máximo de 50 minutos de duración.