“El 11-S es un regalo. Vamos a sacar todo el dinero que podamos”
"Todos están implicados"
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MADRID.- Cerca de 3.000 muertos y 6.000 heridos en los atentados del 11-S en 2001 en Nueva York. 190 personas perdieron la vida el 11-M en 2004 en Madrid. 56 fallecidos y 700 heridos fue el resultado de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres. Y muchísimas más víctimas por atentados en Bali, Bagdad, Rusia, Egipto, Jordania, Bombay, Karachi, Nairobi, Peshawar, Yemen, Túnez, Ankara, Beirut, París… Prácticamente todas ellas hubieran salvado sus vidas si la codicia y la arrogancia americanas no se hubieran interpuesto. “El 11-S se podía haber evitado”, asegura Diane Roark, supervisora de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. para la Comisión de Seguridad hasta 2002. Es una devastadora declaración, una de muchas otras también desoladoras que se escuchan en la película documental ‘A Good American’, dirigida por el austriaco Friedrich Moser.
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"Todos están implicados"
“Todos están implicados. Habría que incluir a Bush, a Obama y a sus vicepresidentes, a los comités de inteligencia y directivos de la NSA, la CIA y el FBI de ambas administraciones. Se encubren unos a otros", dijo recientemente en un festival de cine documental William Binney, ex director técnico de la NSA hasta su renuncia en octubre de 2001. Este hombre, uno de los mejores matemáticos del mundo, es el principal personaje de esta película, en la que se denuncia con detalle lo ocurrido junto a la mencionada Diane Roark, Thomas Andrews Drake, ex director ejecutivo de la NSA; Ed Loomis, científico de la computación, y Kirk Wiebe, analista jefe de la Agencia.
"Era como la Stasi o la KGB con esteroides"
Un día, en 1983, por fin llegó un ordenador a su mesa, antiguo y de escasa capacidad, pero suficiente para que el matemático solucionara los escollos que quedaban por resolver. Destinado en 1997 con su equipo de confianza al Centro de Análisis de Señales de Inteligencia (SARC), comenzó la labor. “En la NSA estaban atrasadísimos, se planteaban no dejar internet a los empleados”, dice. Mientras, ellos ya habían localizado el teléfono de Bin Laden y controlaban sus movimientos. “Nos dimos cuenta de que con lo que teníamos, el acceso a las conexiones entre millones de puntos de información invadíamos la privacidad de la gente. Simplemente no era compatible con la democracia. Era como la Stasi o la KGB con esteroides”. Así que inventaron la herramienta para salvaguardar la privacidad de los no sospechosos.
"Desmantelad todo el programa"
Entonces nombraron director de la NSA al general Michael Hayden que al enterarse de estos avances preguntó a Binney ¿qué haría con 1.200 millones de dólares? y él contestó que solo necesitaba 300. Demasiado barato. Encargaron a una privada formada por ex agentes de la NSA otro sistema de información, el Traiblazer, que nunca pasó de ser una presentación de Power Point y que costó entre 4.000 y 7.000 millones de dólares. Hayden, que se hizo multimillonario, se preocupó de mantener la información de ThinThread lejos del Congreso y amonestó al equipo.