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tormentas electricas Los rayos persiguen a los barcos

La contaminación del aire por los motores diesel en las grandes rutas comerciales marítimas está cambiando el tiempo en las zonas con más tráfico provocando mayores tormentas.

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Caída de rayos en el estrecho de Malaca, en una imagen tomada desde un portaaviones./ U.S. NAVY

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Por primera vez ha quedado claro que las rutas marítimas más transitadas son objetivo preferido de las tormentas, y resulta que la causa son los contaminantes emitidos por los motores diesel de los mismos barcos mercantes que las sufren.

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Un nuevo estudio que ha cartografiado la caída de rayos en todo el mundo lo muestra con nitidez: caen casi el doble de rayos sobre las autopistas marítimas del mar del Sur de China y del océano Índico que sobre otras zonas adyacentes con un clima similar. El estudio proporciona la primera prueba concreta de que los humanos están cambiando la formación de nubes de forma prácticamente continua, señalan los autores, investigadores de la Universidad de Washington.

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Caen casi el doble de rayos sobre las autopistas marítimas

Los rayos constituyen una medida de la intensidad de las tormentas. “Este es uno de los ejemplos más claros de cómo los humanos cambian de hecho la intensidad de los procesos tormentosos en la Tierra a través de la emisión de partículas procedentes de la combustión”, explica Joel Thornton, director del estudio.

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Los barcos son vehículos muy sucios medioambientalmente. Las micropartículas y otros contaminantes que emiten los motores diesel se convierten en aerosoles y sirven de soporte para la neblina que se observa, por ejemplo, en las grandes ciudades cuando sube la contaminación atmosférica. En el mar habitualmente la presencia de aerosoles es mucho menor, pero allí donde existen actúan igualmente como núcleos de condensación de agua que favorecen la formación de nubes.

En el trabajo se comprobó dónde cayeron 1.500 millones de rayos desde 2005 a 2016 y se correlacionaron los lugares con la intensidad de tráfico marítimo y las consiguientes emisiones contaminantes. El mapa resultante mostró con nitidez líneas rectas en las que cayeron casi el doble de rayos y que coinciden con la ruta marítima comercial que va desde el norte del océano Índico al mar del Sur de China a través del estrecho de Malaca. Por este estrecho pasan casi 100.000 barcos al año. La correlación también se encontró, aunque menor, en otras rutas marítimas.

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Los humanos están cambiando la formación de nubes de forma prácticamente continua

El proceso que se produce, explican los científicos, es que las gotas de agua de las nubes son más pequeñas y numerosas cuanto más partículas de aerosoles hay en la atmósfera. Estas gotitas, más ligeras, se elevan a mayor altura en la atmósfera y llegan a la altura de congelación, convirtiéndose en hielo. La electrificación de las nubes a causa de la colisión de las partículas de hielo entre sí y con otras gotas se resuelve en forma de descargas eléctricas, que son los rayos. Cuanto más se electrifica una nube, más rayos se producen.

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“Es la prueba más convincente hasta ahora de que los aerosoles de emisiones antropogénicas pueden afectar a las nubes convectivas profundas, intensificarlas y aumentar su electrificación”, señala Steven Sherwood a preguntas de la American Geophysical Union (AGU), en cuya revista Geophysical Research Letters se ha publicado el nuevo estudio. “Estamos emitiendo muchas partículas y no sabemos el efecto que producen sobre las nubes. Con este estudio empezamos a saberlo”.

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